Los alimentos ultraprocesados ​​se asocian con síntomas depresivos entre los adultos, según los datos obtenidos de una encuesta nacional sobre salud y nutrición, realizada en Estados Unidos entre 2011 y 2016. El estudio, publicado en la revista Frontiers in Nutrition, sugiere que los ultraprocesados pueden aumentar el riesgo de síntomas depresivos, especialmente en personas que hacen poco ejercicio.

Los ultraprocesados son productos industriales elaborados mayoritariamente o en su totalidad a partir de ingredientes transformados industrialmente, con pocos o ningún alimento entero. A menudo contienen sustancias que no se utilizan en la cocina casera, como grasas refinadas, azúcares o endulzantes sintéticos, potenciadores del sabor, conservantes y otros aditivos.

También pueden contener sustancias químicas procedentes de los envases que pueden tener un efecto perjudicial sobre la microbiota intestinal y, con ello, inducir el desarrollo de enfermedades asociadas a la inflamación, como es el caso de la depresión.

Los ultraprocesados son pobres en nutrientes que previenen la depresión

Alimentos ultraprocesados típicos son las bebidas carbonatadas, los helados, los productos de bollería y pastelería, alimentos fritos, carnes procesadas, granos refinados y productos lácteos ricos en grasas.

Debido a su gran palatabilidad, comodidad y larga vida de almacenamiento, los ultraprocesados son cada vez más consumidos en los países con rentas más altas. Sin embargo, desde el punto de vista nutricional son alimentos pobres: contienen poca fibra y poca densidad de minerales y vitaminas.

Los 13.637 participantes incluidos en el estudio obtuvieron el 55% de las calorías diarias (una media de 1.200) de alimentos procesados. Las personas con síntomas de depresión tendían a consumir una mayor cantidad de ultraprocesados y por tanto ingerían menos vitaminas y oligoelementos (ácidos graso omega-3, fibra dietética, vitamina C, vitamina E, ácido fólico, calcio y zinc), pero más grasas saturadas, azúcares y energía.

En números, los participantes que obtenían más del 73% de las calorías de los alimentos ultraprocesados tenían un 35% más de riesgo de sufrir síntomas depresivos en comparación con aquellos en que los ultraprocesados no aportaban más del 34% de la ingesta total de energía.

Otros estudios han llegado a la misma conclusión. Por ejemplo, una investigación de la cohorte francesa NutriNet-Santé mostró que un alto consumo de ultraprocesados se asocia con una mayor incidencia de síntomas de depresión.

En España, los datos de la cohorte SUN, que incluye participantes universitarios, también muestran una asociación consistente entre consumo de ultraprocesados y depresión.

¿Cómo provocan la depresión los alimentos ultraprocesados?

La asociación entre ultraprocesados y depresión tiene varias explicaciones. Por una parte, el consumo de ultraprocesados va de la mano con una dieta de mala calidad nutricional y esta, a su vez, es un factor de riesgo para la depresión. A medida que aumenta el consumo de ultraprocesados disminuye el de nutrientes como el zinc, el hierro, el cobre, el selenio, la fibra dietética y las vitaminas, nutrientes que se consideran factores protectores frente a la depresión.

Además, los aditivos alimentarios y los contaminantes que están presentes en los alimentos ultraprocesados pueden contribuir a los síntomas depresivos. Entre los contaminantes, el estudio cita los ftalatos y bisfenoles que se usan como plastificantes en el envasado de alimentos.

En un estudio realizado con adolescentes y niños coreanos se observó que el consumo de edulcorantes artificiales se relacionaba con el aumento de la proporción de ondas theta y beta en las áreas frontocentrales del cerebro, patrón relacionado con emociones negativas que acompañan la depresión.

El efecto adverso de la UPF sobre la microbiota intestinal también podría contribuir a los síntomas depresivos. La microbiota intestinal fermenta la fibra dietética en ácidos grasos de cadena corta que son beneficiosos para la función intestinal normal. La mala calidad nutricional de los ultraprocesados puede conducir a una reducción de las bacterias intestinales beneficiosas.

Además, algunos aditivos también podrían afectar la composición y función de la microbiota intestinal. La alteración de la microbiota intestinal puede causar trastornos del metabolismo intestinal y enfermedad inflamatoria y luego afectar el sistema nervioso central a través del eje microbiota-intestino-cerebro, lo que aumenta el riesgo de síntomas depresivos.

Referencias científicas: