Si te haces cargo de un jardín cubierto de maleza, no podrás evitar por completo el azadón. La buena noticia es que quitar las plantas no deseadas enteras, incluidas las raíces, con el azadón o a mano, sirve para oxigenar y mejorar la calidad de la tierra.

En los días soleados, las hierbas recién cortadas (con algunas excepciones obstinadas como la hierba baja, la grama o la enredadera) pueden dejarse en el lugar de corte, donde se marchitarán rápidamente y los organismos del suelo las volverán a transformar en valioso humus.

Cosechar las hierbas en lugar de eliminarlas

¿Sabías que muchas supuestas "malas hierbas" son muy ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes, y que las puedes cosechar para luego comértelas, en lugar de combatirlas?

Si aún eres novata en el tema, vale la pena leer uno o dos libros sobre hierbas silvestres o participar en una caminata guiada por un experto. Después de eso, verás muchas hierbas que crecen silvestres en tu jardín con otros ojos.

Métodos para eliminar las mal llamadas "malas hierbas"

1. Eliminar las "malas hierbas" con agua hirviendo

Puedes usar el calor del agua de cocción para eliminar las "malas hierbas" sin ningún equipo adicional.

La próxima vez que cocines patatas, pasta o algo similar, no te limites a tirar el agua de cocción, viértala mientras aún esté caliente en las superficies seleccionadas. El calor mata las semillas y raíces en el suelo.

2. Acaba con las "malas hierbas" con compost líquido y bokashi

El compost líquido vegetal casero (por ejemplo, compost de ortiga) y el jugo de compost bokashi, que se puede preparar en solo dos semanas, son excelentes fertilizantes ecológicos que generalmente se aplican en forma muy diluida. Sin embargo, en forma concentrada son adecuados para eliminar las malas hierbas.

Llena una botella con pulverizador de compost líquido o jugo de bokashi (viértelo a través de un paño o tamiz).

En tiempo seco y soleado, rocía la solución directamente sobre las hojas y los tallos de las "malas hierbas". Asegúrate de que tus plantas útiles y ornamentales estén a salvo. Puedes protegerlas poniéndoles un cubo encima.

Debido al alto contenido de minerales en el fertilizante líquido, se produce una reacción osmótica: las hojas de la maleza se “queman” y las plantas mueren. Los microorganismos los convierten en humus en el acto, y el fertilizante rociado también beneficia al suelo.

Este método funciona mejor en plantas de hojas muy finas que retienen poca agua. Dependiendo de la situación, pueden ser necesarias aplicaciones repetidas y algunas pruebas y errores para encontrar la concentración óptima.

3. Elimina las "malas hierbas" con ceniza de madera

También puedes eliminar las hierbas no deseadas usando cenizas como fertilizante. Espolvoréalas varias veces con ceniza de madera en otoño y no volverán a brotar en primavera. La ceniza de madera ayuda a prevenir el crecimiento de musgo en el césped.

4. Evita las "malas hierbas" con cubiertas vegetales

Las plantas indeseables necesitan luz para crecer como cualesquiera otra. Para privarlas de ella, existen varios métodos, cada uno con sus propias ventajas y desventajas.

El enfoque más natural es plantar cubiertas vegetales de rápido crecimiento como cotoneaster o hiedra.

La mostaza también crece rápidamente, lo que evita el desarrollo de nuevas "malas hierbas". Además tiene raíces anchas y profundas, lo que afloja y oxigena el suelo. Puedes lograr un doble beneficio si eliges una cubierta vegetal comestible para el control de malezas.

Al final de la temporada de jardinería, el "abono verde" ayuda a frenar el crecimiento de plantas silvestres no deseadas, protege el suelo de la erosión y también le proporciona nuevos nutrientes.

5. Frena las "malas hierbas" cubriendo con mantillo

El mantillo se prepara con recortes de árboles y arbustos finamente picados, con césped cortado, heno o paja y puede utilizarse para proteger zonas grandes alrededor de macizos de flores, arbustos y setos. Conviene renovarlo periódicamente.