Alguna mala experiencia con las ortigas puede haber hecho que creas que es una planta molesta, incluso odiosa e innecesaria. Si es así, te equivocas. Las ortigas se pueden comer, son nutritivas y terapéuticas, y además resulta una de las mejores ayudas para el jardinero y el horticultor.

Un abono natural y ecológico sin efectos secundarios

Con ortigas se puede elaborar un potente y beneficioso abono o purín líquido que contribuye al crecimiento saludable de las hortalizas. Es una alternativa natural y ecológica a los abonos minerales.

Es especialmenre recomendables para cultivos como patatas, calabacines y coles. También ha demostrado una gran eficacia con los tomates.

Emplear un abono natural como este tiene grandes ventajas sobre los abonos químicos. Apenas existe riesgo de pasarse con la dosis de abono, las plantas se refuerzan y se consigue un crecimiento más rapido.

Como todo buen abono, el purín de ortigas es muy rico en nitrógeno, pero también contiene hierro, calcio, fósforo y silicio, entre otros muchos elementos.

También previene las plagas

Además las plantas tratadas modifican su composición interna y resultan menos interesantes para los insectos, de manera que, además de abonar, también sirve para prevenir plagas de ácaros, pulgones, mosca blanca, araña roja, etc.

Aún hay más: el suelo donde crecen las plantas también se beneficia, pues le gusta a las lombrices y favorece el equlibrio en el ecosistema de microoganismos que envuelve las raíces de las plantas.

Así se prepara el abono de ortigas

Ingredientes:

  • Un gran manojo de ortigas, como para llenar un cubo (pon las hojas y los tallos, descarta las flores y las raíces).
  • Un gran cubo que no sea de metal.
  • Una tapa o una plancha de madera para taparlo.
  • Un palo para remover la mezcla.
  • Agua de lluvia (si no dispones de ella, hazlo con agua del grifo, pero deja que se evapore el cloro durante una noche).

Preparación:

  1. Coloca el cubo en un lugar soleado. Si el lugar es sombreado, también se puede hacer pero tardará más tiempo. Como el abono olerá mal es importante que el sitio esté lo suficientemente separado de donde haya mucho paso de personas.
  2. Corta las ortigas pertrechado con buenos guantes y tijeras de podar. En caso de que las plantas sean grandes puedes cortarlas con una una hoz. Ponlas en el cubo hasta que ocupen tres cuartas partes de su volumen.
  3. Vierte el agua en el cubo hasta que las ortigas queden completamente cubiertas.
  4. Deja el cubo tranquilo durante unos cuantos días. Cuando empiece a oler mal, tápalo.
  5. Destápalo cada dos o tres días y remueve las ortigas con un palo. Es importante oxigenar de esta manera el agua para que la fermentación se produzca adecuadamente.
  6. La mezcla estará lista en un plazo de 14 a 21 días. Puedes colarla y empezar a utilizarla como abono. Será útil durante to el periodo de crecimiento de la planta.

Cómo se emplea

  • Utilízalo con plantas que necesitan muchos nutrientes.
  • Las aromáticas y las legumbres no se deben tratar con este abono.
  • En plantas jóvenes, diluye 500 ml del abono en 10 litros de agua cada 15 días. En plantas adultas, aumenta la dosis a 1 litro.
  • Riega la tierra con el agua tratada, no las hojas.