Al contrario de lo que se suele creer, los cacahuetes no son un fruto seco sino una legumbre. Se trata, no obstante, de una legumbre singular: aporta abundantes proteínas (26%), pero también grasas cardiosaludables, principalmente monoinsaturadas y poliinsaturadas, como los frutos secos.

Al poder protector de sus grasas (48%) se suma el antioxidante de su vitamina E (30 g cubren una cuarta parte de la necesaria al día) y sus polifenoles. Y el sistema nervioso se beneficia de su riqueza en vitaminas del grupo B.

Un puñado de 30 g proporciona el 35% del ácido fólico que el organismo precisa al día y el 25% de las vitaminas B1 y B3.

Cómo preparar mantequilla de cacahuete casera

  1. Menos es más: Se puede elaborar solo con cacahuetes, crudos y sin salar, o añadirles una cucharada de sal, de azúcar y de aceite de cacahuete o mantequilla (una cucharada de cada por medio kilo de cacahuetes).
  2. Triturar al punto: Se tritura todo en una buena batidora hasta que se mezcle bien y se obtenga textura de crema. En los últimos golpes de batidora se pueden añadir algunos cacahuetes más para dar un toque crujiente.