Solemos hablar mucho de la autoestima porque ésta es una de las bases de una vida feliz. Tener una buena imagen de nosotros mismos nos hace creer en nuestras capacidades. Creer en nuestras capacidades nos ayuda a trabajar y a perseguir nuestros sueños. ¡Y materializar nuestros sueños nos puede hacer muy felices!
¿Quieres reforzar tu autoestima? La actitud es el primer paso para empezar a quererte y la buena noticia es que esta se puede entrenar mediante la meditación. En este artículo te acompaño con esta meditación guiada que ayuda a modular la actitud para empezar a tener una buena imagen de nosotros mismos.
Puedes seguir la meditación guiada de Vilma Montoliu para mejorar la autoestima en este vídeo.
¿Puede la meditación ayudar a personas con la autoestima baja?
Es muy importante hablarnos a nosotros mismos y pensarnos bonito. Es muy diferente la energía y la sensación que creo en mi cuerpo si me digo “soy tonta” que si me digo “¡venga, descansa cinco minutos y vuelve a intentarlo!”. Para ello tienes herramientas prácticas y útiles como, por ejemplo, la escritura terapéutica, el tapping, las afirmaciones positivas y, por supuesto, la meditación.
¿Crees que es imposible cambiar esos pensamientos y esos hábitos? Pues creo que no tienes razón. Permíteme que te explique el concepto de la neuroplasticidad. La neuroplasticidad es la capacidad que tiene nuestro cerebro para crear nuevas redes neuronales. Eso quiere decir que, si toda tu vida has pensado cosas negativas de ti, puedes entrenar tu cerebro con meditación para crear nuevas redes neuronales de pensamientos positivos y maravillosos.
Cuando hablamos de autoestima, lo hacemos de manera holística. Es decir, nuestra autoestima no debe de centrarse únicamente en cómo nos vemos físicamente. También debemos valorarnos mentalmente, emocionalmente, espiritualmente, laboralmente, etc. La vida tiene muchos aspectos y debemos gustarnos en todos ellos.
No siempre nos va a ir bien en todos los ámbitos de la vida. Por eso nuestra autoestima debe verse influenciada lo mínimo posible por los factores externos. Es normal que, si nos vemos bien físicamente porque estamos yendo al gimnasio, nos queramos un poquito más. Es normal que, si nos echan del trabajo, nuestra autoestima disminuya. Pero debemos procurar que, a base de práctica, los factores externos nos afecten, como hemos dicho, lo mínimo posible.
Imaginémoslo de la siguiente manera: tu autoestima debe ser como una roca sólida en tu interior, un hogar en el que reencontrarte y refugiarte. A base de práctica, conseguiremos hacer esa roca más grande y pesada. Gracias a tu trabajo interior, conseguiremos que el viento (los factores externos) erosione lo mínimo posible esa roca (tu autoestima).
Porque no necesitas verte de una manera concreta ni tener unos estudios ni un trabajo concreto para merecer amor. Por el simple hecho de estar vivo mereces amarte con locura.
Meditación guiada para mejorar la autoestima
Hoy te propongo una meditación para ayudar al cerebro a pensarnos bonito. Las cosas no se van a volver perfectas de golpe. Nunca nada será perfecto, pero sí que podemos trabajar nuestra actitud para construir un pensamiento que nos enriquezca la autoestima. Todo es una cuestión de actitud y la actitud se puede entrenar.
- Puedes hacer esta meditación en cualquier momento del día. Pero te la recomiendo especialmente por la mañana o antes de irte a dormir.
- Haz la meditación sentado en una silla con la espalda erguida, pero sin tensión. Así seguro que no te duermes y seguirás estando cómodo.
- Si te apetece, puede resultarte reconfortante hacer la meditación con auriculares. Oirás el sonido más envolvente y podrás aislarte mejor del exterior.
- Si durante la meditación necesitas moverte, adelante. Si estás incómodo, por favor, recolócate en una postura más cómoda con movimientos suaves.
- Si puedes, descárgate toda la meditación y luego pon tu dispositivo en modo avión.
- Ponte algún aceite esencial en el difusor o algún incienso. Para la autoestima te recomiendo aromas lujosos y que te transporten a un lugar de mucho confort como, por ejemplo, aceites esenciales de rosa, de jazmín o de cedro si prefieres los aromas amaderados.
- Empieza la meditación dibujando una gran sonrisa en tu rostro. Te sientes feliz porque vas a dedicar unos minutos a meditar. Intenta mantener esa sonrisa durante toda la meditación.
- Aprovecha para mimarte y prolonga ese momento que te estás dedicando a ti. Prepárate una comida rica para después de la meditación. Date una ducha relajante. Úntate cremas. Disfruta de un buen libro o de una buena película. Pinta mandalas o escribe un rato. Cualquier cosa que te haga sentir bien será bienvenida. Recuerda que hacer lo que te gusta nunca es una pérdida de tiempo.
- Cuando te asalte un pensamiento negativo, no te desesperes. Entrenar el cerebro es un camino largo y fantástico. No te enfades contigo mismo. Simplemente, regálate una sonrisa y acompáñala de un pensamiento positivo. Por ejemplo, si piensas “¡uf, qué ojeras tengo hoy!”, prueba a sonreír y a decirte “¡hoy me pongo el suéter rojo, que me da energía!”.
- No tengas pereza por ir cambiando poco a poco tus pensamientos y, sobre todo, recuerda que no importa la edad que tengas. Nunca es tarde para meditar.
¡Quiérete mucho y disfruta! ¡Eres un ser maravilloso e irrepetible!