Durante el día acumulamos un gran número de cargas energéticas de nuestro entorno que no nos pertenecen. La mayoría de ellas ocurren en nuestras interacciones con otras personas, o al compartir espacio con ellas. Otras veces son energías de acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor que nos alteran de alguna manera. Y en algunos casos las absorbemos de cosas que consumimos, ya sea comida, películas, lecturas...
Todas esas energías que sentimos en nuestro entorno, especialmente si somos personas sensibles, pueden irse acumulando fácilmente y creando una sensación de carga que consume nuestra energía y nos deja cansadas física, mental y emocionalmente. Con la ayuda de la meditación guiada con voz podemos soltar todas esas energías.
¿Por qué conviene descargar energías?
Especialmente las personas altamente sensibles y las personas que son muy empáticas pueden realmente sentir la energía y las emociones de otras personas cuando éstas están cerca. A veces la sensación es tan real que parece propia, y hay muchas personas sensibles que tienen dificultades para diferenciar entre sus propias emociones y las emociones de las personas que están a su alrededor.
Esto puede llegar a ser muy abrumador, especialmente si vives en una ciudad y pasas tiempo en espacios concurridos, como podría ser el metro o el autobús urbano.
Todas esas energías se van acumulando a lo largo del día, creando una visión borrosa de lo que realmente somos y sentimos, y por lo tanto creando una capa que nos separa de nosotros mismos, de nuestro centro, y de esa sensación de conexión propia.
Por eso es tan importante, especialmente para personas altamente sensibles, tomarse uno o varios momentos al día para purificarse de todas esas cargas y energías acumuladas y sentirse de nuevo, reconectando consigo mismas.
Cómo meditar para soltar cargas y energías acumuladas a lo largo del día
- Encuentra una postura sentada cómoda, cierra tus ojos.
- Comienza poco a poco a conectar con tu respiración y con tus cinco sentidos, ya que ambos son anclas que nos conectan con este momento presente. Te invito a conectarte de forma ampliada con este aquí y ahora a través de ellos.
- Desde aquí te invito a que hagas un repaso de tu día y de las situaciones que te han afectado o han intervenido en tu estado sensorial o emocional de alguna manera. Puede que muchas de ellas estén relacionadas con otras personas y con tu interacción con ellas. Quizás un mensaje recibido, la energía percibida en alguien, la agresividad que sentiste tras esas palabras... Encuentra tus propios momentos en tu día que te han afectado.
- Y mientras lo haces lleva tu atención a tu cuerpo, dándote cuenta de dónde sientes esas cargas acumuladas en tu cuerpo, dónde se han quedado situados los residuos de esas situaciones en tu cuerpo.
- Céntrate en esas partes de tu cuerpo y observa las sensaciones presentes en ellas tal y como son, sin la necesidad de cambiar nada. Obsérvalas como algo interesante que te está ocurriendo.
- Ahora te invito a que visualices esas sensaciones con una forma determinada. Quizás tienen la cara de las personas de tu día, quizás son solo una mancha de color. Visualízalas a tu manera y obsérvalas con esa forma en esos lugares de tu cuerpo.
- Mientras las observas date cuenta del flujo de tu respiración, incluyéndolo también en tu conciencia.
- Ahora te invito a seguir el flujo natural de tu respiración y a visualizar con cada exhalación cómo esas sensaciones con la forma que les has dado se elevan disolviéndose poco a poco y desapareciendo en el haz de luz del sol en el cielo. Observa esto, simplemente siendo testigo de ello.
- Mientras sueltas esas cargas trae parte de tu atención a tu cuerpo, dándote cuenta del efecto que esto tiene en él. Siente tu cuerpo.
- Y a tu propio ritmo, suavemente, puedes abrir tus ojos.