La vida no es fácil. No viene con un manual de instrucciones que te diga cómo debes vivirla, qué debes hacer, en qué dirección debes ir. El resultado es que, inevitablemente, nos equivocamos. Y no solo fallamos, sino que además a veces no nos damos cuenta de que estamos en el camino equivocado hasta que parece demasiado tarde.
Es aquí, en esta sensación de que el tiempo para fallar se acaba, donde la actriz mexicana Salma Hayek nos pide un alto en el camino. Porque, como ella misma dice en una preciosa entrevista que concede a Bystander Revolution, "lo único que jamás podrás superar es tu propia muerte". Cualquier otra cosa en esta vida, podemos superarla.
En el hoyo
Si llegásemos a este mundo con un camino bien trazado, con una misión bajo el hombro o un itinerario de viaje, la vida sería más sencilla. Sabrías, con cierta certeza, si el paso que vas a dar a continuación te acerca o te aleja de la ruta elegida. ¿Qué incertidumbre puede haber en vivir una vida así? Quizá erraras algún que otro paso, tropezaras en alguna esquina. Pero siempre podrías levantarte con la confianza de seguir en la dirección adecuada.
La vida, sin embargo, no es así. Es por eso que, como recuerda Salma Hayek en la citada entrevista, cuando nos desmoronamos tendemos a pensar "ay, nunca me recuperaré de esto". La realidad es otra bien distinta, continua la actriz, porque "puedes superar muchísimas cosas difíciles en la vida. Lo único que jamás podrás superar es tu muerte. Todo lo demás pasará".
Esto también pasará
Sus palabras resuenan con aquel cuento famoso en el que un rey pide a un sabio que configure para él un mensaje que pueda salvarlo de la peor de las desgracias. Recibe así un anillo con un mensaje dentro, que debe leer cuando se encuentre en las circunstancias más adversas. Al hacerlo, el rey siente un alivio profundo. En el momento más prospero del reino, el sabio vuelve a aparecer en su vida y le pide que vuelva a leer el mensaje del anillo. Grabado en papel, el rey se encuentra una vez más con tres simples palabras: "Esto también pasará".
Cuesta percibir, entre prisas y carreras, que el tiempo pasa inevitablemente. Que en este universo hay una sola ley que parece cumplirse sin excepciones: todo lo que empieza, acaba. Le sucede al éxito, y también al fracaso.
Es por eso por lo que Salma Hayek nos invita a comprender que "siempre hay opciones, siempre hay un lugar a donde ir". Y que no lo veas, añade, "no significa que no esté ahí. Debes tener fe en que llegará". Aunque la fe no es suficiente, ni mucho menos. El secreto para que todo pase, para que lleguen mejores tiempos, para escapar de las garras del fracaso, es entender que todo en esta vida es inconstante, y que debemos cambiar para avanzar.
El cambio es el motor del éxito
Estas oportunidades que nos resultan invisibles cuando nos encontramos en el hoyo, en la caída, están ahí. Pero, explica la actriz mexicana, "solo si cambias podrás verlas, porque solo puedes ver según tu percepción de las cosas".
Su invitación es, por tanto, buscar en el dolor la transformación. Porque solo cuando "si no cambias por dentro, nunca se te presentarán nuevas oportunidades".
Este cambio, continua Hayek, tiene dos máximas que no podemos olvidar. La primera, no puedes permitir que sean otros quienes te digan cómo debes ser. Qué debes hacer. En qué dirección debes ir. La segunda, no puedes tener miedo de equivocarte. Porque cometer errores, nos asegura "es mejor que no hacer nada, no aprender nada y no evolucionar". El error, asegura, "es tu mayor oportunidad". Y "si alguien se burla de ti porque cometiste un error", continua, "no te desanimes por ello".
Esto no va de ellos, va de ti
Cambiar es el único camino para hallar las oportunidades que necesitamos. Para salir del hoyo. Para encontrar la ruta. Pero nuestra sociedad puede ser muy cruel con quien se anima a escribir su propia historia, con quien se salta el guion y se atreve a ser diferente. Es por eso que Hayek advierte a quien quiera oírla "no eres lo que dicen que eres. Tienes que saber quién eres".
Ahí fuera habrá muchas personas dispuestas a hundirte. También las habrá que celebren tu éxito. Lo importante es comprender a diferenciarlas, para que las palabras de quien juega en tu contra no tengan valor. "Si empiezo a insultarte en otro idioma, no sientes nada", ejemplifica la actriz mexicana. De igual manera, las palabras de quien no va en nuestra dirección no deben importarnos nada.
Su consejo es olvidar las palabras de quien busca hacer daño, rodearnos de quien quiere ayudar y pensar, hacernos una simple pregunta: ¿Te gusta quién eres?
¿Te gusta quien eres?
Si la respuesta es sí, genial. "Sé lo mejor que puedas ser y no intentes ser como nadie más", dice Salma Hayek. Si la respuesta es no, pregúntate, ¿hay realmente algo malo en mi forma de ser o el problema es que me da miedo lo que piensen los demás? Porque si es la segunda, como dice la actriz, "no deberías esperar que la opinión de alguien más decida quién eres".
Está claro que todos queremos sentirnos apoyados y aceptados, pero lo verdaderamente importante es "sentirte cómodo con quien eres y aceptarlo, independientemente de la aceptación de los demás".
Si realmente hay algo en tu forma de ser que te está dañando o limitando, entonces toca cambiar. Pero sabiendo siempre que eres tú misma quien debe definir las reglas, y no las expectativas externas. Porque solo así descubrirás que tras cada error, hay una nueva oportunidad. Y que aunque no nazcamos con una ruta definida, la vida está llena de caminos maravillosos que recorrer y descubrir.
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