La inflamación es el proceso natural por el que nuestro cuerpo combate las infecciones y las lesiones. El problema viene cuando hay una inflamación de bajo grado que no desaparece con el paso del tiempo. A medio y largo plazo, este tipo de inflamación crónica aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, diabetes o cáncer, entre otras.

En la alimentación tenemos un gran aliado para combatir la inflamación, en especial en aquellos alimentos ricos en determinados nutrientes, como las 6 frutas que la prestigiosa Universidad de Harvard considera más antiinflamatorias y que te mostramos a continuación.

Frutos rojos

Dentro de los frutos rojos o frutos del bosque encontramos las moras, las fresas, los arándanos… Es decir, una serie de frutos que comparten algunas características como su color entre rojo y morado, precisamente uno de los responsables de su gran poder antioxidante y antiinflamatorio. En efecto, unos pigmentos llamados antocianinas, que están presentes en todos estos frutos y les da su bonito color son los que les otorgan también gran parte de sus efectos beneficiosos.

Además, los frutos rojos contienen vitamina C y ácido elágico, también con efecto antioxidante, y fibra, fundamental para la salud intestinal.

Tal como afirman desde Harvard, “los estudios han relacionado un mayor consumo de frutos rojos con menores riesgos de enfermedades cardíacas, enfermedad de Alzheimer y diabetes”.

Manzanas

El famoso dicho inglés de “Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía” parece que tiene mucha razón. Y es que son diversos los estudios que alaban los beneficios de esta fruta. Entre ellos, Harvard cita uno llevado a cabo en cerca de 35.000 mujeres que indica que el consumo de manzanas y peras se asocia a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca.

Unos de los principales responsables de los beneficios de las manzanas son los taninos, unos polifenoles con un poderoso efecto antiinflamatorio. También contienen vitamina C antioxidante y pectina, un tipo de fibra soluble que no se absorbe en el intestino y que contribuye al aumento de bacterias beneficiosas en el intestino.

Frutas de hueso

Las frutas de hueso, como cerezas, melocotones, albaricoques o ciruelas, tienen su mejor temporada entre mayo y septiembre.

Cada una tiene sus beneficios específicos, pero de acuerdo con los especialistas de Harvard todas ellas coinciden en tener un elevado contenido de fibra, vitamina C, potasio y fitoquímicos asociados a sus diferentes colores.

Las cerezas, que son, a la vez, un fruto rojo y una fruta de hueso, son una de las frutas sobre las que hay más evidencia científica en diferentes enfermedades, como la reducción de los ataques de gota o el alivio del dolor si se comen después de practicar ejercicio físico. Como mencionamos antes, deben su color a las antocianinas, un pigmento antioxidante que parece ser el responsable de su efecto en la reducción de la inflamación.

Cítricos

Naranjas, limones, pomelos, limas… son famosos por su abundante contenido en vitamina C, un antioxidante que refuerza las defensas y ayuda a reducir el daño en las células causado por los radicales libres y, así, a prevenir el envejecimiento prematuro.

Además de fibra y minerales como el potasio o el calcio, contienen también fitoquímicos antiinflamatorios como los flavonoides y los carotenoides.

Granadas

Las granadas, una de las frutas otoñales por excelencia, esconde en su interior unos granos rojos repletos de vitaminas (como la C y la K), potasio, fibra y fitoquímicos antioxidantes y antiinflamatorios como la antocianina y el resveratrol. Son precisamente estos últimos los que podrían estar detrás de los beneficios que se han asociado a las granadas, como la protección cardiovascular o la prevención de algunos cánceres.

Uvas

La uva, una de las frutas más características de la dieta mediterránea, es famosa por su contenido en fibra, vitaminas C y K y fitoquímicos.

El concreto, el resveratrol (más presente en las uvas rojas), es un potente antioxidante que protege del estés oxidativo que acelera el envejecimiento de las células y tiene efecto antiinflamatorio.