Uno de los síntomas de la hipertensión arterial es el dolor de cabeza, sobre todo de noche y por la parte cervical. En cambio, los mareos pueden indicar tensión arterial baja o hipotensión. También el dolor de cabeza, la debilidad, la sensación de náusea o hasta el desmayo pueden ser causados por tensión arterial baja, una situación de salud de la que se habla menos que de la hipertensión, pero que también afecta a muchas personas.

¿Qué es la hipotensión?

La tensión arterial normal es 120/80 mmHg (milímetros de mercurio) estando en reposo. El primer número es el de la presión sistólica, cuando el corazón bombea sangre, y el segundo valor es la presión diastólica, cuando el corazón se encuentra entre dos latidos, es decir, cuando no bombea. Estar por debajo 90/60 se considera hipotensión arterial. Es suficiente que solo uno de los dos valores sea muy bajo para causar síntomas.

Puede ocurrir que lo que para una persona es tensión baja, para otra no, ya que no tiene sintomatología. En general las personas deportistas, las que mantienen un peso correcto, no fuman y comen de forma saludable, tienen tendencia a niveles bajos de tensión arterial que no les provoca sintomatología y que, incluso, las protege frente a los infartos y el envejecimiento.

Tipos de hipotensión y qué los provoca

La tensión arterial baja puede obedecer a una tendencia personal o aparecer por varios motivos.

  • La hipotensión ortostática ocurre al incorporarse de la cama o levantarse de una silla. Produce mareo y necesitamos apoyarnos en algo para no caer. Esto ocurre porque el organismo ha perdido la capacidad de regular la presión arterial al levantarse y, como consecuencia, no llega suficiente sangre al cerebro durante unos segundos. En ocasiones puede provocar un desmayo. Es frecuente que la sufran las embarazadas, personas con problemas cardíacos o diabéticas. También es más frecuente los días de mucho calor.
  • La hipotensión primaria es aquella cuyas causas se desconocen. Es frecuente en mujeres jóvenes y delgadas o en personas que tienen una vida sedentaria. En función de si sufrir esta tensión arterial baja les da sintomatología o no, hay que actuar con alimentación, actividad física, etc.
  • La hipotensión secundaria se asocia a otras causas subyacentes. Pueden ser trastornos cardiacos o endocrinos (hipotiroidismo), anemia, deshidratación o consumo de medicamentos (diuréticos, betabloqueantes, antidepresivos, antihistamínicos, etc.), por ejemplo. Dos causas frecuentes son el sobrecrecimiento de la bacteria Helicobacter pylori, aunque no dé molestias digestivas. Es fácil descubrir si es el caso realizando la prueba de detección del patógeno. Si sale positivo hay que ponerse en manos de un terapeuta integrativo. El exceso de histamina es otra causa poco conocida. En este caso, es necesario descubrir por qué hay exceso de histamina en el organismo y realizar un tratamiento específico para que nuestro organismo recupere la capacidad de metabolizar correctamente esta sustancia.

Hay que tener en cuenta que existe una relación en ambas direcciones entre el estado anímico y la presión arterial. Si está baja, te puedes sentir triste o apático. Y si te dan una mala noticia o entras en pánico, la tensión puede bajar. Cuidar la tensión también es una manera de cuidarse emocionalmente.

Alimentos para subir la tensión

Para tomar medidas dietéticas complementarias acertadas, siempre es necesario conocer la causa de la hipotensión, para lo que es necesario un diagnóstico médico. En el caso de que se trate de una hipotensión primaria, asociada a cierta debilidad y sedentarismo, podemos introducir algunos cambios en la alimentación y el estilo de vida.

  • Agua mineralizada. En algunas personas, beber agua de baja mineralización puede favorecer la pérdida de sales minerales y la hipotensión. Se puede probar si la presión aumenta tomando aguas de mineralización media o fuerte (más de 500 mg de residuo seco por litro). Muchas personas aumentan su presión tomando un chupito de agua de mar por las mañanas en ayunas. Además, mejora el tránsito intestinal.
  • Muchas verduras. Ayuda tomar abundantes verduras crudas y cocidas, frutas y caldos, y evitar las bebidas o infusiones con efecto diurético, como el agua de coco o las infusiones de cola de caballo, diente de león y ortiga.
  • Hierro, vitamina B12 y ácido fólico. La deficiencia de estos nutrientes puede provocar hipotensión porque se reduce la producción de glóbulos rojos y, en consecuencia, el suministro de oxígeno a los tejidos. El cuerpo responde reduciendo la presión arterial para maximizar la posibilidad de que el oxígeno llegue a las células. Alimentos vegetales ricos en hierro son las legumbres, frambuesas, espinacas, pistachos, mijo, quinoa o brócoli. Las principales fuentes de vitamina B12 son la carne, el pescado y los lácteos, por lo que las personas que siguen una dieta vegetal deben tomar un suplemento (por ejemplo, una dosis semanal de 2.000 mcg). Por su parte, el ácido fólico se encuentra en abundancia en las verduras, las naranjas y las legumbres, entre otros alimentos.
  • Jengibre. Esta raíz tiene un sinfín de propiedades, entre ellas la de estimular la circulación sanguínea y la presión arterial. Se puede rallar y exprimir para conseguir su zumo, que se puede añadir a la vinagreta. Una forma muy cómoda de usarlo es en infusión de unas cuantas rodajas finas, combinadas con regaliz.
  • Algas. Son ricas en minerales y podemos usarlas en caldos, cocidos de legumbres (la kombu), cremas (la wakame en copos), ensaladas (la dulse) o shushis vegetales caseros (la nori). Se consumen siempre en pequeñas cantidades, pero hay que evitarlas si tomamos medicación para la tiroides o si tenemos hipertiroidismo.

Remedios naturales para subir la presión arterial

Además de alimentos, puedes recurrir a estos remedios para subir la tensión:

  • El aceite esencial de romero ayuda a aumentar la presión arterial. Puedes ponerte una gota en la palma de la mano, frotarla e inhalar tres veces con las manos ahuecadas cerca de la nariz. También puedes utilizar un difusor de aceites en el espacio donde pases más tiempo.
  • El regaliz contiene glicirricina, una sustancia que puede aumentar la presión arterial. Es fácil de usar a diario en forma de infusión y tiene un efecto protector de la mucosa estomacal. Puedes tomar un vaso al día por la mañana.
  • El café también puede ser un aliado para subir la presión arterial, siempre que no se deba a un exceso de histamina. Una dosis adecuada puede ser una taza al día, de tueste natural y no torrefactado. En exceso es irritante.
  • Ginseng: los estudios indican que posee un efecto ligeramente hipertensor. Se puede tomar de 200 a 400 mg diarios de extracto en cápsula, durante no más de dos meses.

Menú semanal: platos para elevar el ánimo y la presión

Aumentar la presencia de líquidos y algunos ingredientes con propiedades ligeramente hipertensivas puede ser suficiente para recibir un empujón. Los encontrarás en la dieta semanal para la hipotensión que te proponemos: