Miquel Samarra es un referente en medicina integrativa. Desde hace más de 30 años, aparte de ejercer como médico especialista en nutrición y deporte (es gerente del Centro Médico Matterhorn, de Barcelona), se ha dedicado a investigar e implementar sus conocimientos en diferentes ámbitos de salud holística. Nos invita a encontrarnos con nosotros mismos y a conseguir el equilibrio de nuestro organismo a través de  técnicas respiratorias, meditación, Raja Yoga o el uso terapéutico del sonido a través de los mantras. 

Para él es importante la concepción del individuo no sólo como parte física sino también energética. Samarra explica que la hormona emocional es la génesis de prácticamente el 70% de nuestras enfermedades y la mayoría de estas enfermedades se generan en el cuerpo emocional y se manifiestan en el cuerpo físico. Desde un punto de vista holístico y teniendo esto en cuenta, se considera que el cuerpo físico es en realidad el campo de los efectos y no tanto de las causas.

Transitar por el sendero de la salud

-En alguna ocasión ha afirmado que si tuviéramos en cuenta la respiración, la alimentación y el ejercicio físico evitaríamos el 70% de las enfermedades.
-Esto parte de un principio que nos lleva a las bases de la salud. Tendríamos una primera tríada que sería alimentación, ejercicio y respiración y luego tendríamos la meditación, para no estar en una respuesta reactiva constantemente; el sueño adecuado y el contacto con la naturaleza. Con estos seis elementos armónicamente relacionados eres una persona que transita un sendero de salud. Lo bueno del caso es que cuando empiezas a modificar alguno de estos ítems, los demás le siguen. Cuando decides cambiar tu alimentación o hacer ejercicio de forma regular, de repente te sientes atraído por la meditación y comienzas a meditar, a aprender técnicas de relajación…Cuando te pones, se genera una espiral virtuosa. Por eso hay que animarse a pasar a la práctica. 

-Un estado natural de nuestra alma que también hemos olvidado es el silencio, al que también se accede mediante la respiración. ¿Qué nos enseña el silencio?
-Para entender el silencio tenemos que ponernos en modo «escucha». El silencio es una experiencia, es la ausencia de ruido, pero no del ruido externo, sino del interno. Para llegar ahí tienes que disminuir el ruido interno, el que estamos generando básicamente con nuestros pensamientos, que no paran. Y por supuesto que el ruido externo, en el cual se refugian algunas personas, es para tapar el interno. Se usa la estrategia de estar en la objetividad, en el ruido externo, para no hacer frente a nuestro ruido interno, que no se detiene. Esto por tanto no tiene nada que ver con guardar silencio, callarse o no someterse a ningún sonido, tiene más que ver con encontrar la paz interior. 

-¿Qué ocurre cuando se encuentra esa paz interior?
-Lo importante es que cuando te adentras en el silencio durante tiempo se convierte en tu estado natural y cuando no hay una demanda externa, tú vuelves a ese lugar siempre. Es como volver a tu residencia. Yo salgo de mi residencia, porque me demandan por cualquier cosa, respondo y cuando acabo mi trabajo, vuelvo a mi residencia. 

-Eso confiere fortaleza y sentido a la vida…
-Sí, es un estado de paz, plenitud y conexión. Estás allí y estás en paz contigo mismo. No te perturba el ruido externo aunque lo haya. Además se desarrolla una mayor capacidad de escucha. Se invierte la polaridad que tenemos de hablar, hablar y hablar hacia la escucha. Y como escuchador puedes captar muchas más cosas que cuando estás hablando sin sentido. 

La importancia de la respiración

-El mundo occidental respira como vive, en automático y de manera superficial pero,  ¿cómo cambiarían las cosas si comenzáramos a manejar nuestra respiración para aquietar nuestro cuerpo y nuestra mente?
-Eso lo cambiaría todo, porque tomaríamos consciencia del poder de la respiración. Si te fijas, la vida comienza con un primer aliento y lo último que hacemos cuando la abandonamos es expirar. Respirar es un acto al que por estar automatizado no le solemos prestar atención, pero hacerlo conscientemente es sumamente importante, porque aparte de que nos relaja y nos conduce a un estado de quietud físico y mental, nos conecta con el presente. Respiras ahora, si detienes tu respiración hasta mañana, ya no estás. La respiración consciente es estar en el aquí y el ahora. 

-Propone realizar una respiración completa y consciente. ¿En qué se basa y qué beneficios tiene sobre nuestra salud?
-Conectar conscientemente con tu respiración significa poner la atención en tu respiración. Ahí puedes darte cuenta de que tu respiración está acelerada, es torácica y superficial, no es rítmica…algo muy común en nuestros días, y una respiración torácica está asociada a un estado de estrés crónico. Cuando respiras conscientemente lo haces de una forma profunda, lenta, pausada, rítmica…una respiración completa que te conecta con un estado que los médicos conocemos como parasimpático tónico, que implica relajación. Es un estado en el que los pensamientos se enlentecen, tu corazón late más despacio. Predominan las ondas cerebrales alfa (relativas a la tranquilidad y al bienestar) y beta (relacionadas con un estado de atención o alerta).

-¿Y cómo la podemos poner en práctica?
-En un primer momento inspiras y haces una corta pausa inspiratoria, sueltas luego y haces una pequeña pausa expiratoria… Ser consciente de estos cuatro movimientos es muy interesante porque te conecta con lo que la vida es y con el movimiento pulsátil, un un movimiento centrífugo y centrípeto. El corazón pulsa, la vida pulsa, tiene ese ritmo pulsátil y la respiración también.

-¿Tiene que ser diafragmática?
-Sí, el diafragma es el músculo respiratorio más importante. Hay muchos otros que facilitan la respiración, como los intercostales…pero si hacemos una respiración diafragmática, inflando el vientre cuando inspiramos, conseguiremos que los pulmones se llenen de una mayor capacidad de aire. 

Practica la voluntad de cambiar

-Otras herramientas poderosas para calmar nuestra mente y favorecer nuestro equilibrio físico y espiritual que usted recomienda es el canto de mantras, en especial cantar el mantra OM mientras estamos en una actitud meditativa…¿qué nos aporta esta práctica?
-En mi experiencia, los mantras son el instrumento más poderoso y rápido para cambiar y expandir la consciencia. Van a purificar tu manera de comunicarte. El mantra no deja de ser un elemento fuego. Cuando estás utilizando un sonido con ese enfoque, como las tradiciones más antiguas, estás manejando una de las energías más poderosas en todos los sentidos. Cuando se maneja bien, cataliza el proceso evolutivo en el que estamos. No solo hemos venido aquí a responder a los estímulos mundanos. El ser humano tiene otro propósito. 

-El mantra OM es el más conocido…
-Es muy poderoso. Es un mantra unisilábico, es una semilla. Como dice el evangelio, una semilla de mostaza, que es muy pequeña, te da luego un árbol inmenso…con el OM sucede lo mismo, es el mantra que resume todos los demás. Se puede cantar, se puede visualizar el símbolo en todos los chacras… como a cada uno le vaya mejor, pero te da mucha apertura. 

-Desde su experiencia como médico integrativo y especialista en prácticas contemplativas, ¿qué nos aconsejaría para ganar felicidad en nuestro día a día?
-A las personas que se inician en este sendero, que sienten esa llamada y que incluso con sus necesidades cubiertas no llegan a ese estado de plenitud deseado, las animaría a practicar algunas de las cosas que hemos mencionado. La voluntad de cambiar poco a poco, desapegados de las expectativas y los resultados es importante, y tener paciencia para no abandonar la práctica al tercer día, siendo constantes. Con eso y el poco conocimiento que se haya adquirido, eso se va a expandir. La experiencia es contundente. Todo lo que haces con perseverancia, con compromiso, con devoción, da sus frutos.

-¿Hasta qué punto tenemos que estar conectados con el espíritu para encontrar la plenitud?
-Todo es espiritual, lo creamos o no. El espíritu lo contiene todo. Otra cosa es que seamos conscientes de que estamos conectados con esa unidad. El ser humano vino para experimentar la felicidad y nos quedamos atrapados en esta dimensión terrenal y materialista y no podemos expresar nuestra auténtica naturaleza. El sendero de retorno nos lleva desde la materia a través de la personalidad hacia aspectos más elevados, pero siempre a través de la conexión con la consciencia del alma. Si perdemos esa consciencia perdemos el sentido de la vida y somos zombies, cuerpos desalmados, cuerpos con apariencia humana pero desconectados del alma. Hay que encontrar el camino de vuelta a casa.