Hacer compost con lombrices permite aprovechar los restos orgánicos de la cocina y obtener un fertilizante de primera calidad. Es ideal para utilizar en los huertos en casa que podemos tener en los balcones y las terrazas, donde no es posible elaborar una pila de compost directamente sobre la tierra. Pero sobre todo el vermicompostador es una manera de conocer y participar en los procesos de la vida.

A la hora de convertir los residuos orgánicos del hogar en un abono vegetal de gran calidad el obstáculo más difícil de superar es el reparo instintivo a trabajar con gusanos, por muy indispensables que resulten para la fertilidad de la tierra.

Un pequeño mueble de plástico o de madera puede acoger unos cuantos miles de lombrices de California, que transforman los desechos orgánicos de la cocina y de las plantas en un fertilizante ecológico extraordinario. No hay que temer que las lombrices escapen –huyen de la luz– ni produzcan olores. Al contrario, el vermicompostador resulta muy limpio y cómodo.

¿Qué es la lombricultura?

Mediante la crianza y el correcto manejo de lombrices puedes producir en casa un excelente abono natural.  Elaborar un buen humus de lombriz es un arte y el resultado mejorará a medida que perfeccionas la técnica y las condiciones de compostaje. 

Cada uno de nosotros “producimos” de forma cotidiana cantidades variables, pero siempre significativas de restos orgánicos perfectamente reciclables. En huertos y jardines reservando un pequeño espacio, puedes compostarlos sin mayores inconvenientes, pero en condiciones urbanas, esto se dificulta.

Dónde hacer el humus de lombriz

El vermicompostador es una solución urbana perfecta. El mercado ofrece diferentes diseños y materiales, en general plásticos o de madera. En la mayoría de los casos están compuestos por una base con un colector de líquidos, patas y un grifo. Sobre esta estructura básica van 3 bandejas apilables y perforadas. Completando esta estructura, hay una tapa a modo de techo que mantiene las condiciones de luz y humedad que necesitan las lombrices.

Si eres hábil en temas de bricolaje, respetando estas características puedes armar tu propio vermicompostador.

El tipo de lombriz para la tierra

La lombriz roja californiana (Eisenia foetida) es una reguladora natural del suelo. Se alimenta de materia orgánica en descomposición, hongos, bacterias y protozoos. Las lombrices transforman los restos orgánicos en humus y al desplazarse construyen túneles que mejoran la circulación del aire. Diariamente comen casi el equivalente a su peso y el 55% lo transforman en humus de lombriz en sus deyecciones.

Viven cómodas entre 14ºC y 27ºC. Por encima y por debajo de estas temperaturas disminuye su reproducción y su actividad. Son de color rojo oscuro y miden de 6 – 8 cm. Tienen respiración cutánea, por esa razón huyen de los lugares anegados. Son hermafroditas y siempre deben acoplarse dos individuos para reproducirse. Luego de esta unión cada individuo pondrá un cocón o capullo. De cada cocón nacerán de 2 a 4 lombrices. Son fotofóbicas, huyen de la luz. Bajo tierra, están seguras, obtienen su alimento y no son atacadas por los pájaros u otro predador.

¿Cómo producir humus de lombriz en casa?

Elige un lugar a la sombra para colocar el vermicompostador. Esto es muy importante ya que el sol directo las dañaría, inclusive podría matarlas. En la primera bandeja, pon las lombrices con el alimento de inicio y restos de frutas y verduras de tus alimentos. Estos restos de cocina contienen mucho líquido, el que una vez que las lombrices hayan actuado, caerá en la bandeja colectora de la base, atravesará el filtro de rafia y podrás recogerlo al abrir el grifo. Este “oro oscuro” ya será humus líquido.

Cada 2 meses podrás recolectar unos 2 litros dependiendo el tipo de desechos y la temperatura imperante. Para abonar tus plantas, diluye al menos en 10 partes de agua sin cloro por una de humus líquido y aplica esta solución por riego o vía foliar a todas las plantas, inclusive las de interior. 

Bandeja a bandeja

Pon diariamente los restos en la primera bandeja, dónde también habrás colocado “la cuna” de lombrices inicial que viene con el vermicompostador. Estos núcleos de lombrices varían en número y en desarrollo (jóvenes o adultas). Una cuna de 500 o 1000 lombrices es suficiente para la producción en casa. Cuando esta esté completa hasta ¾ partes coloca la segunda bandeja. Es importante que estén en contacto para que las lombrices puedan trasladarse de una bandeja a otra sin inconvenientes. Repite el procedimiento con la tercera bandeja. Cuando no haya más alimento en la primera, la abandonarán por completo. Es el momento perfecto para que recolectes el humus que contiene y vaciar la bandeja.

Este material resultante contiene 5 veces más nitrógeno, 7 veces más fósforo, 5 veces más potasio y 2 veces más calcio que la materia orgánica ingerida por las lombrices. 

Menú para las lombrices

Todos los restos de verduras y frutas, cáscaras, peladuras, restos de infusiones son válidos. No incorpores, frutas cítricas ni restos de ensaladas con aceite. Recuerda que las lombrices tienen respiración cutánea y los aceites bloquean su intercambio gaseoso. Papel y cartón troceados son buenos materiales reciclables. Si la mezcla está muy seca, humedécelos; por el contrario, si está muy húmeda ponlos secos. El césped cortado, es recomendable que lo dejes secar y luego lo incorpores. Los restos de plantas y flores procedentes de la limpieza y podas del jardín o del huerto, trocéalos y súmalos a la mezcla. Con paja seca puedes hacer una capa superior que las aísle de las temperaturas extremas, tanto bajas como altas. 

Dieta equilibrada

La sobrealimentación de material fresco es un problema que se presenta con frecuencia que puede provocar la muerte de estos anélidos. Los materiales secos como el cartón troceado o la paja ayudan a equilibrar la mezcla a compostar.

Es importante que recuerdes que el humus de lombriz:

  • Lo puedes aplicar en todo tipo de cultivo
  • Es apto para cultivo ecológico
  • No es tóxico, ni huele mal
  • Aumenta la resistencia a enfermedades de las plantas
  • Mejora la estructura física del suelo, formando agregados y reduciendo la erosión
  • Aporta nutrientes de forma gradual a lo largo del tiempo
  • Es rico en bacterias y hongos benéficos como micorrizas, trichodermas y bacterias solubilizadoras de fósforo
  • Neutraliza sustancias tóxicas
  • Equilibra el pH del suelo y los sustratos

Los niños lo aprenden rápido

Este proceso maravilloso nos deslumbra y asombra a los adultos, pero a los niños los atrapa. Es una práctica que no sólo produce los nutrientes necesarios para mantener saludables a tus plantas, sino que además reduce considerablemente los volúmenes de residuos urbanos. La vida rural da la posibilidad de vivir cotidianamente estos procesos vitales, pero en la ciudad es más difícil. Compostar puede ser una clave para despertar en los más jóvenes conciencia ambiental, respeto, vocaciones y pasión por la vida natural.