Entre los deportistas se ha puesto de moda llevar brazaletes y collares con imanes para reducir las molestias. No es una idea sin fundamento. Un estudio realizado en la Escuela de medicina Baylor (Texas, Estados Unidos) probó su eficacia en el 76% de los pacientes con dolores intensos articulares y musculares debidos al síndrome post-polio. Otro ensayo de la Universidad de Virginia mostró su utilidad en la fibromialgia, y un tercero, de la Universidad de Tennessee, en el dolor pélvico.

Los campos magnéticos tienen un importante efecto de relajación muscular sobre la fibra lisa y la estriada. No podemos olvidar que todos nos encontramos bajo el influjo del campo magnético terrestre. Su intensidad varía según diversos factores como la latitud pero el valor aproximado de su intensidad promedio es de 0.4 a 0.5 gauss.

Muchos seres vivos presentan sensibilidad especial al campo magnético terrestre (algunas bacterias, las palomas mensajeras, los delfines, etc) y no es casual que muchas personas necesiten para conciliar el sueño una situación de su cama norte-sur para conciliar el sueño.

No podemos olvidar que todos nos encontramos bajo el influjo del campo magnético terrestre

Pero una prueba importante la ha proporcionado el examen médico de astronautas que han permanecido algún tiempo en estaciones espaciales: se les ha detectado la existencia de un discreto grado de osteoporosis y un aumento de su altura, solo atribuible a la permanencia temporal en un medio con ausencia de campo magnético. Esta alteración, que se recupera con la vuelta a la superficie terrestre, ha mostrado la importancia de los campos magnéticos para el mantenimiento de una correcta osificación o para el tratamiento de la osteoporosis.

Dos consejos útiles

  1. Puedes utilizar brazaletes o piezas con imantación permanente con un campo magnético de 400 a 800 gauss. Este valor es similar a los imanes que se fijan en la nevera.
  2. No recurras a la magnetoterapia si llevas un implante médico electrónico.

Cómo funciona la imanterapia más allá del efecto placebo

Por Pablo Saz

En la literatura médica se han revisado estudios de la aplicación de imanes para mejorar la cicatrización de piel, huesos o tendones, para evitar dolores reumáticos, para la diabetes y para el insomnio, pero en ninguno se ha demostrado utilidad mayor que el placebo.

En problemas de osteoartrosis tampoco se han encontrado todas las evidencias. No obstante, los estudios realizados no llegaron a demostrar que no sirviera para nada.

Se ha comparado la imanterapia para el alivio del dolor junto con la acupuntura manual.

  • Los imanes estáticos y terapias de ultrasonido en las cuatro semanas siguientes al inicio del tratamiento no ofrecieron un alivio significativo.
  • La intervención con campos electromagnéticos palpitantes ofreció una pequeña reducción en el dolor.
  • La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS, incluyendo corrientes interferenciales), electroacupuntura (EA) y la terapia láser de bajo nivel (LLLT) ofrecieron una disminución del dolor clínicamente relevante para aliviarlo.

Parece que estos estudios los financia la casa comercial que vende los aparatos de imanterapia, que, por cierto, no son baratos. Sea como sea, lo importante es que se investigue y, si son efectivos, se puedan aprovechar de forma barata y sencilla.

El hecho de que haya personas que hayan mejorado con los imanes, aunque sea placebo, nos hace seguir estudiando sus propiedades.