Enrojecimiento, dolor, hinchazón, mayor temperatura en zonas afectadas y nódulos articulares son los principales síntomas de una artritis. Los primeros brotes aparecen, en general, en manos, pies, muñecas, rodillas o tobillos, pero poco a poco pueden ir afectando a otras articulaciones.
Conocer el origen y las causas de este problema te ayudará a escoger el tratamiento. En general, para conocer qué tipo de artritis se padece y poder tratarla, se debe analiza el líquido articular. El exceso de líquido puede deberse a dos factores:
- Mecánico. Aumenta su volumen pero apenas varía su composición. Suele deberse a una artrosis avanzada.
- Inflamatorio. Contiene una alta concentración de proteínas, que indican su origen:
- Artritis cristalina. Provocada por la concentración de cristales de ácido úrico.
- Artritis infecciosa. Puede ser vírica, bacteriana o producida por hongos.
- Artritis inflamatoria reumática. De origen genético, autoinmune o reactivo.
Tratamiento fitoterapéutico de la artritis
Las artritis reumatoide y úrica pueden mitigarse con plantas antiinflamatorias y diuréticas. Es eficaz combinar, por ejemplo a días alternos, estas dos tisanas.
Ingredientes:
- Tisana 1: Ulmaria (20 g), hojas de abedul (30 g), raíz de grama de las boticas (20 g), mejorana (20 g) y harpagofito (10 g).
- Tisana 2: Saúco (20 g), vara de oro (20 g), corteza de sauce blanco (30 g), romero (20 g) y hojas de tusílago (10 g).
Preparación:
- Se cuecen 3 o 4 cucharadas de la mezcla en 1,5 litros de agua hirviendo durante un minuto.
- Se tapa, transcurridos 10 minutos se cuela y se beben 3 tazas diarias.
Con el fin de reducir el ácido úrico es útil tomar tintura madre de ortiga mayor:
- 45 gotas al día, repartidas en tres tomas.
También te pueden ser de ayuda los siguientes suplementos naturales.