Una típica casita de la campiña inglesa rodeada de un jardín con flores. Así es Mount Vernon, el hogar en el que el doctor Edward Bach pasó sus últimos dos años de vida estudiando las propiedades terapéuticas de las flores silvestres que crecían en los alrededores.

Han transcurrido casi 80 años desde aquel entonces, pero en Mount Vernon todo parece seguir igual: allí se continúan elaborando, con los mismos utensilios y métodos, los 38 remedios florales en los que se basa la terapia del doctor Bach.

El objetivo de este tratamiento es que volvamos a escuchar nuestro interior, equilibrándonos a nivel emocional, tal y como nos explica Cristina Moragas, terapeuta floral. "Los remedios se utilizan para contrarrestar cualquier emoción que nos haga sentir mal: depresión, angustia, miedo, duda, rencor, rabia... Nos ayudan a tomar conciencia de estas emociones y nos dan la calma necesaria para asumirlas de forma constructiva".

Durante los años en los que trabajó como médico, Edward Bach observó que la personalidad y las emociones de cada individuo influían en la evolución de los trastornos. "Las esencias florales actúan sobre el estado de ánimo, compensando el sistema nervioso y estabilizando el pensamiento, por eso muchos síntomas físicos desaparecen. No inciden sobre la enfermedad ni el cuerpo físico, sino sobre el estado de ánimo implicado en la enfermedad", apunta Cristina Moragas.

¿Cómo funcionan las flores de Bach?

"Las flores de Bach no son infusiones de plantas medicinales ni tampoco extractos fitoterapéuticos, al no contener ningún principio activo", puntualizan desde la Sociedad para el Estudio y la Difusión de la Terapia del doctor Bach de Catalunya (Sedibac).

Entonces, ¿cómo funcionan? Enric Homedes, vicepresidente de la entidad, nos lo explica: "Lo que percibió Bach en determinadas plantas fue su información vibracional. Alguien que sienta miedo vibra a una determinada frecuencia, y Bach se dio cuenta de que algunas especies vegetales podían contrarrestar y equilibrar miedos específicos".

Para extraer la información vibracional de las plantas, esa concentración de energía que puede ser utilizada para curar estados emocionales negativos, se utilizan dos métodos: la solarización y la ebullición. El primero consiste en dejar las flores al sol, en un cuenco de cristal con agua de manantial, durante tres horas.

En el segundo, estas se llevan a ebullición durante 30 minutos. Con las gotitas de la tintura resultante se prepara el stock (primera dilución) añadiendo alcohol de uva a la esencia para que, de esta forma, se conserve en perfecto estado sin alterar cada una de sus propiedades. De los botellines de stock se preparan las fórmulas individualizadas.

Un tratamiento desde lo positivo

"Los remedios florales, además, contribuyen a gestionar mejor cualquier alteración que tiene un ser vivo a nivel emocional, mental, físico y espiritual", afirma Enric Homedes. Y lo hacen potenciando la parte positiva de las emociones y aumentando nuestra capacidad pasar asumirlas libremente, tal y como explicó Stefan Ball, experto del Centro Bach en Mount Vernon, en una entrevista publicada en 2006.

Esta podría ser una de las diferencias de las esencias florales con otras terapias como la homeopatía, que se basa en administrar, en dosis ínfimas, la misma sustancia que genera los síntomas de un trastorno concreto.

Las distintas flores de Bach y sus funciones

Cada uno de los 38 remedios se administran para distintas emociones y patrones de comportamiento y están clasificados en siete grupos negativos (soledad, hipersensibilidad, incertidumbre, desaliento y desesperación, falta de interés, excesiva preocupación por el bienestar de los demás y diversos miedos).

Así, por ejemplo, Pine (pino) ayuda a gestionar la culpa, Water violet (violeta del agua) exceso de aislamiento, Mimulus (mímulo) la inseguridad, y Holly (acebo) los celos o la rabia. Pero, además de identificar la emoción, es importante saber qué se esconde detrás de esa emoción, por qué se ha generado. Y es aquí donde el papel del terapeuta floral cobra especial protagonismo.

"Identificar uno mismo las flores que necesita no es fácil, ni siquiera para los terapeutas que las conocemos bien, porque es difícil ver en uno mismo lo que se está desarrollando en el inconsciente. Para mí no sirve, por ejemplo, buscarlas por Internet o en un libro y empezar a elegir las flores aleatoriamente solo con la intuición. Los mismos terapeutas pedimos consejo a nuestros compañeros para que nos ayuden a escoger las que necesitamos", expone al respecto Cristina Moragas.

Rescue remedy

El remedio rescate combina cinco flores de Bach y es una fórmula para utilizar en casos de emergencia; un tratamiento de choque, que estabiliza a la persona con rapidez, no una esencia para usar frecuentemente.

Incluye Cherry Plum (cerasífera) que gestiona el miedo a perder el control; Rock Rose (Heliantemo), el pánico o el terror; Clematis (clemátide), la falta de concentración; Impatiens, (impaciencia), la tensión; y Star of Bethlehem (leche de gallina), los estados de schok.

Conocer las plantas antes de usarlas

Entonces, ¿no es posible preparar nuestros propios remedios florales? El mismo Edward Bach abogaba porque hubiera, en cada hogar, un botiquín de flores. Incluso su primer cuaderno sobre la terapia, escrito en 1930, se tituló "Cúrense a ustedes mismos".

La autoprescripción, siempre y cuando haya un conocimiento previo de las flores, puede ser muy eficaz sobre todo en caso de querer tomarlas puntualmente, por ejemplo para gestionar el miedo a volar o los nervios ante una operación.

Pero si lo que se pretende con las flores es hacer un trabajo más profundo, de evolución y crecimiento personal, la ayuda de un buen terapeuta se hace necesaria e imprescindible. Las diferentes sociedades para el estudio y la difusión de la terapia del doctor Bach que hay en España (Seflor en la Comunidad de Madrid, Sedibac en Catalunya, Flobana en Navarra, Galibach en Galicia...) disponen de listas de terapeutas florales que pueden guiarnos en la búsqueda de profesionales.

¿Se abusa del rescue?

Esta autoprescripción de emergencia para momentos agitados, sin un conocimiento previo de las flores, puede generar un mal uso de los remedios más populares, como el "remedio de rescate" o Rescue Remedy. "A menudo se utiliza desmesuradamente este producto como si fuera la panacea floral del siglo", añade Enric Homedes.

Este remedio es eficaz en momentos de angustia o desasosiego debido a una situación puntual, como recibir una mala noticia, pero no está concebido como tratamiento a largo plazo. "Creo que hay muchas personas que no saben que podrían beneficiarse mucho más si tomaran una combinación de distintas flores en vez de acudir solo al Rescue Remedy", añade Moragas.

Hay que tener en cuenta que cuando se elige una flor errónea, al no vibrar esta a la misma frecuencia que la emoción que se pretende equilibrar, no provoca ningún efecto, ni positivo ni negativo, nos explica la terapeuta.

¿Cómo se toman las flores de Bach?

Los preparados individualizados se suelen elaborar añadiendo a un frasco gotero opaco de 30 ml (de vidrio o plástico) agua mineral y dos gotas de cada una de las esencias elegidas (cuatro si se utiliza Rescue Remedy).

Se recomienda emplear, como máximo, entre 5 y 8 flores en cada preparado, para priorizar una línea de acción y no pretender gestionar demasiados estados emocionales a la vez. Como norma general, se recomienda tomar 4 gotas, 4 veces al día. El número de dosis puede variar en función del problema; sobre todo en casos puntuales, en los que puede necesitar una mayor prescripción.

Para que sean eficaces hay que respetar la frecuencia, espaciando las dosis durante el día. Es lo más importante. "De poco sirve administrar 16 gotas de flores por la mañana y no volver a tomarlas en todo el día", advierte Cristina Moragas.

Las esencias florales más comunes

Algunos de los remedios que pueden utilizarse para abordar desequilibrios comunes son:

  • Miedos: Mimulus (mímulo) es eficaz para tratar el miedo a cosas conocidas. Y Aspen (álamo temblón) se centra en la ansiedad de origen desconocido.
  • Incertidumbre: Gentian (genciana) contribuye a ganar confianza ante cualquier obstáculo. Y Cerato (ceratostigma) ayuda a los que piden constantemente consejo.
  • Falta de interés por el presente: Olive (olivo) es una flor muy adecuada ante el agotamiento físico o mental. White Chestnut (castaño blanco) está indicada para frenar los pensamientos repetitivos.
  • Desaliento: Willow (sauce) puede ayudar a las personas que suelen asumir el papel de víctimas. Larch (alerce) equilibra a aquellos que esperan el fracaso, creyendo que nunca tendrán éxito en la vida.
  • Hipersensibilidad: Walnut (nogal) facilita la adaptación a todos los cambios, y Centaury (centaura menor) puede ser útil en las personas a las que les cuesta decir no.

Qué dicen los estudios

Aunque consumirlas en gotas es lo más usual, las flores de Bach también se usan para preparar cremas, colirios, cataplasmas y vaporizadores que tienen también resultados positivos. El hecho de que no contengan principios activos provoca que, en los análisis químicos, solo se identifiquen el agua y el alcohol, pero no la esencia de la flor.

Pese a ello, la OMS reconoció las flores de Bach como terapia complementaria en 1975, y cada vez son más los grupos de investigación que contradicen las teorías que hablan de un efecto placebo de este tratamiento. Uno de ellos, de la Universidad Central Marta Abreu de las Villas en Cuba, está llevando a cabo investigaciones con niños, adolescentes y adultos que demuestran la utilidad de estos remedios para tratar, entre otros, trastornos de adaptación en escolares o problemas de relación entre padres e hijos.

"En los niños las flores actúan rápidamente, porque no tienen las interferencias mentales de los adultos. Esto descarta el efecto placebo que se les suele atribuir", sostiene Cristina Moragas. Una opinión que comparte Enric Homedes: "científicamente se está luchando para poder demostrar la eficacia de las flores de Bach, pero empíricamente hay trabajos realizados con éxito con animales y niños, en los que no puede darse un efecto placebo", sostiene.

Gotas para el bienestar

Si se administran las veces prescritas, de forma continuada y durante el tiempo necesario, las flores de Bach son una eficaz herramienta para gestionar las emociones que nos impiden fluir con nuestra propia naturaleza, aumentando el bienestar emocional, físico y mental.

Además, al no contener principios activos, los remedios florales no provocan interacciones o efectos secundarios, lo que permite su uso incluso en bebés y mujeres embarazadas.

Enric Homedes nos explica que gracias a las flores ha trabajado la empatía, tan necesaria en su profesión. También le han ayudado a no caer fácilmente en determinados roles. A Cristina Moragas tomarlas le ha facilitado el sentirse mucho más segura de sí misma, más despierta y consciente.

Tal y como nos explicó Stefan Ball hace unos años, los remedios florales del Doctor Bach pueden contribuir al crecimiento personal en el sentido de que, sin cambiar tu forma de ser, te ayudan a ser más tú mismo.