Esta meditación guiada de Lidia González te ayudará a aceptar a tus antepasados.

Aunque a veces sea duro de reconocer, es muy difícil sanar la relación con nosotros mismos si nos resistimos a sanar nuestros lazos familiares y, especialmente, la relación con nuestros padres. Meditar puede ayudarnos a sanar esa relación con nuestros familiares.

Nuestra madre, nuestro padre y sus antepasados son nuestra conexión con la vida y cómo nos sentimos en relación a ellos refleja cómo nos sentimos en relación a la vida y a nosotros mismos.

De hecho, cuando nos involucramos en un proceso de desarrollo personal, esta es una parte fundamental, ya que nuestro sistema familiar funciona como espejo de nuestro sistema interno, con todas sus partes. Por tanto, cuando rechazamos a nuestros padres estamos rechazando una parte de nosotros que es imprescindible para sentirnos plenos.

Hacer un trabajo de sanación, mediante terapia o con ayuda de la meditación, practicándola por tu cuenta, con un maestro o recurriendo a meditaciones guiadas como esta, es un paso inprescindible para avanzar hacia la plenitud. 

Abrirnos a recibir fuerza vital de nuestros antepasados

El ejercicio de sanación se trata, siempre, de incluir a todas las partes en nuestro sistema, acogiéndolas y aceptándolas con compasión. Esto hace que la lucha creada por el rechazo a alguna de las partes tal y cómo es y el correspondiente apego a que sea diferente, se disuelva. Es entonces cuando podemos descansar y cuando, de hecho, una transformación es posible.

Una vez hayamos hecho esto, honrar e incluir a todas las partes de nuestro sistema familiar y, por tanto, de nuestro sistema interior, es cuando somos capaces, por fin, de entregarnos a la vida y fluir con ella.

Es entonces cuando podemos darnos el permiso para sentir la fuerza que todas esas partes naturalmente contienen y para sentirnos empoderados a través de ellas, permitiendo que estén a nuestro favor como apoyo para desplegar nuestra vida.

Cómo meditar para recibir fuerza de tus antepasados

  • Siéntate, acomódate y cierra tus ojos.
  • Puedes respirar profundamente una o varias veces para soltar lo que sea que estuvieras haciendo y aterrizar en el momento presente.
  • Ahora puedes visualizar a tu madre a tu lado izquierdo justo detrás de ti. Siente la energía de tu madre a tu lado.
  • Visualiza a tu padre a tu lado derecho, también justo detrás de ti. Siente su energía a tu lado.
  • Date cuenta de si uno de ellos está más cerca o más lejos de ti.
  • Hazte consciente de qué es lo que ocurre en tu cuerpo a nivel de sensaciones, emociones y sentimientos mientras tienes a tus padres a tu lado.
  • Mira a tu madre y dile gracias.
  • Mira a tu padre y dile gracias.
  • Déjate sentir en tu cuerpo cualquier cosa que surja ahora mismo y dale el permiso para estar ahí.
  • Siente gratitud hacia tus padres. Ambos igual de importantes para tu existencia. Estás compuesta/o de ellos.
  • Visualiza a tus abuelos maternos detrás de tu madre y di a cada uno de ellos gracias.

Visualiza a tus abuelos paternos detrás de tu padre, y di también a cada uno de ellos gracias.

  • Siente como forman parte de ti, estás también compuesta/o de ellos.
  • Ahora puedes visualizar detrás de cada uno de ellos a sus dos padres. Y detrás de cada uno de éstos, a sus dos padres. Así de forma infinita visualiza muchísimos ancestros detrás de ti.
  • Siente como todos ellos son parte de ti y están presentes de alguna manera en cualquier cosa que hagas en esta vida. Todos ellos han sido igual de importantes para tu existencia.
  • Siente el efecto en tu cuerpo de darte cuenta de ello.
  • Ahora siente el apoyo de todos esos antepasados. Siente como todos ellos te están pasando la vida que ellos recibieron, te están dando fuerza vital.
  • Ahora visualízate apoyándote en ellos y dándote el permiso de recibir ese apoyo y esa fuerza vital que fluye hacia ti desde todos y cada uno de ellos.
  • Déjate sentir en tu cuerpo esta fuerza y esta vitalidad, inundándote de ellas.
  • Cuando lo sientas, a tu propio ritmo, abre tus ojos.