Las encías, el tejido que rodea los dientes, son fundamentales para una boca sana. Proporcionan protección y soporte a los dientes, ayudan a que se mantengan alineados y absorben los golpes cuando mordemos o masticamos algo.

Sin embargo, pueden ir retrocediendo hasta el hueso debido a diversas causas y ello puede poner en peligro la salud y estabilidad de los dientes. Detectar a tiempo el problema e identificar la causa es clave para ponerle freno.

¿Por qué se retraen las encías?

Lo que se conoce como recesión de las encías ocurre cuando este tejido rosado se retira y el diente (o su raíz) va quedando expuesto. La causa más habitual es la periodontitis o enfermedad periodontal, una infección bacteriana que puede ir destruyendo las encías y el hueso en el que se apoyan los dientes.

Entre los factores de riesgo de la enfermedad periodontal están una mala higiene bucodental, el tabaquismo, una mala alimentación, los cambios hormonales (en la pubertad, el embarazo o la menopausia) o factores genéticos, entre otros.

Otros motivos que pueden provocar la recesión de las encías son:

  • Cepillarse los dientes de forma demasiado agresiva o con un cepillo de dientes de cerdas duras.
  • Apretar o rechinar los dientes (bruxismo) hace que haya una presión excesiva sobre las encías y puede favorecer su retracción.
  • Tener los dientes torcidos o una mordida desalineada también puede hacer que haya una mayor presión en las encías y, en consecuencia, una retracción.
  • Llevar un anillo o piercing en el labio, que roce las encías, puede desgastar el tejido, además de irritarlo.

 

Unas encías sanas, además de no estar retraídas, son de color rosado, tienen una textura firme y no sangran al cepillarnos los dientes. Detectar y tratar de forma temprana cualquier alteración es clave para prevenir mayores complicaciones e incluso la pérdida de dientes.

Cómo regenerar las encías naturalmente

Para mantener las encías sanas es fundamental seguir unos buenos hábitos de higiene bucal como cepillarse los dientes como mínimo dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves, usar el hilo dental cada día y visitar al dentista para las revisiones y limpiezas periódicas.

Además, hay algunas soluciones naturales que puedes poner en práctica para evitar que la retracción de las encías vaya a más:  

  • Los enjuagues con aceite (oil pulling), que consisten en hacer gárgaras con aceite de coco o sésamo, ayudan a eliminar la placa y reducir la inflamación de las encías.
  • El aceite esencial de eucalipto tiene propiedades antibacterianas y se usa para cuidar las encías y tratar la piorrea y la gingivitis. Puedes aplicar un masaje suave de las encías con un par de gotas para reforzar las encías y evitar que sangren (sin tragarlo).
  • El gel de aloe vera tiene propiedades regenerantes y antiinflamatorias. Puedes aplicarlo después del último cepillado de dientes y dejarlo actuar durante la noche.
  • El especialista en fitoterapia Jordi Cebrián recomienda realizar enjuagues dos veces al día con una infusión con menta, salvia, tomillo, bistorta, lentisco y agrimonia, a partes iguales (hay que dejarla enfriar).

Por otro lado, es importante cuidar la alimentación y consumir una buena cantidad de ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias. Los puedes encontrar (además de en el pescado azul), en fuentes vegetales, como las semillas de lino, las nueces, las avellanas, los pistachos o los granos de chía.

¿Qué hacer si tienes las encías retraídas?

Si ya tienes recesión de las encías, además de abordar la causa del problema (por ejemplo, dejar de fumar o tratar el bruxismo), el tratamiento para revertir la recesión dependerá de la gravedad.

  • En caso de que la retracción de las encías sea leve, se suele tratar con una limpieza dental profunda en la clínica dental para eliminar la acumulación de placa y sarro y evitar que la recesión vaya a más.
  • Si la recesión está más avanzada pueden ser necesarios tratamientos quirúrgicos, como los injertos o estiramientos de tejido. Actualmente, además, hay terapias más modernas de regeneración de las encías que consisten en aplicar materiales regenerativos en la zona para restaurar el tejido y el hueso perdidos.