En los últimos años, psicólogos y psiquiatras estamos preocupados por una nueva adicción que hemos detectado entre los adolescentes, pero también, en personas más mayores y, supuestamente, más maduras. 

Hemos visto cómo, desde la pandemia, la dependencia de la tecnología ha ido en aumento, hasta tal grado, que ha mutado desde una interacción virtual hacia la necesidad física de estar en constante contacto con el teléfono móvil.

Nueva adicción: la dependencia física del móvil

Este tipo de adicción al móvil no hace referencia al conocido FOMO o a la adicción a las redes sociales: es algo más físico, es una necesidad de sentirlo cerca, en contacto con su cuerpo, y no poder separarse de él, aunque no lo estén utilizando.

Las primeras señales de alarma me la dieron varias profesoras de Instituto (amigas y familiares) que me comentaban preocupadas cómo sus alumnos eran incapaces de separarse físicamente de sus móviles. Según me contaron, estos jóvenes necesitaban tenerlo siempre en la mano o, al menos, sentirlo en el bolsillo. La mera idea de dejarlo en la mesa de la profesora para ir al baño les generaba ansiedad. 

Podríamos pensar que este problema es exclusivo de los adolescentes, debido a su inmadurez e impulsividad, pero esto no es así. Los adultos también pueden sufrir esta nueva adicción. De hecho, es habitual ver a padres o profesores regañar a sus adolescentes por el abuso del móvil cuando son ellos los primeros que pasan horas al día enganchados a él. 

Cómo saber si sufres dependencia física del móvil

Aquí te traigo algunos síntomas de alarma ante esta nueva adicción: 

  • Lo llevas contigo a todos lados, aunque no lo vayas a usar, por ejemplo, en la ducha. 
  • Tocas constantemente el bolsillo de tu pantalón o revisas tu bolso para comprobar que está ahí. 
  • En casa, llevas el móvil siempre encima, aunque no lo estés usando. Lo llevas contigo cuando cambias de habitación.
  • Necesidad imperiosa de saber dónde está tu móvil en cada momento. 
  • Preocupación extrema o, incluso síntomas de ansiedad cuando no sabes donde está. No me refiero a extraviarlo, sino a perderlo de vista aunque sea por un minuto. 

Causas de esta forma de adicción al móvil

Hoy en día, el móvil se ha convertido en una herramienta indispensable para el trabajo o para las relaciones sociales, este es un hecho innegable. 

En sí misma, la generalización del móvil no es ni buena ni mala, todo depende el uso que le demos a esta tecnología, pero si llega a dominarte hasta el punto de no poder separarte de él, hay algo que debemos revisar

Son varios los factores que intervienen para convertir al móvil en objeto de esta dependencia.

  • Por un lado, la inmediatez de los estímulos, el FOMO y la necesidad de estar constantemente informado, provocan un enganche psicológico.
  • Además, también influye el hecho de que nuestro móvil es la puerta de entrada a todas nuestras redes sociales, al ocio (juegos, vídeos, música, series, etc.), a nuestro contenido personal y, en muchos casos, a nuestros datos bancarios. 

Por lo tanto, perder el móvil significaría mucho más que perder un dispositivo que puede ser sustituido por otro, implicaría poner en peligro nuestra privacidad y nuestra tranquilidad económica. 

Durante años, el ocio, la socialización y todos nuestros datos privados han estado asociados a ese pequeño dispositivo. Nos hemos acostumbrado a tenerlo en nuestras manos o en nuestro bolsillo. Con el tiempo, nos hemos condicionado a las sensaciones que nos proporciona el móvil (ocio, diversión, seguridad y control) y ya no somos capaces de separarnos de él.

El peligro, paradójicamente, es que la sensación de control que nos proporciona el móvil nos puede convertir en absolutamente dependientes de él. 

Cómo liberarse de la adicción

Si te has sentido reconocida en la mayoría de los síntomas anteriores y quieres recuperar el control, aquí te traigo algunas ideas para poner en práctica.

1. Preocúpate por la seguridad

En primer lugar, debes tomar todas las medidas posibles para mantener la seguridad en tu móvil. No tengas abiertas las sesiones de tus bancos y de tus sitios más vulnerables. Si reduces el nivel de peligro en caso de pérdida o robo, podrás reducir tu nivel de ansiedad con el móvil.

2. Pasar varias horas sin abrir el móvil

Busca momentos al día en los que no tengas que estar usando el móvil. Si observas tus rutinas, seguro que hay ciertas horas en las que puedes prescindir de su uso.

3. Actividades alternativas

Dedicarte a otras actividades (charlar con familiares o amigos, leer, dibujar, etc...), te ayudará a desconectar la dependencia psicológica del móvil. 

También puedes buscar actividades donde sea imposible tener el móvil encima (baile, natación, deportes de equipo... ) de esta forma, reeducarás a tu cuerpo para liberarle de la eterna necesidad de tocar el móvil. 

4. La bandeja del móvil

Como consejo general para toda la familia, resulta muy útil disponer de un sitio específico en casa donde dejar el móvil cuando no se esté usando. Este lugar puede ser una bandeja o una cesta colocada en el salón para saber dónde está. Sabrás que no está perdido, que está en un sitio seguro, pero no tendrás que llevarlo encima constantemente.