En otoño, el bosque caducifolio con su fascinante gama de colores es un ámbito ideal para pasear agradeciendo la belleza del entorno.
Nuestros antepasados acudían al bosque para cosechar sus frutos y recursos, como la leña, cuyas llamas permitían calentarse y congregarse para compartir alimentos, relatos, festejos y confidencias.
Es ahora en otoño, mientras el bosque se prepara en silencio para asumir un largo reposo invernal, cuando también nosotros disponemos de una buena ocasión para hacer nuestro personal acopio de ideas y promesas, reordenar nuestros pensamientos, replantear nuestras metas y objetivos, valorar nuestra trayectoria y las relaciones que hemos cultivado durante los meses de luz, sacando las oportunas conclusiones.
La península Ibérica, al menos en su tercio norte y en las cordilleras del resto, es eminentemente forestal, por tanto los bosques están a nuestro alcance en casi cualquier lugar a poco que nos distanciemos de las ciudades.
Pero, ¿aprovechamos esa cercanía? Aquí ofrecemos 7 ideas para disfrutarla.