Si hay algo que siempre tengo en la despensa, o para ser más exactos en el verdulero, son patatas. Son muchísimas las ocasiones en las que las preparo a lo largo de la semana, bien cocidas para hacer puré, rellenas con atún listas en pocos minutos, fritas en forma de gajos o asadas enteras. La receta que hoy te traigo es una guarnición estupenda para la que solo necesitas ingredientes básicos que ya tienes en casa, como aceite, vinagre, sal, ajo y perejil. Si además cultivas tu propio perejil, ni que decir tiene que te marcarás unas patatas al ajillo de alto copete, como suele decirse.
También las puedes servir como entrante servidas en cazuelitas de barro, que siempre queda muy resultón. Y ya que tienes a mano el ajo y el perejil, igual te apetece prepararte unos champiñones o níscalos al ajillo (según temporada), otro entrante o guarnición ideal para carnes, pescados, patatas o huevos.
Patatas al ajillo
Hay recetas que te trasladan de un plumazo a la niñez, y afortunadamente casi siempre es por cosas buenas. La cocina tiene el poder de hacer eso y traer de vuelta recuerdos entrañables o cotidianos que descansaban en nuestra memoria.
Así lo cuenta Noelia Gamero (@cocinaconnoelia) al compartir esta fantástica receta que su madre le preparaba como acompañamiento de los filetes de ternera a la plancha. Además, nos sugiere tomarlo también con huevo frito (o a la plancha si lo prefieres), ya que son dos sabores que se complementan estupendamente.
Ingredientes
Modo de elaboración
Como has visto en la lista de ingredientes, Noelia utiliza patatas de la variedad Agria, que son las más empleadas en hostelería y por extensión, las más cultivadas. De carne amarilla y piel oscura, se adaptan a distintos tipos de cocción, especialmente para freír y pochar, ya quedan muy tiernas por dentro pero a la vez crujientes por fuera. En cualquier caso, también podrías utilizar otros tipos de patatas.
A buen seguro que tras ver este video, te han entrado unas ganas locas de probarlas. Este es el paso a paso por escrito para que puedas consultarlo siempre que quieras.
- Pela las patatas, lávalas con agua fría, escúrrelas y pártelas en láminas. Fríelas en abundante aceite caliente.
- Mientras se fríen las patatas, puedes aprovechar para preparar la majada. Machaca en un mortero los ajos, el perejil y sal. Agrega el vinagre, 15 mililitros de agua y mezcla bien.
- Cuando las patatas estén listas, sácalas con una espumadera y retira el aceite de la sartén. Lo mejor es que lo cueles y lo pases a una aceitera para volverlo a utilizar.
- Pon las patatas en una sartén sin aceite, añade el majado y cocina a fuego medio, moviendo constantemente con una cuchara de madera hasta que las patatas absorban todo el líquido. Y solo te quedará decidir con qué las vas a acompañar.
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