A veces sucede que el amor se va yendo y no hay ningún motivo que lo explique. Ocurre que estás con tu pareja tan a gusto y no sabes por qué te vas desenamorando. Y no es culpa tuya, ni de tu pareja. Simplemente sucede: llega el momento de decirle a la otra persona que hemos dejado de querela. ¿Cómo hacerlo sin herirle?

Despedirse con amor es posible, solo hay que cuidarse mucho y cuidar a la otra persona cuando te sientas a hablar con ella y te dispones a deshacer el lazo que os une.

Primero: deja de sentirte culpable

El amor no es eterno. El amor es una energía en constante movimiento que se transforma a lo largo del tiempo, que evoluciona, que hace explosión, que se contrae y, a veces, desaparece o se convierte en otro sentimiento bonito.

Quizás alguna vez le juraste amor eterno, pero eso son cosas lindas que se dicen para expresarle al otro nuestro deseo de poder amarle para siempre. Y como a veces no se puede, en realidad ni es un juramento, ni es una promesa. Solo es una declaración de intenciones: "quiero amarte para siempre".

Cuando nos comprometemos con alguien emocional, sentimental y sexualmente, el contrato siempre es revisable y se puede acabar en cualquier momento.

Dos seres libres que se aman pueden elegir cuanto tiempo estar con alguien y hasta cuándo.

Cuando alguien dice "ya no te amo", a la otra persona solo le queda aceptarlo con humildad y generosidad. Es duro, es difícil, pero es también muy liberador. No hay nada más bello en este mundo que la libertad para poder elegir, para poder deshacer los lazos que nos unen a la gente, para poder construir nuevos lazos.

No hay nada más lindo que saber que cuando alguien está con nosotras es libre para irse cuando quiera. Por eso mismo sabemos que nos ama: porque es libre para estar y para irse. Y bueno, si ocurre que se va, claro que nos dolerá, pero no podemos hacer nada por retener a la otra persona, ni por volverlo a enamorar.

Solo podemos aceptar lo que nos están diciendo y agradecer la honestidad, que no es lo más común en nuestros días.

Segundo: díselo de la mejor manera posible

La mayoría de las parejas, cuando se encuentra en esta situación, entra en una guerra romántica muy dolorosa o en despedidas interminables que nos quitan mucho tiempo y mucha energía y nos hacen sufrir mucho a todos: a la pareja y a la gente que quiere a la pareja.

Así que en lugar de hacerlo mal, vamos a hacerlo bien: debemos hablar con toda nuestra honestidad, nuestra sinceridad, nuestro respeto, nuestro cariño hacia la persona con la que hemos compartido semanas, meses o años de nuestra vida.

Tienes que ser valiente y honesta y relacionarte con esa persona desde la ternura.

Verás como, una vez que te atreves ha hacerlo así, resulta muy liberador y muy placentero saber que estás haciendo las cosas bien, o al menos, que lo estás intentando:

  • Queda con tu pareja en un espacio tranquilo e íntimo en el que se pueda hablar –como tu casa o su casa, o vuestra casa– sin prisas ni límite de tiempo.
  • Siéntate frente a tu pareja, cara a cara.
  • Respira hondo, mírale a los ojos con amor y explícale cómo te sientes.

Le podemos decir: "ya no siento lo mismo, ya no estoy enamorada, ahora quiero seguir mi camino. Suelto el lazo, te doy toda la libertad para volar. Yo vuelo ya y me despido con amor".

  • Hazlo desde la calma, cuando te sientas tranquila, en confianza, con libertad para expresarte.
  • Es importante ser muy honesta y cuidar tus palabras para no herir a tu pareja. Sé suave y firme y evita utilizar el "es que tú...".
  • Es mejor siempre hablar desde ti misma, evitando los reproches y las falsas acusaciones, para que la otra persona no se sienta atacada y se ponga a la defensiva.
  • Centra el discurso en ti y en cómo te sientes, sin justificarte, sin sentirte culpable.
  • Habla con la misma confianza de siempre y pide no ser interrumpida si es necesario.
  • Luego, escucha a tu pareja con toda la atención amorosa del mundo, para que se sienta también libre de explicar cómo se siente.

Tercero: ten presente que la despedida puede ser dura

Tras esta conversación, hay gente que se funde en largos abrazos, hay gente que hace el amor por última vez, hay gente que se despide con amor varias veces antes de desconectar del todo.

Esto, claro, si la otra persona se ha portado bien con nosotras y nosotras nos hemos portado bien con ella. Otras parejas no pueden ni sentarse a hablar del odio y el rencor que sienten.

Debemos escuchar a la otra persona para ver cómo lo recibe, cómo se siente. Pueden haber llantos, lamentos, reproches, abrazos, sonrisas. También puede haber mucho enojo, sobre todo si no lo esperaba.

Todas las emociones pueden ser expresadas, pero evitemos utilizarlas como bombas de dolor. Se trata de cuidar a nuestra pareja cuando nos separemos, y cuidarnos a nosotras mismas en todo el proceso.

Se trata de cuidarse, tratarse bien, actuar con amor y empatía.

Los duelos de las historias que acaban bien son más cortos y duelen menos. Cerrar la historia con tu pareja es una de las cosas más reconfortantes del mundo en medio del sufrimiento por la pérdida. Y así es más fácil cerrar tú también por dentro una etapa de tu vida para poder empezar otra.

Así que todo son ventajas si logras hacer este ejercicio de honestidad, empatía, generosidad y amor del bueno con tu pareja a la hora de deshacer el lazo que os ha unido.