Los aceites proporcionan nutrientes esenciales para la salud como los ácidos grasos omega-3 y omega-6.

Si eliges los obtenidos en frío, disfrutarás de sus cualidades al máximo. ¡Elige el que más te convenga en cada caso!

6 tipos de aceites obtenidos en frío

En los países mediterráneos se tiende a pensar que el único aceite saludable es el de oliva.

Pero existen otros aceites que también son muy sanos y nutritivos. Descubre los usos indicados de cada uno de ellos.

1. Aceite de oliva, el más nuestro y saludable

El alto porcentaje de ácido oleico monoinsaturado (75%) es su gran baza: es el único que puede reducir el colesterol "malo" LDL.

También es rico en vitamina E y polifenoles antioxidantes que protegen los vasos sanguíneos y las neuronas. En consecuencia previene los trastornos cardiovasculares y el Alzheimer.

El aceite de oliva virgen extra o AOVE es el de más calidad porque no ha sido calentado ni mezclado. La mejor manera de consumirlo es crudo.

2. Aceite de maíz, todo el omega-6 que necesitas

Los granos de maíz se germinan para luego secarlos, prensarlos y obtener un aceite extremadamente rico en el esencial ácido linoleico (omega-6).

Una cucharada basta para satisfacer las necesidades diarias. Esta riqueza aconseja un consumo moderado, porque en exceso puede ser inflamatorio.

Posee propiedades terapéuticas en el cuidado de la piel seca y con eccemas.

3. Aceite de lino, fuente de omega-3 imprescindible

Si no se consume pescado, el aceite de lino aporta abundante ácido alfa-linolénico, precursor de la familia omega-3.

Se estima que una cucharada proporciona todos los omega-3 que se precisan. Puedes rociar con él las patatas o la ensalada.

Consérvalo en la nevera: es necesario para que no se estropee por enranciamiento. Huélelo antes de usarlo para comprobar que no se haya alterado. Y no lo calientes.

4. Aceite de soja, alimento para las neuronas

Si se ha obtenido por presión en frío, contiene fosfolípidos, que son esenciales para el buen funcionamiento de las células, especialmente de las neuronas.

Su contenido en omega-3 (ácido alfa-linolénico) es destacable: alcanza el 8% del peso. Por eso se considera cardiosaludable y antiinflamatorio.

En Asia es un aceite habitual para las frituras. El biológico virgen extra es recomendable para las ensaladas.

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5. Aceite de girasol, vitamina E antioxidante

Su gran virtud es la riqueza en vitamina E antioxidante, que refuerza la inmunidad y la salud celular. Una cucharada ofrece el 30% de las necesidades diarias.

Pero también abunda en omega-6, que en exceso resultan inflamatorios.

Es más sano y apto para frituras si se le ha añadido ácido oleico (alto-oleico). Elígelo ecológico: para producirlo no se recurre a calor ni a disolventes.

6. Aceite de calabaza. el sabor más delicado

El aceite de pepitas de calabaza es una delicatessen: de color verde oscuro, posee un aroma irresistible a nuez tostada.

Pero también es una medicina preventiva para los hombres: protege frente a las alteraciones de la próstata, gracias al zinc y principios activos como la cucurbitacina. Además, protege la vista y el sistema inmunitario.

Un par de cucharaditas al día bastan para conseguir los efectos deseados.