Los seres humanos somos una "carga energética" conectada a un campo mayor, al que algunos denominan Campo de Punto Cero, del que se adquiere conciencia mediante la activación del chi.

De la misma forma que los efectos de la meditación están siendo objeto de estudios científicos, las técnicas energéticas que hacen posible la conexión con este campo han despertado el interés de algunos investigadores.

Todos estamos conectados al campo energético

Eric Pearl, doctor en quiropraxis y creador de Reconnective Healing, cree hay que entender las nuevas terapias no solo en términos de energía, sino también de frecuencia y vibración. Su colaboración con el psiquiatra Gary E. Schwartz, director del Laboratory for Advances in Consciousness and Health (Departamento de Psicología de la Universidad de Arizona), ha dado interesantes resultados, pues sugiere que funcionan como una señal electromagnética.

En sus experimentos con plantas, Schwartz ha podido comprobar que una hoja arrancada de la planta muere definitivamente a los 7-10 días; si se le aplican técnicas de chikung, su duración es mucho mayor, y con Reconnective Healing las hojas se mantienen vivas hasta 90 días.

Una fuerza cósmica organizadora

Una interpretación del efecto beneficioso de estas técnicas es que, en realidad, lo que hacen es conectar el campo energético individual con las frecuencias de un campo mayor, que bien podría ser lo que algunos científicos llaman Campo de Punto Cero. La periodista Lynne McTaggart lo define como "una fuerza central organizadora que gobierna nuestros cuerpos y el resto del cosmos".

Esta visión sugiere que, más que un simple ensamblaje de carne y huesos o un conjunto de reacciones bioquímicas, los seres humanos somos "una carga energética" unida a ese campo mayor subyacente (como una gran "malla" a la cual todos y todo estamos conectados, ya que el vacío no existe).

La activación del chi nos permitiría ser conscientes de esa conexión. "El campo –como dijo el gran físico Albert Einstein sucintamente en una ocasión–, es la única realidad", recuerda Lynne McTaggart en su libro El Campo (Editorial Sirio). Y quizás esta sea una "verdad" a la que es más fácil "acceder" con estas técnicas que expanden la conciencia.

5 ejercicios para activar tu chi

La energía cada vez será más fuerte y concentrada si practicas a diario estos ejercicios, aunque sea solo cinco minutos. Céntrate en lo que sientes en las manos.

  • El círculo: pon las manos en paralelo, con las palmas enfrentadas, a unos 20 cm y con los dedos ligeramente separados. Deja una mano fija y mueve muy despacio la otra en círculos. Prueba luego con la otra mano.
  • El reloj: coloca la palma de una mano mirando hacia el techo, con los dedos separados. Sobre ella, a unos 20 cm, sitúa la otra palma y gírala en el sentido de un reloj. Prueba en el otro sentido y con la otra mano.
  • El círculo pegajoso: vuelve al círculo, deja una palma fija y haz círculos lentos con la otra. Detén el movimiento y estira hacia fuera 1 o 2 cm, como si tuvieras chicle entre las manos y quisieras despegar una de ellas.
  • El chi sobre el cuerpo: una vez que has sentido la energía entre las manos (como un imán), proyecta una palma sobre la cara, haz dos círculos y separa la palma de la cara con lentitud. Notarás que algo de la cara se despega de ella.
  • Hazlo a otra persona: haz círculos sobre cualquier zona de su cuerpo. Notarás los límites de su campo energético cuando sientas con las manos una sutilísima oposión a tu mano, varios centímetros por encima de su cuerpo.

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