El hipotiroidismo es una condición común en las mujeres que se da cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas. Estas son esenciales para el normal funcionamiento del cuerpo, ya que de ellas depende el metabolismo energético y el equilibrio nervioso, entre otras funciones.

Cómo afecta el hipotiroidismo a tu salud

La deficiencia de hormonas tiroideas puede tener efectos significativos en la salud hormonal femenina, por ejemplo, en la menstruación, causando irregularidades o incluso ausencia del ciclo menstrual. También puede influir en la fertilidad, dificultando la concepción. Si no se trata, durante el embarazo puede tener consecuencias graves tanto para la madre como para el feto.

Se diagnostica hipotiroidismo cuando el nivel de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) es alto y el de la hormona tiroidea T4 es bajo. Si el nivel de TSH es alto pero el de T4 y el de T3 están dentro del rango normal, se diagnostica una afección llamada hipotiroidismo subclínico.

 

 

Para prevenir y tratar el hipotiroidismo, es importante una mirada integral que incluya también cambios en la alimentación y del estilo de vida

Nutrientes para la tiroides: Los 3 imprescindibles

La alimentación juega un papel crucial en la salud tiroidea, ya que puede afectar tanto positiva como negativamente. Algunos nutrientes son esenciales y debemos tenerlos especialmente en cuenta a la hora de regular la tiroides o de cuidarse cuando la tiroides no es suficientemente activa:

Yodo

Para mantener la salud de esta glándula, es necesario que la alimentación sea rica en nutrientes como el yodo, ya que es imprescindible para sintetizar hormonas tiroideas.

  • Las algas y, en general, los alimentos procedentes del mar, son ricos en yodo. Si no estamos tomando suplementación de yodo por prescripción médica, es recomendable incluir en la dieta algas, tan versátiles en la cocina que casi pueden añadirse en pequeñas cantidades (3 a 5 g) a cualquier plato: sopas, cremas de verduras, arroces o legumbres.
  • La sal yodada representa otra fuente accesible de yodo. Es importante añadir esta sal al final de la cocción y no antes para preservar su contenido de yodo. Sin embargo, es muy importante que exista un equilibrio en la ingesta de yodo, ya que tanto la deficiencia como el exceso pueden afectar negativamente a la salud tiroidea.

Tirosina 

Los aminoácidos son componentes fundamentales para la salud de la tiroides, pues desempeñan un rol crucial en la síntesis y funcionamiento de las hormonas tiroideas. Uno de los aminoácidos más importantes en este aspecto es la tirosina, que es un precursor clave para la producción de las hormonas tiroideas T3 y T4, responsables de la regulación del metabolismo, la temperatura corporal y la regularidad del ciclo femenino.

Los estudios indican que la tirosina contribuye a un mejor estado de ánimo y a un buen funcionamiento cerebral, porque facilita la comunicación entre células nerviosas. Por otra parte, participa en la producción de melanina, el pigmento que protege la piel del sol.

  • El aguacate, el plátano, los lácteos, las legumbres, las nueces, los cacahuetes y las semillas de calabaza o sésamo son alimentos ricos en tirosina.

Vitamina D

La vitamina D no solo mejora la absorción de calcio y fósforo (esencial para huesos, dientes y músculos), también está relacionada con la salud tiroidea.

Juega un papel crucial en la salud de la tiroides a través de su influencia en la modulación del sistema inmunitario. La vitamina D ayuda a fortalecer el sistema inmunitario innato, reduciendo la actividad del sistema inmunitario adaptativo. Esta modulación puede disminuir el ataque autoinmune a la tiroides característico de la tiroiditis de Hashimoto, ayudando a mantener un equilibrio saludable en las funciones tiroideas.

Por lo tanto, mantener niveles adecuados de vitamina D es esencial para la prevención y manejo de estas enfermedades autoinmunes.

En invierno se recomienda una suplementación de vitamina D cuidadosa, ya que el sol, la principal fuente natural de vitamina D, no tiene la misma intensidad todo el año. Las personas con piel oscura o que no pasan suficiente tiempo al aire libre corren riesgo de deficiencia de vitamina D y deberían considerar tomar suplementos durante todo el año, para mantener una función tiroidea equilibrada y prevenir complicaciones. La supervisión médica es fundamental para ajustar la dosis adecuada y monitorizar los niveles de vitamina D, especialmente en casos de hipotiroidismo o antecedentes familiares.

Otros nutrientes y alimentos buenos para la tiroides

Los tres anteriores son nutrientes clave en la salud tiroidea, pero hay otros minerales y vitaminas que también contribuyen a su buen funcionamiento. 

  • La vitamina A es un nutriente esencial para una buena salud tiroidea. Puede encontrarse en alimentos de color anaranjado como zanahoria, calabaza, boniato, pimiento, melocotón, papaya o mango.
  • Selenio: presente en las nueces de Brasil.
  • Zinc: la encuentras en las semillas de calabaza.
  • Vitamina C: la contienen todas las frutas, en especial las bayas, cítricos y pimiento rojo crudo.
  • Vitaminas del grupo B: en cereales integrales, legumbres y frutos secos.
  • Omega 3: en las semillas de lino, chía y nueces.

¿Es bueno comer coles en caso de hipotiroidismo?

Si buscas en Google, seguro que encuentras que las verduras crucíferas (brócoli, coliflor, kale, coles de Bruselas) pueden causar problemas de tiroides, pero esto es una verdad solo a medias.

Si bien es cierto que estas verduras contienen compuestos llamados glucosinolatos que pueden interferir con la absorción del yodo y la producción de hormonas tiroideas. Por eso se suelen colocar en las listas de alimentos bociógenos, que favorecen la aparición del bocio, la inflamación de la tiroides, que es visible como un bulto en el cuello.

Sin embargo, solo son un problema cuando se consumen en grandes cantidades. Si comes las raciones normales, es bastante poco probable que dañen tu tiroides.

Un estudio publicado en Nutrition Reviews en 2016 encontró que la cantidad y el tipo de verdura crucífera importan. Es muy poco probable que el consumo de porciones típicas de brócoli o repollo afecten a la función tiroidea. Sin embargo, el consumo excesivo (por ejemplo, más de un kilogramo al día durante varios meses) de kale cruda o de coles de Bruselas puede llegar a disminuir la absorción de yodo. 

Lo que sí es importante reducir o eliminar de la dieta es el consumo de ultraprocesados y azúcares añadidos. El autocuidado es fundamental: mantén una buena hidratación, practica ejercicio regularmente y gestiona el estrés con técnicas de relajación o meditación. No olvides los chequeos.