La postura de agradecer la vida cambia la perspectiva de cada una de nuestras relaciones, las hace mejores, y a la vez nos coloca en el punto de vista del optimismo. Agradecer es una virtud que nos fortalece y nos mejora en todos los aspectos. Por ello es tan importante cultivarla.

Los beneficios de dar las gracias, de desarrollar una actitud de agradecimiento ante la vida, son muchos, sobre todo para las relaciones y para el propio bienestar emocional. Pero la ciencia demuestra que sus beneficios van aún más allá: agradecer también puede influir en la salud.

Ser agradecido, una virtud que nos fortalece y nos mejora

Quien agradece ha recibido y saber apreciarlo es importante. Tiene, además, un efecto maravilloso: hace que la excelencia del otro pase a ser parte de nosotros.

Expresarla, con un gracias, obrigado, merci, thank you, arigato... según la lengua, permite compartir este sentimiento, como una forma energética del pensamiento que aporta felicidad, admiración y salud.

Sin embargo, si es importante agradecer, también lo es el dejarse agradecer. El agradecimiento es efectivo cuando se recibe: del mismo modo que las ofensas no son efectivas si el ofendido no las recibe o no se da por aludido, tampoco lo son las gracias si no llegan a la persona a la que uno está agradecido.

Además, dejarse agradecer permite que se cree un intercambio mutuo que hace las relaciones más saludables: "Gracias a ti", "No es nada"… o "No hay de qué", "Estamos empate en agradecimiento", "No me cuesta nada", "Para eso estamos", "A mandar", "Estoy a tu disposición", "Me alegra poder ayudarte"... 

Todas ellas son expresiones de agradecimiento y apreciación que unen, nos abren a la dimensión espiritual de la vida y ayudan a captar la belleza del momento.

Beneficios de dar las gracias y sentirse agradecido

Según una revisión sistemática que analizó las conclusiones de hasta 19 estudios científicos, adoptar prácticas como llevar un diario de gratitud, hacer listas de aquello por lo que te sientes agradecido o  expresarlo a alguien en voz alta la gratitud puede aportar beneficios tanto para la salud mental como para la física.

Los beneficios para la salud mental son los que cuentan con más evidencia científica: cultivar una actitud agradecida y expresar agradecimiento se ha podido relacionar sistemáticamente, según los investigadores, con una mejora en el bienestar psicológico.

Esta mejora se refleja concretamente en una mayor satisfacción vital, mejor estado de ánimo y niveles de felicidad, además de con una ligera reducción en los niveles de depresión y ansiedad.

La  investigación sobre los efectos de la gratitud en la salud física es más reciente y, aunque ha dado resultados contradictorios, los estudios observacionales ofrecen sistemáticamente evidencia de que la gratitud mejora algunos marcadores de salud.

Además, se han visto mejoras en la calidad del sueño, niveles de cansancio y biomarcadores de inflamación en pacientes cardiacos, con una mayor adhesión a los tratamientos médicos, a las pautas de ejercicio físico y alimentación y a las recomendaciones para reducir los niveles de estrés. 

La gratitud se puede entrenar

Para que sea eficaz el agradecimiento es necesario entrenar, practicarlo en el día a día. Sentir y expresar gratitud por lo bueno que tenemos ayuda a desterrar los pensamientos negativos, a salir de las espirales de tristeza y resentimiento que se forman con ellos, a doblegar el orgullo y a expulsar los miedos. La gratitud convierte lo que tenemos en suficiente y valioso.

La escritura resulta una herramienta poderosa para expresar agradecimiento, y tiene doble beneficio: aporta al que escribe y al que recibe el escrito. Por ejemplo, puedes escribir una carta de gratitud a alguien en especial.

Lleva un diario de gratitud en el que cada día puedes anotar de tres a cinco cosas, elementos, situaciones o condiciones por las que te sientes agradecido, a modo de lista de «bendiciones», de lo bello que te trae la vida, y que realmente te nutre y da salud.