El pollo es un básico de la despensa muy interesante nutricionalmente, económico y tan versátil que son innumerables las recetas que puedes preparar con él. Por lo general, no es complicado cocinarlo pero sí que hay un aspecto al que tienes que prestar atención: que quede jugoso. El horneado va a cumplir un papel esencial en este punto y hay un truco muy efectivo para conseguir que no pierda humedad durante el cocinado: marinarlo previamente. El quid de la cuestión es ¿con qué lo marinamos? ¿Con limón y hierbas, con aceite y pimentón, con salsa de soja?

En uno de los capítulos del programa de RTVE "Vamos a cocinar con José Andrés", el chef sorprendía con una de sus recetas favoritas: el pollo a la cerveza. Aquí tienes la respuesta. Son diversas las ocasiones en las que alcohol y cocina se juntan resultando combinaciones tan interesantes como los langostinos al whisky, la merluza con salsa de vino blanco o el mango caramelizado al ron. Descubre a continuación lo jugoso que queda el pollo preparado de esta manera.

Pollo a la cerveza del chef José Andrés

La preparación de este pollo comienza el día anterior, ya que tienes que dejarlo marinando todo la noche. Podrías prescindir de este paso o reducir el tiempo pero piensa que el pollo absorbe parte de esa cerveza, lo que hace que quede muy jugoso. Otro de los secretos a tener en cuenta es que hay que dorar los trozos de pollo en aceite caliente antes de guisarlos. No se trata de hacerlos por completo, sino de crear esa capa crujiente que retendrá sus jugos durante el posterior cocinando evitando la pérdida de humedad. 

Pechugas de pollo

Pide al carnicero que te trocee el pollo a tu gusto.

iStock

La receta consta de cuatro partes: marinar, dorar el pollo, pochar las verduras y guisar el pollo a fuego lento y sin prisa.  

Ingredientes

Modo de elaboración

Es una receta muy sencilla pero es importante que estés atento a todos los pasos para conseguir que el pollo quede jugosísimo. Uno de ellos, es el momento de salar el pollo. Por lo general, agregaríamos la sal antes de dorarlo, pues en este caso no lo hagas así para evitar perder jugos.

  1. Dispón el pollo troceado en una fuente y vierte sobre él el contenido de una lata de cerveza negra. Refrigéralo toda la noche.
  2. Al día siguiente, cuela el pollo de tal manera que la cerveza irá directamente a un bol; resérvala. Por su parte, tendrás que secar el pollo dejándolo escurrir en papel absorbente.
  3. Calienta el aceite en una olla. Dora los trozos de pollo por los dos lados hasta que notes que tiene una capa exterior crujiente. Te resultará más fácil hacerlo en varias tandas.
  4. Retira el pollo y ponlo en un plato. Vierte el aceite en un bol y añade un poco de agua a la cazuela a fin de desglasar los jugos que han quedado en ella. Deja que hierva unos minutos para recuperar toda esa sustancia y riega con ella el pollo. 
  5. Pon el aceite reservado en el bol de nuevo en la cazuela; ten cuidado porque si quedan gotas de agua salpicará un poco. Es el momento de agregar la cebolla, el puerro, los dos dientes de ajo ligeramente aplastados y una hoja de laurel. Póchalos hasta que estén ligeramente caramelizados. Retíralas de la olla.
  6. Agrega un poco de agua para desglasar la cazuela. Agrega el pollo y cocínalo a fuego bajo, regándolo poco a poco con cucharadas de la cerveza reservada, la idea es que haya un dedo de líquido. Rectifica el punto de sal y listo. Podrías acompañarlo con arroz, patatas o setas.

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