El famoso caso de Vivotecnia nos ha conmocionado a todos este año. Por suerte, cada vez más personas son conscientes de lo importante que es optar por cosméticos cruelty-free o libres de crueldad con los animales.

En el mercado actual existen muchas opciones, desde marcas de droguería o low-cost hasta marcas de lujo o diseño. Además, gracias a la magia de internet, es más fácil que nunca acceder a estas marcas y conocer su filosofía en lo que a pruebas en animales se refiere.

Qué hacen las marcas que testan en animales

Las pruebas en animales consisten en prácticas absolutamente crueles que se asemejan a la peor película de terror que podamos imaginar. Por lo general, suelen utilizarse ratones, conejos y otros roedores, pero también se han utilizado perros, monos y otros animales.

Estas pruebas se llevan a cabo para determinar la toxicidad del producto y comprobar si este causa irritación en la piel o en los ojos. Algunas de estas prácticas consisten en:

  • Afeitar completamente a los animales y utilizar grandes cantidades de producto en su piel para observar las reacciones.
  • Se obliga a los animales a ingerir o inhalar ingredientes activos de los ingredientes para comprobar qué puede ocurrir.
  • Puede ser que el producto sea aplicado directamente en ojos, nariz, orejas o cualquier otra parte sensible del cuerpo.
  • Muchas veces esta acción se lleva a cabo durante tres meses en el mismo animal, que en muchos casos, por razones obvias, acabará siendo sacrificado, muchas veces de forma cruel y sin ningún tipo de anestesia.

¿No está prohibido testar en animales?

Es cierto que desde el año 2013, en Europa, las pruebas en animales están prohibidas (en lo que a cosmética se refiere).

Esta prohibición se aplica tanto al producto terminado como a sus ingredientes, por lo que podemos suponer que todos los cosméticos que adquirimos o vemos en las tiendas de nuestro país (tanto físicas como online) son Cruelty Free. Me encantaría decir que esto es así, pero es bastante más complicado que eso, ya que existen algunas excepciones que debemos tener en cuenta.

Por ejemplo, esta prohibición solo se aplica cuando existe una conexión con la Unión Europea. Además, esta prohibición se aplica únicamente a productos cosméticos (por lo que otros productos, como los de limpieza, podrían estar testados en animales). También existe una ley llamada REACH, que determina que esta prohibición no se aplica a pruebas para determinar si existe un riesgo para el medio ambiente o para la seguridad de los trabajadores.

en otros países como Chinapruebas obligatorias para los cosméticos importados

Además de ciertas excepciones dentro de la misma Unión Europea, hay que tener en cuenta que más allá de nuestras fronteras,

, las pruebas en animales no solo están permitidas sino que también son

que se vendan allí. Es decir, una marca que vende sus productos en Europa y los importa a China, jamás podría ser considerada Cruelty Free, ya que para entrar en el mercado chino, se le requerirían ciertas pruebas en animales.

Esto quiere decir que, aunque las marcas no lleven a cabo pruebas en sus productos para el mercado europeo, sí que los llevan a cabo en China, por lo que se considera que sí son marcas que testan en animales. La premisa aquí es que, si una marca lleva a cabo pruebas en animales en cualquier parte del mundo, es una marca que acepta llevar a cabo la crueldad animal por puros motivos económicos.

Muchas marcas alegan estar invirtiendo dinero y recursos en alternativas a las pruebas en animales; sin embargo, se niegan a salir del mercado chino mientras lo hacen, lo cual resulta tremendamente incoherente, ya que si los valores de la marca dicen que están en contra de estas crueles prácticas, no tienen ningún sentido que al mismo tiempo lleven a cabo estas prácticas.

Otra cuestión que confunde al consumidor es la afirmación de algunas marcas de que “no realizan pruebas en animales”, lo cual es cierto, ya que algunas marcas no las realizan de primera mano, pero sí pagan a terceros (en este caso, el mercado chino) para que los realicen en su nombre. La afirmación sería cierta, pero es una manipulación del contexto en toda regla, y hace aún más difícil al consumidor saber realmente si el producto que desea adquirir ha pasado por pruebas en animales.

Cosméticos cruelty-free

Por suerte, hoy en día existen muchas fuentes fiables para ayudarnos a saber si la marca que queremos consumir está realmente libre de crueldad.

  • Para empezar, podemos buscar el sello oficial Leaping Bunny (representado por el dibujo de un conejo), que nos confirmaría que ni el producto ni sus ingredientes han sido testados en ninguna parte del mundo (no solo en Europa).
  • También debemos tener en cuenta que este sello cuesta dinero a las marcas, por lo que algunas pueden ser Cruelty Free sin tener el sello. Al ser marcas pequeñas que se fabrican y comercializan únicamente dentro de la Unión Europea, no necesitan el sello o simplemente no se lo pueden permitir. Por eso, nunca está de más consultar páginas web fiables y constantemente actualizadas como Cruelty Free Kitty o El Jardín de Asami.
  • También tenemos maquilladoras españolas de referencia como Maria Catalá, que únicamente utiliza y muestra productos cosméticos Cruelty Free, demostrando así que es totalmente innecesario utilizar productos testados para alcanzar resultados profesionales.

Por último debemos tener en cuenta que, por desgracia, el sello Cruelty Free no nos asegura que nuestros cosméticos no lleven ingredientes animales (como carmín, cera de abeja, lácteos, glicerina animal, lanolina o similares), por lo que lo ideal sería también buscar el sello vegano (o analizar los ingredientes del producto por nuestra cuenta) además del sello Cruelty Free.

Lo cierto es que tenemos marcas nacionales maravillosas que no realizan pruebas en animales (ni jamás lo harán), como Saigu Cosmetics y Goa Organics, o internacionales como Charlotte Tillbury, que acaba de obtener el sello Leaping Bunny (aunque no todos sus productos son veganos), The Body Shop o las marcas suecas Linda Hallberg o Emma S, que son algunas de mis favoritas.

La cuestión es que a estas alturas es completamente innecesario llevar a cabo pruebas en animales, y lejos de ser marketing, el sello Cruelty Free nos da la garantía de que una marca no lleva a cabo ni paga a otros para que lleven a cabo crueles experimentos en animales.

Si una marca no tiene el sello, siempre podemos preguntar a la misma, ya que una empresa que realmente ama a los animales es transparente y comparte sin tapujos su filosofía y sus prácticas, porque está orgullosa de ella.

En un sistema en el que las multinacionales anteponen el dinero a la empatía por los animales, se agradece poder acceder a marcas que realmente alinean sus palabras con sus actos.

Algunas fuentes consultadas: