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Albahaca exótica, eficaz antiinflamatorio

La albahaca exótica (Ocimum basilicum, quimiotipo estragol) es una planta aromática de hojas brillantes originaria de Asia. Su aceite esencial es un potente antiespasmódico, antiinflamatorio, antiálgico y digestivo, indicado en caso de contracturas, tensiones musculares, reúma, dolor articular y dismenorrea.

Se recomienda para facilitar la digestión, calmar la acidez estomacal y las flatulencias. Es útil ante la falta de concentración, los pensamientos negativos y el estrés.

Su aceite no ha de utilizarse puro sobre la piel. En caso de dolor muscular y articular se aplica únicamente por vía tópica.

Los menores de 6 años, las mujeres embarazadas y los lactantes no lo deben consumir por vía oral.

  • Dolor muscular, contracturas, dismenorrea: 2 gotas de albahaca exótica, 2 gotas de lavanda, 4 gotas de aceite vegetal de avellana. Aplicar en la zona afectada (en el bajo vientre, en caso de dismenorrea), de 3 a 5 veces por día.
  • Falta de concentración: oler directamente o añadir 15 gotas a un difusor.
  • Acidez, flatulencia, digestión pesada (adultos): tomar 2 gotas de albahaca exótica con una cucharita de miel o de aceite de oliva, de 1 a 3 veces por día, hasta notar una mejoría.

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Mandarina, relaja y eleva el ánimo

El mandarino (Citrus reticulata) es un árbol de flores y frutos fragantes. La esencia extraída de la piel de la mandarina constituye el mejor aliado de las personas nerviosas, hiperactivas o que padecen insomnio en épocas de estrés. Levanta el ánimo y crea ambientes distendidos si se usa en difusión atmosférica. Es apreciada por su ligero efecto laxante.

Su aceite esencial es antiséptico, carminativo y relajante y se usa también para baños y masajes.

Es importante evitar aplicarla sobre la piel, antes de exponerse al sol, ya que puede provocar quemaduras o la aparición de manchas.

  • Estrés, nerviosismo, irritación: en un roll-on de 10 ml mezclar 20 gotas de mandarina con 20 gotas de lavanda. Aplicar en las muñecas y el plexo solar hasta 5 veces por día. También se pueden añadir en un difusor 10 gotas de mandarina y 5 gotas de lavanda. Difundir 30 minutos, 3 veces por día.
  • Aceite de masaje que facilita el sueño: 2 gotas de mandarina, 1 gota de lavanda, una cucharada sopera de aceite vegetal. Darse un masaje después de la ducha o media hora antes de ir a dormir, con especial atención a la planta de los pies y la zona del plexo solar. Aquí encontrarás otros aceites esenciales que te ayudan a conciliar el sueño.
  • Estreñimiento crónico: tomar 2 gotas de mandarina biológica con miel, al mediodía y media hora antes de dormir, durante 3 semanas. Descansar 1 semana y repetir el tratamiento.

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Árbol del té, un gran antiséptico

El árbol del té (Melaleuca alternifolia) es un pequeño arbusto nativo de Australia de flores blancas espigadas, característico de terrenos húmedos. Su aceite esencial es antiséptico y uno de los más potentes para combatir infecciones de origen vírico, bacteriano, fúngico o parasitario.

Está recomendado para las infecciones respiratorias, gripe, micosis y herpes. También se usa para eliminar piojos, tratar el acné o en la higiene bucal. Los problemas respiratorios o las cistitis se tratan preferiblemente por vía oral, y las micosis e infecciones con parásitos, por vía tópica.

No se debe usar por vía oral en menores de 6 años, ni durante el embarazo y la lactancia.

  • Infecciones respiratorias, resfriados, gripes, anginas, cistitis: tomar 2 gotas de árbol del té con una cucharita de miel o de aceite vegetal de oliva cuatro veces al día. En infecciones respiratorias virales conviene asociarlo si hiciera falta con el aceite esencial de ravintsara, que se describe más adelante.
  • Micosis cutánea: 1 ml de árbol del té, 1 ml de geranio de Egipto, 1 ml de lemongrass, 7 ml de aceite vegetal de avellana. Aplicar unas gotas de la mezcla en la zona afectada.

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Geranio de Egipto, protector de la piel

El geranio de Egipto (Pelargonium graveolens) tiene bellas flores rosadas lanceoladas. La delicada fragancia de su aceite esencial es apreciada en perfumería y para el cuidado de la piel, ya que evita la aparición de arrugas y estrías.

Es antiinflamatorio, antiálgico y un buen antifúngico. Se trata de uno de los pocos aceites con propiedades hemostáticas y se puede aplicar por vía tópica, con vaporizador o diluido en agua en baños relajantes.

  • Hemorragia nasal: mojar un algodón con 1 gota de geranio de Egipto y 2 gotas de aceite vegetal. Taponar la nariz.
  • Psoriasis: 1 gota de geranio de Egipto, 1 gota de lavanda, 1 cucharada de arcilla blanca (usar una de madera), 1 cucharada pequeña de aceite vegetal de comino negro (Nigella sativa). Aplicar en la zona afectada dos veces al día hasta notar mejoría.

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Ravintsara, aliado del sistema inmunitario

El aceite esencial de ravintsara (Cinnamomum camphora, quimiotipo 1,8 cineol) es el mejor aliado para el invierno, pues protege de infecciones víricas (resfriados y gripes) y estimula nuestro sistema inmunitario. Es también muy apreciado para tratar el herpes.

Sus propiedades neurotónicas hacen de él un valioso compañero para las personas estresadas. Antivírico, expectorante, antiséptico y anticatarral, ayuda a combatir el cansancio físico o nervioso.

Se usa generalmente por vía tópica, pero en infecciones víricas se puede tomar por vía oral.

  • Gripe (adultos): aplicar 8 gotas en el pecho y 8 gotas en la espalda hasta 8 veces por día. Tomar por vía oral 2 gotas de ravintsara y una gota de árbol del té, 4 veces por día de 2 a 3 días.

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Lavanda, antiestrés y cicatrizante

La lavanda (Lavandula angustifolia) regala su perfume allí donde crece con sus inflorescencias azuladas. De gran poder terapeútico, su aceite esencial es antiinflamatorio, antiespasmódico, antiálgico, cicatrizante, regenerante celular, antiinfeccioso, calmante, ansiolítico, sedante e hipotensivo.

Se usa especialmente ante las contracturas musculares, el nerviosismo, el insomnio o la depresión y es uno de los aceites esenciales más interesantes para usar por vía cutánea, como en dermatitis o quemaduras.

Se puede aplicar puro en la piel sobre zonas localizadas, por ejemplo en caso de picaduras de insectos o heridas. Es ideal también para usar en difusor, con el que se favorecen los estados de calma y relajación.

  • Eccemas: 2 ml de lavanda, 18 ml de aceite vegetal de caléndula. Aplicar unas gotas sobre la zona afectada 3 veces por día hasta notar mejoría.
  • Ansiedad, nerviosismo, estrés: en un difusor añadir 5 gotas de lavanda, 5 gotas de albahaca exótica y 5 gotas de lemongrass. También se puede tomar un baño relajante con 10 gotas de lavanda y 10 gotas de albahaca exótica, previamente diluidas con aceite vegetal.
  • Roll-on antiestrés (10 ml): 7 gotas de lavanda, 5 gotas de albahaca exótica, 3 gotas de lemongrass, completar con aceite vegetal de jojoba. Aplicar en las muñecas y el plexo solar 4 a 5 veces por día.

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Lemongrass, un calmante natural

El lemongrass (Cymbopogon citratus) es una planta con aroma a limón muy usada en la cocina del sudeste asiático. Los últimos estudios de sus propiedades terapéuticas demuestran un gran número de aplicaciones: es antiinflamatorio, antiálgico, antifúngico, antiviral, repelente de insectos, calmante y también ansiolítico.

Su aceite se utiliza en casos de reúma, artrosis, esguinces, lumbalgias y neuralgias, y como relajante del sistema nervioso central. En algunos casos es eficaz para tratar anginas bacterianas. Para tratar dolencias relacionadas con el dolor el lemongrass se usa por vía tópica, pero nunca puro, ya que irrita la piel y las mucosas.

  • Micosis en las uñas: 2 ml de lemongrass y 2 ml de árbol del té. Aplicar 2 gotas en las uñas afectadas 2 veces por día durante un mes como mínimo.
  • Dolor articular, reúma, tendinitis, epicondilitis: 1 ml de lemongrass, 1 ml de albahaca exótica, 1 ml de lavanda, 7 ml de aceite vegetal de avellana. Aplicar en la zona afectada por el dolor de 3 a 5 veces por día.
  • Ansiedad, estrés, irritabilidad: en un difusor añadir 7 gotas de lemongrass y 7 gotas de albahaca exótica.

Aceites esenciales, el tesoro de las plantas aromáticas

La historia que une la humanidad a las plantas aromáticas es sin lugar a dudas una larga historia de amor. De todas las plantas con las que hemos cohabitado a lo largo de los siglos son las únicas que se intercomunican tan directamente con nosotros a través de su aroma.

Desde siempre el hombre ha percibido de forma intuitiva el extraordinario poder de las plantas aromáticas y lo ha aprovechado, en mayor o menor proporción, por sus innegables virtudes para proteger y cuidar su salud.

Parece que fue el gran médico persa Avicena (980-1037) el que nos regaló el primer aceite esencial puro, el de Rosa centifolia, gracias al perfeccionamiento de sus alambiques. En estas esencias se esconde la quintaesencia de lo que nos obsequia la naturaleza.

Los aceites esenciales se presentan bajo forma líquida y a pesar de llamarse "aceites" no contienen ácidos grasos. Generalmente concentran un importante número de moléculas (a veces centenares) y ofrecen numerosas propiedades terapéuticas.

Son especialmente útiles para tratar parte de los problemas infecciosos comunes (resfriados, gripes, infecciones fúngicas...) y cuidan inteligentemente de nuestro sistema inmunitario.

También dan excelentes resultados en diferentes tipos de dolor, en especial los de origen muscular y articular, y son muy efectivos para el cuidado del sistema nervioso. Asimismo, son buenos amigos del sistema digestivo y de la piel.

Aceites esenciales puros y naturales

Los aceites esenciales tienen distintos usos y aplicaciones. No todos son iguales y existen diversos controles de calidad, en función de su uso final.

Para disfrutar de todas sus propiedades terapéuticas se deben usar exclusivamente aceites esenciales quimiotipados, 100% puros y naturales. También es aconsejable que sean de certificación biológica, ya que así se garantiza que durante su proceso de fabricación no se ha usado ningún aditivo químico.

Los mejores ambientadores

Los difusores permiten aprovechar todas las virtudes de los aceites esenciales.

Difundir esencias en casa es una alternativa natural a los ambientadores convencionales, y permite crear fragancias personalizadas y adaptadas a cada necesidad.

En invierno, cuando el frío o la lluvia impiden salir a disfrutar de un paseo, o cuando la falta de sol afecta al ánimo, se pueden usar a la vez en difusores los siguientes aceites esenciales: abeto negro, cedro del Atlas y palo de rosa.

En verano o cuando el ánimo está por los suelos o hay mal humor, puede disfrutarse del alegre aroma de los cítricos difundiendo alguna de estas esencias o mezclándolas entre sí: bergamota, limón, mandarina, naranja dulce o pomelo.

Para el estudio, la memoria o el estímulo de las facultades mentales se combinan los siguientes aceites esenciales en el difusor: palo de rosa, romero quimiotipo cineol, limón y albahaca exótica.