Una pomada no puede curar el resfriado común, pero puede aliviar significativamente los síntomas, como la tos, el dolor de garganta, la secreción y la congestión nasal.

Los aceites esenciales que contiene el bálsamo se van evaporando desde la piel y estimulan el movimiento de los cilios en las membranas mucosas nasales y bronquiales. De esta forma, la mucosidad se elimina con facilidad y se puede volver a respirar profundamente.

Sin embargo, casi todos los ungüentos contra el resfriado convencionales que se encuentran en droguerías y farmacias se basan en aceites minerales (derivados del petróleo) que no son afines a la fisiología de la piel y pueden estar contaminados con compuestos irritantes y tóxicos.

La buena noticia es que los ungüentos balsámicos contra el resfriado y sus síntomas son muy fáciles de hacer en casa con productos naturales y puros. Además es más barato que los productos de farmacia.

Haz tu ungüento balsámico

Ingredientes (para unos 50 g de pomada):

  • 50 ml de aceite de oliva
  • 5 g de cera de abejas
  • 6-8 gotas de aceite esencial de tu elección

El aceite de oliva lo tienes en casa y posee propiedades beneficiosas para la piel, pero también puedes usar aceite de aguacate, cártamo o girasol.

Sin embargo, cada aceite reacciona de manera un poco diferente en cuanto a consistencia. Es posible que necesites un poco más o un poco menos de cera de abejas para hacer el ungüento. Si estás interesada en experimentar, también puedes usar manteca de cacao o karité en lugar de cera de abejas, aunque las cantidades pueden variar.

El bálsamo obtiene sus poderes medicinales de los aceites esenciales naturales puros. Para una receta básica se pueden usar cuatro gotas de aceite de eucalipto y dos gotas de aceite de menta. Puedes encontrar otras combinaciones posibles de aceites esenciales al final del artículo.

También necesitarás:

  • 1 cazo
  • 1 recipiente de mezcla ignífugo (yo uso tarros viejos de mermelada o miel desinfectados, pero pueden calentarse bastante)
  • 1 espátula o cucharadita para mezclar
  • 1 frasco pequeño o tarritos para guardar el bálsamo

Puedes desinfectar la superficie de trabajo, el recipiente de mezcla, la espátula o cuchara y el recipiente de almacenamiento con un poco de alcohol o agua hirviendo.

Elaboración:

  1. Pesa la cera de abejas y el aceite por separado y caliéntalos juntos al baño María hasta que la cera de abejas se haya disuelto.
  2. Revuelve y luego coloca una muestra en un platito. Debido a la pequeña cantidad en el plato, la masa será un poco más dura que en el producto final, pero así puedes evaluar rápidamente si es necesario ajustar los ingredientes
  3. Dependiendo de la consistencia deseada, agrega un poco de aceite o cera de abejas y prueba nuevamente.
  4. Deja enfriar. Revuelve de vez en cuando para mezclar la masa ya enfriada en los bordes del recipiente.
  5. Agrega los aceites esenciales y mezcla de nuevo.
  6. Etiqueta el recipiente de almacenamiento con el nombre y la fecha de fabricación y llena el envase elegido con el producto final.

Opcionalmente, puedes reemplazar un gramo de cera de abejas con un gramo de lanolina o manteca de cacao, para que el bálsamo quede un poco más cremoso.

Mezclas de aceites esenciales

Si el efecto del ungüento te parece demasiado débil, puedes agregar más aceites esenciales. Pero con cuidado, los aceites esenciales consisten en extractos de plantas altamente concentrados, por lo que la cantidad no debe exceder las 10 gotas por 50 ml de aceite base.

Los aceites esenciales esenciales pueden provocar reacciones alérgicas en personas sensibles. Es recomendable que antes de utilizar un aceite se realice una prueba. Esta consiste en aplicar dos gotas del aceite esencial puro en la fosa del codo. Si no aparece ninguna reacción en el plazo de 48 horas se puede utilizar con tranquilidad.

Por otra parte, los aceites esenciales no deben usarse en bebés, niños pequeños y mujeres embarazadas (a menos que sea bajo el consejo y control de un aromaterapeuta experto).

Puedes combinar hasta tres aceites esenciales de la siguiente lista. Todos poseen propiedades antisépticas y antiinflamatorias que pueden ayudar con la tos, la secreción nasal y el dolor de garganta:

  • Cajeput: analgésico, antimicrobiano, antiséptico, expectorante.
  • Eucalipto: desinfectante, germicida, expectorante (indicado en las bronquitis).
  • Aguja de abeto: antimicrobiano, astringente, sudorífico, expectorante.
  • Hierba de San Juan: calmante, descongestionante, antiinflamatorio.
  • Manzanilla: antiinflamatorio, diaforético, antipirético.
  • Alcanfor: expectorante (¡no excederse con la dosis!).
  • Lavanda: antimicrobiana, calmante.
  • Tilo: te hace sudar, fortalece el sistema inmunitario.
  • Manuka: antibiótico, antiinflamatorio, antialérgico, para la secreción nasal, dolor de garganta, tos, sinusitis. Combina bien con lavanda y árbol de té.
  • Mirto: expectorante, antiinflamatorio, antibacteriano.
  • Menta: antimicrobiano y antiviral, analgésico.
  • Romero: equilibrante, estimulante, antiespasmódico, digestivo.
  • Salvia: disminución de la secreción de sudor, contra el dolor de garganta.
  • Árbol del té: antibacteriano, antifúngico y antiviral.
  • Tomillo: antiespasmódico, fuerte antibacteriano y expectorante.