¿Qué es el psyllium? El psyllium es una fibra laxante que proviene de las semillas de diversas especies del género Plantago (Plantago ovata, Plantago isphagula, Plantago decumbens).

Las partes utilizadas son la semilla y la cáscara o salvado de su semilla. Ambas son muy ricas en fibra soluble, que forma un gel viscoso en el intestino, compuesto principalmente por polisacáridos. Este gel aumenta el tamaño del bolo fecal por lo que ayuda a prevenir el estreñimiento y también es útil para cohesionar ingredientes y aportar esponjosidad a las recetas sin gluten.

En la actualidad es bastante común encontrar psyllium en polvo en los supermercados habituales. Sin embargo, ¿para qué se usa el psyllium y cómo debemos tomarlo?

Psyllium: propiedades y para qué se usa

Su riqueza en fibra lo hace indicado para los trastornos del aparato digestivo.

Estreñimiento y diarrea

El uso repetido de laxantes irritantes puede conducir a alteraciones intestinales y crear hábito. Mejor utilizar, si es necesario, laxantes suaves vegetales, por ejemplo los que actúan lubricando el intestino con sustancias mucilaginosas que facilitan la expulsión de las heces, como es el caso del psyllium.

El psyllium por vía oral, se usa en el tratamiento del estreñimiento, para fluidificar las heces en pacientes con hemorroides o fisuras anales, en el embarazo o tras cirugía anal o vulvar.

Otra de sus indicaciones es la diarrea. En este caso el mucílago incrementa la capacidad de retención de agua de las heces y mejora su consistencia.

Colitis ulcerosa

El psyllium también ayuda a mantener en remisión a pacientes con colitis ulcerosa.

Parece ser que al fermentar produce butirato, un ácido graso de cadena corta que, al reducir la acción de las citoquinas, ejerce un efecto antiinflamatorio.

Colon irritable

Los polisacáridos del gel intestinal lubrican las heces y alivian la irritación intestinal, produciendo el llamado "efecto apósito".

Al relajar la presión interna del intestino, alivia el dolor asociado a este síndrome.

Colesterol y diabetes

El psyllium se emplea también para estos dos problemas.

Al aumentar la masa intestinal, incrementa la peristalsis o movimiento de los intestinos, lo que reduce el tiempo de tránsito de los alimentos.

Además, reduce la absorción intestinal del colesterol al "secuestrarlo" en el intestino y facilitar su eliminación a través de las heces, al tiempo que estimula su secreción a través de la bilis.

Con la glucosa sucede algo parecido, ya que retarda su absorción. Esta acción "secuestradora" del colesterol y de la glucosa se puede extender a otras sustancias carcinógenas como los estrógenos no conjugados, lo que lo convierte en un aliado que contribuye a prevenir el cáncer de colon y de mama.

Pérdida de peso

Por su alto contenido en fibra, de acción moderadamente saciante, se recomienda como complemento en dietas de adelgazamiento.

Cura de forúnculos

Aplicado por vía externa, sirve para preparar cataplasmas que ayudan a madurar los forúnculos.

Precauciones y contraindicaciones del psyllium

Los efectos secundarios del psyllium pueden ser:

  • Flatulencia
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Estos efectos se reducen bebiendo abundantes líquidos y empezando por dosis bajas que se irán aumentando progresivamente.
  • Las reacciones alérgicas son raras.
  • Es inocuo también en embarazadas y mujeres lactantes, pero no deben tomarlo personas con obstrucciones intestinales o impactación fecal.

Dosis de psyllium recomendada

Se suelen recomendar de 7 a 40 gramos al día (con un buen vaso de agua). Esta dosis puede tomarse seis meses o más sin que exista ningún efecto secundario.

Sin embargo, antes de tomar cualquier tipo de complemento, planta o suplemento nutricional recomendamos siempre consultar con un experto para valorar si es adecuado su uso.