El viniyoga es una forma de yoga perfectamente adaptada a las necesidades y condiciones de la persona, que se utiliza a menudo con indicaciones terapéuticas. Fue desarrollado por T. Krishnamacharya (1888–1989), a quien se considera el padre del yoga moderno. Luego, su hijo, TKV Desikachar (1938–2016) lo dio a conocer más ampliamente en Occidente.

Desikachar representó cada postura de yoga con formas gráficas simples que podían ser compartidas con los pacientes para que estos pudieran entender y memorizar las sesiones.

El término viniyoga pertenece al yoga clásico. De hecho lo encontramos en el sexto aforismo del tercer libro de los Yoga Sutras de Patañjali. Desde el principio del tercer libro, Patañjali había introducido las nociones de concentración (dhâranâ), meditación (dhyâna), conciencia mística (samâdhi) y el proceso que los une (samyama).

El yoga se adapta a cada persona

Samyama consiste en escoger un objeto de meditación, fijar intensamente la atención en este objeto y ejercitarse con un gran interés y regularidad. El afán de búsqueda y de abandono debe igualmente caracterizar el proceso.

Directamente después de esta enseñanza viene el aforismo sobre viniyoga para concretar que la elección del objeto de meditación debe realizarse con gran cuidado, teniendo en cuenta un número de factores.

El profesor T. Krishnamacharya enseñó en la década de 1980 que la aplicación adecuada de las técnicas psicosomáticas del yoga debía realizarse en función de consideraciones individuales. A T. Krishnamacharya le debemos la sentencia: “No es la persona la que debe adaptarse al yoga, sino el yoga el que se debe ajustar de forma correcta a la persona”.

Por tanto, el viniyoga no es una organización, ni una escuela particular, ni un estilo especial de yoga. Es simplemente un criterio, una orientación para que la disciplina proporcione todos sus beneficios. En el plano práctico, el viniyoga consiste en respetar a la persona: edad, sexo, salud, constitución, hábitos de vida, recursos, debilidades, creencias…

Concentrarse en la respiración

En la traducción de TKV Desikachar del Yoga Sūtra de Pantanjali, el yoga se define como “la capacidad de dirigir la mente exclusivamente hacia un objeto y mantener esa dirección sin distracciones”.

El objeto de concentración es la respiración y uno de los objetivos del viniyoga como terapia es enseñar a los pacientes a reconectarse con su respiración, que está directamente relacionada con su estado mental. Aprender a concentrarse en la respiración ayuda a controlar mejor la mente y a reducir el flujo de pensamientos.

La esencia del viniyoga es adaptar la práctica a cada paciente, lo que facilita muchísimo que consigan establecerla como un hábito más en su vida. El profesor de yoga tiene en cuenta el problema que el paciente quiere resolver (por ejemplo, una alteración del sueño), el tiempo disponible para la práctica, el contexto personal del paciente, el estilo de vida (hábitos de comida y bebida, trabajo, actividad física, etc).

¿Cómo es la práctica del viniyoga?

En el viniyoga se considera que la práctica diaria es importante y se ofrecen todas las facilidades. Las prácticas pueden tomar desde cinco minutos, dos o tres veces al día, hasta 30 minutos. No hace falta desplazarse a un centro de yoga ni ponerse una ropa especial. El profesor proporciona todos los consejos para que el practicante pueda hacer los ejercicios en casi en cualquier lugar: en su dormitorio, justo antes de irse a dormir, en la cama si la noche se interrumpía, por la mañana al despertar, en el trabajo ante su escritorio, en el transporte público o en lugares públicos.

El profesor realiza primero todos los ejercicios con el paciente, hasta que este es lo suficientemente autónomo para practicar por su cuenta en casa.

Por otra parte, a diferencia de muchos deportes, donde es habitual sentir dolor durante o después del ejercicio, el viniyoga enfatiza que los pacientes deben aprender a respetar su cuerpo. Se produce siempre una progresión paso a paso, semana tras semana, lo que permite practicar el yoga sin complejos, con seguridad y dentro de los propios límites individuales.

Los ejercicios de yoga incluyen una variedad de herramientas tradicionales, como posturas (asanas), prácticas de respiración (prānāyāma), visualizaciones (bhāvanā), coordinación de la respiración con los movimientos del cuerpo (nyāsa), meditación (dhyāna) y, a veces, entonación de mantras.