Recolectar en el momento perfecto de concentración de azúcares y aromas te llevará a conocer otro nivel de sabores de las verduras más habituales y de temporada.

Para la venta y que las verduras soporten el traslado y un buen aspecto en su exposición, en general se las cosecha un poco antes de tiempo. En cambio, en tu huerto puedes esperar el momento perfecto pacientemente.

Aquí te enseñamos a reconocerlo recurriendo a tu vista, tacto y olfato.

Hay dos grandes temporadas en el huerto

El huerto tiene básicamente 2 temporadas: primavera–verano y otoño–invierno. Dependiendo de la temperatura y las horas de sol cada temporada se caracteriza por diferentes producciones.

  • Cuando hace más sol y calor, se producen los frutos como tomates, berenjenas y pimientos.
  • En la temporada fría, reinan las hojas y las raíces.

La naturaleza te provee en el momento indicado de lo que necesitas para estar saludable y nutrido en cada estación. 

Qué necesitas para cosechar en el huerto

En primavera–verano, busca una canasta o una cesta limpia para una cosecha organizada. No olvides tampoco:

La cesta es importante y muy práctica

En el huerto, la cesta es un complemento perfecto, ya que además de su uso como transporte de herramientas de mano en general, te permitirá ordenar y separar lo que vayas cosechando sin que sufra deterioros. En especial, las hojas y ramas de las plantas aromáticas. También cuando recolectes hojas sueltas de lechugas, escarolas, cebollas de verdeo o acelgas. 

Originalmente estas canastas eran fabricadas en mimbre o madera. Imágenes bucólicas de jardineras con sus cestas y cortando flores fueron perpetuadas por pintores impresionistas y románticos. En inglés se las llama “Caddie”, término que tiene su origen en la forma particular de los escoceses al hablar. Se dice que a los pajes de la corte de la reina María Estuardo se les llamaba cadet en francés. El nombre de estos cadetes (que asistían como una canasta) fue cambiando hasta llegar al más familiar caddie. 

Cuándo cosechar cada fruta o verdura

Cada hortaliza o fruto del huerto tiene su momento y saber reconocerlo es clave, no solo para disfrutarlo en su punto sino también para optimizar el tiempo y los recursos que inviertes en cultivarlo:

calabacín

Con los cuidados adecuados, los frutos del calabacín estarán listos para cosechar muy pronto, y es que los calabacines se cosechan jóvenes, cuando presentan un aspecto turgente y lustroso.

Es importante que evites que maduren. Cuando comienzan a formarse las semillas se bloquea la producción de flores femeninas, en consecuencia, la formación de nuevos calabacines.

pepino

Cuando los pepinos de tu huerto alcancen la longitud y el grosor adecuado de la variedad, coséchalos escalonadamente. Esto sucede a los 2 o 3 meses luego de la siembra.

Hazlo por la mañana, antes que los pepinos tomen una coloración verde-amarillenta. De esta forma la pulpa será compacta y crocante. 

Berenjenas

Estas se cortan jóvenes, cuando aún presentan un aspecto brillante y turgente. El punto ideal es cuando presionas con la yema del dedo pulgar y ésta no se hunde.

El color de la pulpa de la berenjena debe ser blanca o algo verdosa.

Tomates

Ve observando tus tomateras: el punto ideal de los frutos lo detectará tu ojo y tu olfato dependiendo de tu gusto. Puede estar más o menos verde.

Recuerda que el tomate es un fruto climatérico que continúa madurando aún separado de la planta madre. No guardes los tomates en la nevera para que mantenga todo su aroma.

Albahaca

A medida que vaya creciendo, corta con tijera las ramas que necesites, además de las flores para promover el crecimiento de nuevas hojas. Para que crezca bien, asegúrate de darle los cuidado más adecuados.

Maíz

Cuando las “barbas” de las mazorcas estén oscuras, comprueba si los granos están bien formados. Si al clavar la uña, liberan un líquido lechoso, estarán en su punto óptimo.

El máximo dulzor es en el momento de la cosecha, que se va perdiendo a medida que pasan los días. Al maíz se lo cosecha inmaduro, con aproximadamente el 70% de agua. En consecuencia, rápidamente disminuye la calidad de los granos. Los azúcares se transforman en almidón, volviéndolos más duros e insípidos. Por lo tanto, recuerda guardar el maíz pocos días, refrigerado y con alta humedad.

Pimientos

Aproximadamente a los 4 meses desde el día de la siembra llega la cosecha. Con tijera de podar, realiza cortes limpios en los cabos de los frutos verdes o maduros, según prefieras. El pimiento tiene que estar firme y brillante, no rugoso.

Judías tiernas

Si te has decidido a plantar judías verdes, toma nota:la cosecha comienza a los 70-80 días luego de la siembra. No las dejes más tiempo, ya que rápidamente forman las semillas y las vainas se vuelven fibrosas.

Repasa las matas cada 2 o 3 días. Si al girar los extremos de la legumbre verde estos se rompen y escuchas un chasquido, están en su punto ideal de recolección. Sepáralas con tijera. No es conveniente tironear de las judías para evitar dañar a la planta y a las futuras flores. 

Calabaza

Las calabazas, si están verdes, son muy sosas. La vista te ayudará a no equivocarte y recogerlas en el punto perfecto. Observa la cáscara que irá pasando por colores pálidos hasta alcanzar la coloración típica de la variedad. Luego mira el cabo que une el fruto a la planta. Debe estar seco y oscuro. Cuando estos dos requisitos estén cubiertos, cosecha la calabaza.

Para que disfrutes de su mejor sabor, conviene que las dejes orear durante un tiempo en un lugar ventilado y seco. Con el paso de las semanas, se incrementan los azúcares en la pulpa, por lo que resultan más sabrosas y nutritivas. Las calabazas se conservan en perfecto estado por varios meses, pero utilízalas en tus recetas en esos primeros meses, porque luego comienzan a deshidratarse internamente. 

Puedes saber más sobre cómo cuidar y cosechar la calabaza aquí.

Sandía

Reconocerás el punto perfecto, cuando se secan los zarcillos y las dos hojuelas redonditas cercanas al pedúnculo. El oído te ayudará si, al golpear con los nudillos, escuchas un sonido sordo dentro de la sandía. Esto ocurre entre los 3 y 4 meses luego de la siembra. Tendrás sandías muy jugosas para usar en tus recetas.

Deja un pedúnculo de 5 cm para evitar la entrada de patógenos al fruto. El color amarillo intenso de la parte que descansa sobre el suelo es otro indicativo de buen punto de maduración de la sandía. 

Y un último consejo: Si la canasta está cargada y pesada, no olvides flexionar las rodillas al levantarla del suelo, para evitar dolores lumbares. Tan importante cómo saber cuidar tus plantas es saber cuidar tu cuerpo mientras trabajas en el huerto y cosechas sus frutos.