Los esteroles vegetales o fitoesteroles son algo así como el colesterol de las plantas, pues presentan una estructura similar a la del colesterol humano y animal.

Incluyen dos familias de compuestos: los fitoesteroles como tales y los fitoestanoles, que son sus derivados saturados. El sitosterol, el campesterol y el estigmasterol constituyen, en su conjunto, el 95-98% de los 25 fitoesteroles identificables en extractos vegetales.

¿Para qué sirven los fitoesteroles?

Lo interesante es que la ingesta de estas sustancias ayuda a mantener controlado e incluso a reducir el nivel de colesterol "malo".

Su capacidad para reducir los niveles de colesterol se conocía desde los años cincuenta, pero en la década de los noventa se observó que a partir de cantidades algo inferiores a un gramo diario reducían los niveles de colesterol.

Hoy se sabe que los fitoesteroles producen una disminución del colesterol total plasmático y del colesterol LDL, o colesterol "malo", sin modificar los niveles del colesterol HDL, o colesterol "bueno".

¿Cómo actúan los fitoesteroles en nuestro organismo?

Para que el colesterol sea absorbido a nivel intestinal debe unirse antes a ácidos y sales biliares.

Al ser la estructura química de los fitoesteroles parecida a la del colesterol, ambos compuestos compiten a la hora de unirse a los ácidos biliares. Así que, si los que se unen a los ácidos biliares son los fitoesteroles, el colesterol no es absorbido.

¿Permiten regular la absorción del colesterol?

Sí, pero dada la complejidad del proceso de absorción intestinal del colesterol, es difícil cuantificar hasta qué punto. Se estima que la media de absorción de colesterol es del 45% del total ingerido.

Consumiendo fitoesteroles en cantidades elevadas, se ha señalado que este porcentaje puede bajar hasta aproximadamente el 25%.

¿Y pueden también los fitoesteroles reducir los niveles de colesterol?

Estudios recientes han demostrado que la ingesta de 0,8 a 2 gramos al día de fitoestanoles y 1,3 gramos diarios de fitoesteroles reduce el colesterol plasmático alrededor de un 10%, siempre que se consuman diariamente, durante un tiempo prolongado y formando parte de una dieta equilibrada.

¿Influyen en otros aspectos de la salud?

Si bien el efecto reductor de los niveles de colesterol es el mejor conocido y demostrado científicamente, los fitoesteroles también parecen ser útiles en la prevención de la hiperplasia benigna de próstata.

Algunos estudios también les atribuyen propiedades en la prevención de las inflamaciones, los tumores y las infecciones.

¿Cuál es la cantidad diaria recomendada de fitoesteroles?

Los estudios indican que a partir de los 0,8 gramos al día comienzan a reducirse los niveles de colesterol. Se ha observado que este efecto aumenta ingiriendo hasta unos 3 gramos al día.

Pero no conviene intentar obtener de los alimentos cantidades superiores porque dejan de producir efecto positivo sobre los niveles de colesterol.

¿Cuál es la mejor forma de tomarlos?

La opción menos aconsejable es elegir alimentos enriquecidos que sean superfluos en una alimentación saludable, como bollería o margarina.

Interesa potenciar una alimentación esencialmente vegetal y consultar con un profesional la conveniencia de consumir alimentos básicos enriquecidos.

¿Cuáles son las mejores fuentes de fitoesteroles?

Están presentes de forma natural en:

  • aceites vegetales, en especial el de oliva virgen
  • frutos secos como cacahuetes, anacardos y almendras
  • semillas de sésamo
  • legumbres
  • cereales integrales, particularmente en el salvado del arroz.

Salud y aceite de oliva: ¿son sus fitoesteroles?

Trabajos recientes atribuyen los efectos benéficos sobre la salud cardiovascular derivados del consumo de aceite de oliva "virgen" o "extra virgen" a sus fitoesteroles.

Se están realizando estudios para demostrar los efectos diferentes del "virgen" o "extra virgen" (con fitoesteroles) y del refinado (sin fitoesteroles).

¿Es necesario tomar productos con fitoesteroles añadidos?

Se estima que el consumo promedio de estas sustancias es de unos 20 a 50 mg de estanoles y de 150 a 400 mg de esteroles al día, cantidades muy alejadas de los 2 gramos recomendados por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos.

Por ello, en los últimos años han aparecido productos con fitoesteroles añadidos que se presentan como eficaces para reducir el colesterol.

La Comisión Europea ha autorizado su empleo en margarinas amarillas, aliños para ensaladas, leche, leches fermentadas, yogures y queso, bebidas de soja y salsas picantes, siempre que las raciones no superen los 3 gramos (si se consume una porción al día) o 1 gramo (si se consumen tres porciones al día).

Sin embargo, algunos expertos advierten que quedan muchas preguntas sin responder sobre el efecto de los fitoesteroles añadidos a los alimentos y aconsejan que mientras no se completan estos conocimientos se obtengan de alimentos naturales.

Contraindicaciones y precauciones: ¿qué debería indicar el etiquetado de los productos para reducir el colesterol?

La etiqueta ha de advertir que el producto debe formar parte de una dieta equilibrada, que está destinado a personas que deseen reducir el colesterol, que las personas en tratamiento farmacológico deben consumirlo bajo supervisión médica, y que puede no ser apropiado para mujeres embarazadas, madres lactantes y niños.

¿Su consumo tiene efectos secundarios?

Pueden reducir la absorción de vitaminas y antioxidantes liposolubles, como betacaroteno, licopeno y vitamina E.

Al dejar de tomar alimentos con fitoesteroles añadidos, los niveles de colesterol suelen volver a subir. Conviene pues ser moderados en su consumo.

¿Se puede seguir una dieta más laxa y compensarla con fitoesteroles añadidos?

Este no es un planteamiento adecuado de la cuestión, pues constituye un error creer que con los nuevos alimentos funcionales, que aparecen sin cesar en el mercado, es válido despreocuparse de lo que se come.

La alimentación debe continuar proporcionando todos los nutrientes en las proporciones y cantidades necesarias.