12 escapadas imprescindibles para desconectar y disfrutar de la naturaleza en España, según National Geographic

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Ribadesella

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1. Ribadesella y Llanes

En Asturias, hay lugares que son auténticos refugios para desconectar y perderse durante un tiempo. Durante esa pausa, se puede aprovechar al máximo para conectarse con la naturaleza, sentir la energía del Cantábrico y deleitarse con la cocina local.

En Llanes, Ribadesella y Villaviciosa y sus entornos puedes encontrar esa ansiada desconexión. No faltan las playas vírgenes y el turismo mal entendido no ha destrozado los paisajes ni ha restado autenticidad a los pueblos.

Si eres aficionado al turismo consciente, disfrutas con respeto de entornos naturales, y valoras descubrir la autenticidad de los lugares que visitas, este destino se encontrará entre tus prioridades. 

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Dunas de arena en la playa del Trabucador

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2. Delta del Ebre

El Delta del Ebro, creado por el río en su desembocadura, es un parque natural sin comparación en la Península. La UNESCO ha declarado las Terres de l'Ebre como espacio natural y humano único en todo el mundo, otorgándole el reconocimiento de Reserva Natural de la Biosfera. 

Posee playas extensas,  como la del Trabucador o la Punta de la Banya, que dan paso a los arrozales, hábitat para miles de especies de aves.

Como es un territorio llano, puedes agarrar la bici y pedalear sin fin. 

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Meandro en Aguastuertas, Selva de Oza, Pirineos de Huesca

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3. Selva de Oza

La selva de Oza, ubicada en el Parque Natural de los Valles Occcidentales, es uno de los bosquees más valiosos de Aragón.

Partiendo del camping puedes recorrer dos senderos: el que lleva al ibón de Acherito (un lago a 1.870 metros de altura) y el que te acerca a Aguastuertas, donde podrás contemplar los meandros del río Aragón Subordán a su paso por un circo glaciar que se te aparece como una inmensa pradera.

Si además de la naturaleza te gustan los megalitos, estás de suerte porque en la zona los hay en abundancia. No te pierdas la visita al Centro de Interpretación del Megalitismo Pirenaico y de la Val d'Echo, junto al cámping. Luego, toca las piedras antiguas con tus propias manos. 

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Garganta Cerrada de Elias en Parque Nacional de Cazorla

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4. Sierra de Cazorla

La fuente del Guadalquivir se encuentra en esta sierra, que fue popularizada por el gran Félix Rodríguez de la Fuente, con sus documentales sobre las cabras montesas y la berrea de los ciervos, que cada otoño se repite en el entorno del embalse del Tranco o la laguna de Valdeazores.

Puedes caminar junto al río Borosa y el Madera, o relajar la mirada en los Campos de Hernán Pelea. 

No te puedes perder el paseo por la pasarela de madera (en la foto) que transcurre por la Cerrada de Elías, prácticamente sobre las aguas del Borosa. Podrás admirar y sacarte unas fotos inolvidables con el Salto de los Órganos de fondo. 

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Río Arnoia en Allariz, Ourense

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5. Ribeira Sacra

La Ribeira Sacra, una de las reservas de la Biosfera de Galicia junto a las cercanas Serras do Oribio y Courel, es uno de los rincones más mágicos de la península. El protagonista es el río Sil, que excava en su recorrido cañones profundos y fertiliza la tierra a su alrededor. 

Los atractivos son tantos que no caben en estas líneas, pero no te pierdas las Pasarelas del río Mao, los miradores de Vilouxe y Castro Caldelas o los Balcones de Madrid y  el Cabo do Mundo, un enorme meandro del río Miño que se aprecia desde una ladera.

Otra forma de conocer la Ribeira Sacra es desde el propio río, navegando en catamarán.

Además de las bellezas naturales, te encontrarás con iglesias y monasterios diseminados. En la zona hay una de las mayores concentraciones de iglesias románicas de Europa. Incluso te puedes alojar en un monasterio como el de Santo Estevo. 

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El parque natural más bonito para visitar en noviembre, según National Geographic

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Pasos de Soaso y circo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Pedido

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6. Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido

En la comarca del Sobrarbe, en plenos Pirineos oscenses, es uno de los primeros parques nacionales de España: fue creado hace más de 100 años, junto al Parque Nacional de los Picos de Europa.

Un destino imprescindible para los senderistas es el refugio Góriz, más allá de la cascada de la “cola de Caballo” y las Gradas de Soaso. Si eres un montañero experto puedes coronar la cumbre de Monte Perdido, con sus 3.355 metros de altura. 

Ten en cuenta que si quieres visitar el valle de Ordesa tendrías que hacerlo en verano, semana santa y el 12 de octubre, que es cuando te lleva el autobús oficial. 

Si dispones de otras fechas, te puedes perder, por ejemplo, por el valle de Pineta, con sus frondosos bosques.

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Arrecife de las Sirenas en el Parque Natural cabo de Gata

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7. Cabo de Gata

Numerosas series (Entre Tierras, Heridas, La Casa de Papel...) y películas míticas como La Historia Interminable y Las aventuras del Barón de Munchausen se han rodado en El Cabo de Gata por alguna razón: sus paisajes, de origen volcánico, son originales e impresionantes. 

La playa de los Genoveses, la de los Muertos o la playa de Mónsul son incomparables, como lo es el Arrecife de las Sirenas, junto al faro del Cabo de Gata.

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Río Ruecas

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8. Las Villuercas

En el sudeste de Cáceres se halla la comarca de Las Villuercas una de las áreas naturales más valiosas de Extremadura, que está protegida por la figura del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. 

Está recorrida por valles, cubiertos de castaños, robles, rebollos, alcornoques y encinas. Además, el geoparque incluye siete zonas de especial protección para las aves. Si te apuntas a un grupo de. observación ornitológica podrás maravillarte con las  grullas, el buitre leonado y negro, el alimoche, la cigüeña negra, el búho real o el águila real. 

El enclave cultural más famoso y emblema de la comarca es Guadalupe, con su monasterio del siglo XIV y su virgen negra, que daría nombre a una isla del Caribe y a la virgen más venerada de México.

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Arribes del Duero

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9. Los Arribes del Duero

Por las dehesas de Zamora y Salamanca cruza el Duero dibujando con sus cañones y sus afluentes un paisaje maravilloso. No faltan saltos extraordinarios, como el del río Uces en el Pozo de los Humos o el cachón de Camaces. No te pierdas tampoco los miradores de El Fraile (en Aldeadávila de la Ribera), Las Barrancas (Fariza), La Code (Mieza) o el Picón del Moro (Saucelle).

Como este rincón de la península permanece algo alejado de los centros turísticos, es ideal para la verdadera desconexión. No faltan casas y hoteles rurales con encanto para pasar unos días inolvidables, si te gusta la naturaleza y la tranquilidad.

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Lago del valle y montañas en Somiedo

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10. Parque Natural de Somiedo

Es uno de los parques naturales mejor preservados de Asturias. Es una Reserva de la Biosfera y se considera un gran ejemplo de la convivencia entre las actividades humanas y la fauna salvaje.

Desde las aldeas en los cuatro valles del parque (los de los ríos Somiedo, Pigüeña, Valle y Saliencia) comienzan senderos hacia los lagos y los prados salpicados de refugios de pastores.

Sin duda, te irás con un gran recuerdo si consigues avistar osos, ciervos y urogallos que se esconden en las profundidades de los bosques. Para acercarte sin molestar a estos animales puedes contar con guías profesionales. 

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Costa vasca cerca de Hondarribia

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11. Costa Vasca

Desde Bilbao a Hondarribia, pierdes el aliento ante tanta belleza que se despliega a tu alrededor. Hagamos una pequeña lista: 

• Playas solitarias y salvajes.
• La isla de San Juan de Gaztelugatxe, con su puente de piedra hacia la ermita,
• Una de las olas más famosas del mundo en Mundaka, que funciona, junto con Zarautz, como un imán para los surferos.
• Los acantilados de Zumaia, filmados en Juego de Tronos.
• La Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la desembocadura del río Oka, con sus marismas repletas de vida (se pueden ven águilas pescadoras, avetoros o espátulas, entre otras especies de aves).

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Aigüestortes y Sant Maurici

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12. Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici

La majestuosidad del Estany de Sant Maurici, rodeado de picos,  es el emblema del parque nacional, pero una extensa red de senderos te permite recorrer valles y ascender atravesando bosques hasta los prados de las zonas altas.

Hay una ruta, denominada Carros de Foc, que conecta los 9 refugios del parque y cuatro cumbres de más de 3.000 metros de altitud.

Boí y Espot son las dos entradas principales y tradicionales que permiten el acceso a Aigüestortes y al Estany de Sant Maurici, a los que se puede llegar a pie, desde los aparcamientos situados en esas entradas, o utilizando el servicio de taxis 4x4, ya que el acceso a su interior con vehículos particulares se encuentra restringido.