Al viajar o pasar una noche en otro espacio que no es tu dormitorio, puede que despiertes con esa extraña sensación de haber dormido mucho mejor o al revés, mucho peor que como sueles hacerlo a diario. ¿Por qué ocurre?  No sabes la razón pero hay espacios en los que duermes profundamente y en cambio en otros, sin ningún factor que propicie el insomnio, te das cuenta por la mañana que tu sueño no ha acabado de ser reparador.

Incluso en tu propio hogar, al hacer reformas, pintar las paredes o poner un nuevo elemento de decoración, puedes percibir que tus patrones de descanso han sufrido ligeros cambios.

Hay una razón para ello: el entorno de nuestro hogar está vivo y los elementos que lo componen (paredes, muebles, cortinas...), aunque no lo sepamos, ejercen una influencia profunda sobre nosotros y nuestro bienestar, bien reforzándolos, bien debilitándolos.

Nos sentimos en casa cuando lo que nos rodea es un ambiente acogedor. Una casa bien diseñada debe permitir que su dueño goce de confort, seguridad y apoyo dentro de ella. Sin embargo, muchas veces los lugares se construyen o decoran de tal manera que no favorecen el descanso.Algo en el entorno genera inquietud o desasosiego.

Según las reglas del feng shui, ese "algo" puede ser la forma del espacio, los elementos decorativos, los colores o los materiales con que está construido.

 

las claves del feng shui para equilibrar nuestra energía

La filosofía del feng shui se basa en la energía que nos hace ser, vivir y fluir para estar en equilibrio. Esa energía no solo está en nuestro interior: el espacio que nos rodea interactúa con nosotros, el hogar también tienen una energía propia que se relaciona con la nuestra.  Los elementos que lo componen (paredes, muebles, cortinas...), ejercen una influencia profunda sobre nosotros y nuestro bienestar, bien reforzándolo, bien debilitándolo.

Las reglas del feng shui permiten el equilibrio de ambas energías con el objetivo de lograr un perfecto estado interno de bienestar. Más que una forma de vida es un intento de recuperar y reproducir en nuestro entorno humanizado la fuerza y los ciclos cambiantes de la naturaleza.

Para iniciarnos en el uso del feng shui en nuestra vida es muy buena idea empezar por el dormitorio, porque es la habitación en la que pasamos más horas y, además, el espacio principal donde conseguimos que nuestra mente y nuestro cuerpo descansen para afrontar los retos diarios.

feng shui en el dormitorio: lo que debes evitar

La idea es que el dormitorio no sea un simple espacio funcional sino un lugar especial donde pasar tiempo de calidad. En una habitación armónica reforzaremos nuestra energía vital de forma fácil y sencilla y tomando conciencia de la íntima relación que existe entre nuestra casa y nuestra vida.

Lo primero que debes hacer es evitar los elementos que dificultan la circulación de la energía por el espacio:

  • Evita los colores intensos y estridentes (rojo, naranja, amarillo y verdes, rosas o azules brillantes) ya que tienen efecto estimulantes y generan intranquilidad.
  • Conviene evitar todos los elementos "activadores", como televisor, ordenador, peceras y en general aquellos que sean dinámicos o generen ruidos.
  • No deben estar a la vista objetos que marcan esfuerzo como una bicicleta estática, tabla de flexiones, pesas...
  • Evita encima de los muebles acumular papeles desordenados, formularios y cartas pendientes, plannings de trabajo... Es mejor guadarlo en un cajón o en una caja con tapa.
  • No debería haber espejos apuntando directamente hacia la cama. Tumbado desde la cama es preferible no verse reflejado en un espejo. Sí puede haber espejos en el resto de la habitación.

Así debe ser tu dormitorio según el feng shui

La habitación ideal según el fen shui debería tener una cama no demasiado pequeña, que estuviera centrada en la habitación, con elementos de apoyo a cada lado, luces cálidas y colores suaves. 

la orientación de la cama según el feng shui

La cama es el eje central del dormitorio alrededor del cuál giran los demás elementos.

  • Lo ideal es que la cama no esté frente a la puerta ni debajo de una ventana, ni entre la ventana y la puerta ya que estar en mitad del camino de corrientes de aire provoca un mayor desagaste energético.
  • También conviene evitar los ángulos que apunten hacia la cama, como esquinas y columnas, o las estanterías u objetos pesados situados sobre ella (no incluye láminas o cuadros ligeros).
  • Lo mejor es que la cama tenga cabecero ya que genera estabilidad y si puede ser, de madera sólida y lisa. Mejor evitar los metálicos.
  • Una buena ubicación es tener una pared sólida y despejada tras la cabecera de la cama, la idea es conseguir una visión amplia de la habitación. Mejor si desde la cama ves la puerta, sin estar enfrentada a ella. Se busca crear sensación de seguridad, asentamiento y relajación.

Idealmente, la mejor orientación del cabecero es hacia el norte para favorecer el sueño. Si no es posible, el oeste es una buena segunda opción. Que la cabecera de la cama esté en una dirección u otra provoca efectos diferentes.

  • Cabeza al Norte y pies apuntando al sur: favorece el sueño profundo y da mayor descanso físico. En esta oreintación estamos a favor del flujo magnético de la tierra.
  • Cabeza hacia el Sur: la energía es más activa lo que favorece un momento vital de expansión pero no es adecuado para personas con estrés.
  • Cabeza hacia el Este proporciona energía activa y apasionada.
  • Cabeza hacia el Oeste, facilita despertarse con más energía pero la personas creativas y activas es mejor que eviten esta orientación para poder descansar.

 

elementos decorativos y colores según el feng shui

Los elementos a los lados de la cama pueden ser mesillas o algo similar que haga sus funciones, no tienen por qué ser iguales, pero sí armoniosas. Lo ideal es que sobre cada una haya un punto de luz que pueda estar encendido sin molestar al otro lado de la cama.

  • Los colores más adecuados para un dormitorio según el feng shui son los pasteles suaves o colores no estridentes que generen asentamiento y tranquilidad: salmón, rosa, colores terrosos, vainilla, verdes y violetas suaves.
  • Los elementos tierra como alfombras, kilims y jarapas son bienvenidos, así como baúles o bancos a los pies de la cama.
  • La luz: es ideal quelas luces no sean solo de techo sino múltiples puntos dentro de la habitación (lámparas de pie, de sobremesa, luces graduables...

El dormitorio debería ser un lugar de contacto con el yo interior más profundo, tanto a través del sueño como de la espiritualidad. Es el lugar donde estamos más desprotegidos al confiarnos completamente al sueño y donde recuperamos el chi que nos permitirá tener un nuevo día de actividad plena y satisfactoria.

El feng shui en un dormitorio infantil

En el caso del dormitorio de los niños sucede lo contrario que con los adultos ya que su naturaleza activa les mantiene en perpetuo movimiento físico y en continua actividad mental y emocional.

Aquí encontramos un reto y es que ahora el dormitorio infantil también es su espacio de juego o de trabajo. El dormitorio ha perdido un poco su naturaleza. Aún no es habitual que haya televisión si el pequeño tiene menos de seis u ocho años, pero sí habrá robots y muñecas que se muevan, hablen y enciendan luces y reclamen atención. Los colores serán fuertes y habrá múltiples juegos.

  • El dormitorio de los niños hasta los doce o catorce años debería mantenerse en tonos suaves y más bien fríos para compensar el elemento fuego que forma parte de su naturaleza si están sanos y alegres. En este caso, cosa que no ocurre con los dormitorios adultos, sí es buena idea usar colores azules y verdes. Además, le podemos dar calidez con tonos rojizos como el rosa, el salmón y el naranja o los tonos ocres y terrosos para añadir estabilidad.
  • En la adolescencia se aconseja pasar a colores tierra a fin de equilibrar el vaivén emocional que les da la edad: ocres, amarillos suaves, colores pastel y la gama de rojo en tonos pálidos como rosa suave, naranja, melocotón, salmón...

Es importante intentar que nada destaque excesivamente, sino crear una atmósfera armónica donde los juguetes, cuadros, libros, figuras, etc. se vean integrados enviando un mensaje de apoyo positivo y de refuerzo al niño, potenciándolo con representaciones que sean estéticamente bellas o centradas en actividades humanas, la naturaleza, animales y paisajes.