La endivia es una hortaliza mediterránea que podemos encontrar en el mercado durante todo el año. Sus hojas blancas y tiernas están crujientes y deliciosas. Su sabor ligeramente amargo y su frescura nos aporta numerosas propiedades y beneficios para el organismo.

A la tradicional endivia blanca con las puntas verdes, se le ha añadido más recientemente una variedad muy curiosa y de aspecto realmente muy bonito con las puntas rojas o granates, lo cual nos ayuda a crear combinaciones de color en los platos de cualquier mes pero muy especialmente en los días de calor.

Quizá no sabías que la endivia es un tipo de achicoria salvaje o silvestre. Sin embargo, la forma de la endivia en la forma en que la consumimos hoy día se encontró casualmente, o por un capricho. En este artículo te explicamos sus virtudes, los tipos de endivias y te contamos la historia de cómo surgió su uso.

Beneficios de las endivias

Los beneficios de las endivias son bastante interesantes. Tradicionalmente se han considerado febrífugas, estomacales o digestivas y hoy día son una buena idea para incluir en la dieta en tiempo de alergias.

  • Febrífugas: refrescan en casos febriles o calor excesivo ambiental.
  • Aporte de vitalidad: ideales para tratar la astenia o el cansancio físico y mental.
  • Digestivas.
  • Reguladoras hepatobiliares.
  • Favorecen tránsito intestinal suave.
  • Prebióticas: ayudan a la microbiota.
  • Mejoran la tasa metabólica
  • Ayudan a personas con alergias, migrañas, sobrepeso.
  • Ayudan ene el control de hipertensión.

Propiedades de las endivias

La endivia es una gran ayuda en diversas situaciones de salud como, por ejemplo, en alergias, estados febriles y como ayuda digestiva por su principios amargos. Además, aporta una cantidad y variedad de vitaminas y minerales que ayudan al sistema inmunológico, a la piel, a las mucosas, así como al sistema nervioso.

1. Son ricas en vitaminas B9, A, E y C

Las endivias, son muy ricas en ácido fólico o vitamina B9, así como en vitaminas A, E y C. La proporción en que se encuentran estas vitaminas en la hortaliza, favorece la función de nuestro sistema inmunitario. Además ayuda al estado de tejidos como la piel y las mucosas. Esto es interesante en el caso de personas con alergias.

Recientemente en el mercado pueden encontrarse endivias de dos colores: blancas con las puntas verdes y blancas con las puntas rojas. Las rojas o moradas, son más ricas en vitamina A y E que las verdes.

2. Aportan potasio, fósforo, calcio, magnesio y yodo

Las endivias son muy ricas en minerales como potasio, fósforo, calcio, magnesio y yodo. Por lo cual son ideales para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso, para casos de astenia o cansancio físico y mental (por ejemplo, para la astenia primaveral o por el calor excesivo). Recuerda que el calcio no es solo bueno para los huesos y los dientes. El calcio también favorece junto con el magnesio un correcto funcionamiento y relajación muscular.

3. El amargor de la endivia es saludable

Si ya las has comido alguna vez sabes que tienen un sabor fresco y ligeramente amargo. Los principios activos que le confieren este sabor amargo favorecen la función hepatobiliar, es decir, ayudan a la formación y drenaje de la bilis, favorecen en general las funciones digestivas y ayuda la eliminación de toxinas del cuerpo. Además, refresca el intestino, por su aporte de líquidos, fibra soluble e insoluble y presenta una acción prebiótica gracias a la inulina, con lo cual, favorece el tránsito intestinal de modo suave y muy natural, sin irritar la pared intestinal.

En consecuencia, también ayuda a personas con migrañas, cálculos o arenillas biliares, impurezas en la piel, eczemas, entre otros.

4. Son poco calóricas

El aporte natural de yodo de las endivias ayuda a estimular de manera suave la tasa del metabolismo orgánico, su aporte calórico es muy bajo (tan solo 20 kcal/100g) , por lo que son un alimento ideal en las dietas para perder y controlar tu peso.

Recetas con endivias

Se aconseja tomarlas crudas para evitar la pérdida de los líquidos y vitaminas, aunque las acompañes de algún alimento algo cocinado o elaborado.

  • Puedes acompañarlas de frutos secos, frutas, quesos, incluso de pescados, carne y de otras hortalizas como zanahorias, lechuga, espárragos…
  • Las endibias combinan muy bien con dulce y con salado. Son un magnífico tentempié. No obstante, también puedes cocinarlas y usarlas como envoltorio para hacer rollitos con tu relleno favorito, o como base o lecho, y ponerlas al horno.

Origen de las endibias o endivias

La endivia que conocemos es un tipo de achicoria, por lo tanto, es una hortaliza que pertenece a la familia de las Asteráceas o Compuestas. Está relacionada con la achicoria, la lechuga, la escarola, la alcachofa o el cardo. ¡Qué rico todo!

La presencia de la endivia en la alimentación es originaria del área de la cuenca del mar Mediterráneo. Ya era consumida por muchos pueblos desde la antigüedad. Se sabe que la consumían los egipcios y más tarde, los cartaginenses, fenicios, griegos, romanos y árabes, con lo cual se difundió a través de las rutas de comercio e intercambio socioculturales por todo el área de influencia del Mediterráneo.

Durante mucho tiempo las gentes consumían las plantas silvestres de la achicoria (Cichorium intybus). Pero en la actualidad lo que nosotros consumimos como endivias son los “brotes tiernos” de especies de achicoria.

Así mismo se cultiva para alimentación otro tipo de achicoria salvaje que es la especie Cinchorium endivia.

Como curiosidad te contamos que la palabra endivia se puede escribir en grafía con b o con v y ambas son correctas y tienen su origen en las distintas lenguas como latín, griego y árabe en las que se usaba el nombre.

Desde el Mediterráneo las endivias viajaron a otros países, donde a veces se conocen simplemente como achicoria. Pero recordemos que son los brotes tiernos, no la raíz de achicoria, ni la achicoria “crecida”.

Las endivias: una idea invernal de hace 200 años

Según parece, el consumo de las hojas tiernas y tan blancas de la endivia, como tal hoy día, se descubrió por casualidad, como muchas cosas en la ciencia.

La historia cuenta que en 1830, el jardinero jefe del jardín botánico de Bruselas pensó en cultivar achicoria en invierno en una zona no muy utilizada del botánico. El jardinero observó que al cortar los rizomas de la achicoria, crecían unos brotes tiernos alargados. Pero que aquellos que habían crecido en la oscuridad por las circunstancias del lugar ¡eran blancos! Y no verdes y estaban buenísimos.... Y desde entonces se consume la endivia tal como la conocemos.

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