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Fotografía: Pexels
“¡Disfruta! Si no puedes disfrutar con tu trabajo, cambia. ¡No esperes!”. Osho
El controvertido Osho nos ha dejado muchas frases en las que afirmaba que la creación no termina nunca, está siempre en curso porque cada persona se está creando día tras día a sí misma.
Yo una vez asistí a un acto casi mágico de creación del propio destino. Mientras trabajaba como profesor de idiomas, un joven de poco más de veinte años se puso en contacto conmigo para hacer dos horas semanales de conversación en inglés.
Acepté con reparos, ya que consideraba que para ese trabajo resultaba más indicado un profesor nativo. Este temor se vio reforzado cuando le oí hablar el idioma, ya que tenía mejor acento que yo. Sin embargo, nada de eso parecía importarle.
Recostado en el sofá de mi casa, empezó a hablar con soltura sobre un proyecto que tenía en mente. Entendí que el inglés era lo de menos, porque lo que deseaba era hablar de sus sueños en una especie de psicoanálisis informal.
Me contó que tras un accidente de tráfico tuvo que abandonar su carrera deportiva (había sido portero de fútbol profesional) y que en su opinión a lo largo de la vida los seres humanos sólo tenemos dos o tres pasiones y, por lo tanto, debemos entregarnos a ellas.
Él había decidido ser creativo publicitario, aunque no tenía estudios en ese campo. Le pregunté cómo pensaba llevar a cabo esa segunda pasión y me dijo que había pensado una campaña publicitaria en la que el producto sería él, que se ofrecería para trabajar a las agencias.
En los dos meses que tuve a este alumno presencié el fracaso de su primera campaña y el asombroso éxito de la segunda. En ella se había limitado a enviar por carta algo parecido a un billete de lotería con su cara en el centro y el teléfono debajo. El lema era: "Te ha tocado la lotería".
La propuesta era tan chocante que dos agencias de publicidad se pusieron en contacto con él y una le hizo una prueba: le pidieron una idea para una marca de tornillos que deseaba insertar un anuncio a toda página en una revista del sector.
Al día siguiente se presentó con una fotografía donde se veía la Tierra desde el espacio y debajo el eslogan: "Ayudamos a sostener el mundo". El aspirante a publicista fue contratado inmediatamente. Hoy es jefe de marketing de una importante cadena de supermercados.
Todo había empezado corno un juego para el que solo necesitó una impresora doméstica y su voluntad de rebasar los límites de lo razonable.
Al final, la magia cotidiana se alía con aquellas personas que saben apreciar el valor de lo pequeño y no se asustan ante los propios sueños, porque a menudo su cumplimiento depende solo de estar atentos a los signos sutiles que manda la vida.