La medicina china, con su peculiar forma de ver y mirar el universo, de tocar y sentir el cuerpo humano, nos ha enseñado un laberinto donde se observa la salud con sentido y paciencia, un laberinto donde el camino es la respuesta.

Hay cuatro métodos de diagnóstico: la observación, oler y escuchar, la interrogación y la palpación. Cada método tiene sus normas y requisitos para así poder tejer por completo el lienzo donde el cuerpo humano se dibuja y expresa su estado físico y emocional.

Diagnosticar por el pulso es la máxima expresión de sabiduría y experiencia en la práctica de la medicina tradicional china. Es la culminación profesional, que alcanza el nivel de comprensión más alto.

Según reza un dicho chino explicar el pulso es como beber un vaso de agua: si está caliente o fría sólo lo sabe quien la ha bebido. Si otra persona pregunta "¿cómo está el agua?", ¿ quién puede responder con exactitud?

Al menos, el agua se puede catar, pero el pulso de cada persona es invisible, palpable pero intransferible.

Relación entre el pulso y la salud

El pulso es un reflejo tan real del estado del chi (energía) como el brillo de la cara o el buen ánimo de una persona sana. Es el conjunto del buen funcionamiento del corazón junto con el fluido de los canales y la armonía de chi y xue (sangre).

El libro Ling Shu dice: "El pulso se esconde en el corazón. El shen (espíritu, vivacidad) se aloja en el pulso".

El pulso es el ritmo de la vida y lo marca el corazón que recibe la sangre pura producida por el bazo/estómago después de ingerir la comida. Del corazón parte la sangre y el chi hacia todo el cuerpo.

El chi es el motor y la xue es el vehículo: la sangre no circulará si el chino la empuja y el chi no podrá llegar a ninguna parte sin usar la sangre como vehículo.

En la formación de chi y xue intervienen cuatro órganos.

  • Pulmón. Es el maestro del chi, la base fundamental del ritmo cardiaco y de la fuerza del pulso. Dada la estrecha relación entre chi y xue, el chi generado por el pulmón a través de la respiración llega al corazón para poder ser transportado a todo el cuerpo. Su calidad y cantidad determinan el estado del pulso.
  • Bazo/Estómago. Es la fuente de chi y xue, la base terrestre adquirida, donde se genera la mayor parte del chi y la xue que nutren el cuerpo. Un buen chi de bazo y estómago es signo de buen estado físico y emocional. Por eso se considera un indicador de la esperanza de vida.
  • Hígado. Almacena la sangre y regula su volumen. Su función principal es mantener libres las vías de paso: vasos sanguíneos, meridianos y canales. Si están libres, los fluidos que circulan por ellas llegarán a sus destinos sin trabas.
  • Riñón. Es la raíz donde reside el yuan chi (chi originario o chi hereditario), la fuente motora del funcionamiento de los órganos, y también la raíz del yin y el yang de todo el cuerpo. La fuerza del pulso proviene del riñón y el pulso tiene que estar arraigado en él.

Los tipos de pulso según la medicina china

La medicina china considera treinta tipos de pulso:

  • Grande: xiao;
  • Pequeño: :
  • Flotante: chen;
  • Profundo: shuo;
  • Rápido: hua;
  • Resbaladizo: se;
  • Rugoso: jin;
  • Tenso: fù;
  • Escondido: chu;
  • Apresurado: ge;
  • Entrecortado: xi;
  • Filiforme: ruo;
  • Débil: san;
  • Disperso o difuso...

Algunos están compuestos por dos o tres tipos diferentes. Por ejemplo, los pulsos yin y yang: los yin son los débiles y escondidos, y los yang, los grandes y fuertes.

Cómo tomar el pulso según la medicina china

El pulso se toma cerca de la muñeca, donde acaba el hueso del radio.

El lado derecho refleja el yin y el izquierdo el yang. Se usan los dedos índice, corazón y anular presionando suavemente en el lado radial de la muñeca. Y partiendo desde la línea transversal hacia el corazón se realiza una detenida exploración.

Hay tres barreras. En la derecha se toma el pulso de Pulmón, Bazo y Riñón (primera, segunda y tercera barrera consecutivamente), y en la mano izquierda el de Corazón, Hígado y Riñón (también primera, segunda y tercera barrera).

Las tres profundidades son (flotante), zhong (medio) y chen (hundido o profundo).

Los dedos actúan como sensores para captar y determinar dónde, cuándo, cómo y qué sucede en el cuerpo.

De los treinta tipos de pulso que existen a los tipos de pulso que realmente se suelen distinguir en la práctica actual hay un trecho cada vez mayor. Hoy esa práctica se está perdiendo, como perdemos los bosques de las montañas.

Antaño la medicina se consideraba disciplina para toda la vida y normalmente era de transmisión familiar o bien se enseñaba a discípulos escogidos desde muy jóvenes.

Aprendían primero las tareas domésticas, hasta que un día el maestro consideraba oportuno introducir algo tan sencillo como moler una planta o servirle el té en la consulta. Se instruían sin preguntar, el maestro era más respetado que los propios padres, no había escuela sino el maestro.

El aprendizaje era día a día, gota a gota, sin prisa y sin límite de tiempo, un tiempo que tenía otro valor, y las únicas herramientas de trabajo eran la paciencia y la práctica, de donde surgía el refinamiento del buen trabajo hecho a conciencia.

Desde entonces se han sistematizado las enseñanzas y hay muchas más oportunidades para mucha más gente. Pero la mano que toma el pulso sigue sintiendo el pálpito de la vida y la enfermedad.

Como los dedos de Beethoven deslizándose sobre las teclas del piano: no solo producían el sonido de las notas sino el sentimiento de la música en su máxima expresión.

Antiguamente, los médicos practicaban chikung a fin de dominar el chi o la energía, y el pulso es la manifestación del chi. Si el médico no tiene dominado su propio chi, no podrá distinguir el chi del paciente del suyo.

Para qué se toma el pulso en la medicina tradicional china

En el pulso se detectan los desequilibrios de yin y yang, chi y xue. Se puede leer dónde suceden los problemas y cómo solucionarlos.

En una persona sana el pulso presenta cuatro latidos regulares por cada respiración completa y serena. Es como un electrocardiograma: presenta ritmo, curvas, fluidez, fuerza, picos, longitud, amplitud...

En verano los pulsos son más fuertes y superficiales debido al calor y el movimiento; en cambio, el pulso de invierno de una misma persona tiende a ser más profundo y lento porque la energía se interioriza para no dispersarse.

El pulso es el código más completo y sutil de nuestra existencia, y se necesita conocimiento, dedicación y mucha paciencia para descifrarlo.

Ahora tomamos el pulso como un dato complementario. La gran mayoría de médicos optan por lo más práctico y sencillo, como es preguntar, o por las modernas tecnologías como resonancias, ecografías, análisis...

Es el precio que tiene que pagar la milenaria medicina china para sobrevivir en el mundo hipertecnológico actual. Así, en vez de aferrarnos a los dogmas, podemos tocar la misma pieza musical utilizando otros instrumentos. No seremos Beethoven pero sí podemos esforzarnos en ser sus mejores discípulos.