En cuestión de unos años, el yoga ha dejado de ser esa disciplina que practican unos pocos y que consiste en un conjunto de posturas que van desde las más sencillas a simple vista a las que nos parecen puras acrobacias, para convertirse en una alternativa a la que muchas personas recurren a la hora de buscar bienestar físico y mental.

Sin embargo, Ana Sesma, que lleva desde 2004 inmersa en el mundo del yoga, primero practicando y después compartiendo sus conocimientos, ha querido dar a conocer el yoga-nidra, que lo único que requiere es dejarse llevar hasta conseguir una relajación profunda desde donde poder conectar con tu verdadera esencia. En su libro, Yoga-Nidra. Una guía para la relajación profunda, detalla los orígenes de esta práctica, así como las claves de una sesión y todos sus beneficios.

La práctica de yoga, en casi todas sus variantes, cada vez está más generalizada. Sin embargo, el yoga-nidra aún es un gran desconocido.

–¿Por qué crees que aún no se ha popularizado?
–Ciertamente, es ahora que comienza a oírse hablar de esta técnica.
Hay un gran error de base en la comprensión de lo que significa Yoga. Pienso que ha primado la práctica del yoga físico o, más bien, que se ha expandido como ejercicio gimnástico obviando la profundidad del trabajo yóguico.

Yoga-nidra no es únicamente relajación, sino que nos pone en contacto con la profundidad del yoga clásico cuya meta es el conocimiento del Ser, la contemplación. Un Yoga en el que, inicialmente, no existía el trabajo de los asana, las posturas físicas.

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–¿Qué es el yoga nidra?
–Yoga-nidra es una práctica que se realiza acostado en total inmovilidad. Es una técnica en la que se produce el recogimiento de los sentidos (pratyahara) con el fin de ir acallando la mente; en definitiva, es una práctica originalmente meditativa.

–¿Cuáles son los beneficios del yoga nidra?
–Somos seres multidimensionales, es algo que vamos reconociendo a lo largo de una sesión de yoga-nidra. Así que los beneficios son también multidimensionales. Los hay en cada una de las envolturas que vamos reconociendo y serenando: a nivel físico hay enormes beneficios que repercuten positivamente en la salud, también a nivel respiratorio, energético, emocional, mental, intelectual, espiritual. Si tuviese que destacar un beneficio, sería el autoconocimiento sereno. Allí donde el yoga pretende llegar: “¿Quién soy yo?”.

–¿Tiene alguna desventaja?
–Desventaja como tal, ¡ninguna! Todo son ventajas, si uno está dispuesto a verse con honestidad. Sí que diría que hay algunas contraindicaciones: en caso de dolencias psíquicas severas, uso de estupefacientes y en caso de epilepsia.

–¿Es preciso haber practicado algún tipo de yoga previamente?
–No. Mi primer contacto con esta práctica fue alrededor de 2008. Comencé a guiarla en 2013. En estos años he facilitado sesiones de yoga-nidra a personas que no habían tenido ningún contacto previo con el Yoga.

–¿En qué consiste el yoga nidra?
–Quien participa en una sesión, se tumba abrigado, buscando la mayor comodidad y tratando de mantenerse despierto. Se guía una relajación física inicial para ayudar a soltar las tensiones más superficiales.

Posteriormente, se hace un viaje con la atención sintiendo diferentes lugares del cuerpo -se van aflojando y sintiéndose vistos, y así vamos atrapando a la mente sin forzarla-.

A continuación, se atiende el vaivén de la respiración y el participante cuenta sus inspiraciones y exhalaciones en sentido contrario, la respiración se va haciendo cada vez más sutil y la mente queda silenciada.

Entonces se entra en la dimensión de las sensaciones y las emociones: se puede jugar con pares de sensaciones y emociones opuestas (peso/ligereza, frío/calor, rabia/serenidad...) y descubrimos cómo reacciona el cuerpo a cada una. Y también traspasamos esta envoltura. Entonces descubrimos que hay una “pantalla mental” en la que pueden invitarse a aparecer imágenes. Entramos en el territorio inmenso de la visualización -imágenes+sensaciones-.

Usando imágenes, nos comunicamos con los niveles no conscientes de la mente. Hemos abierto una ventana hacia los niveles no conscientes; de ellos pueden emerger “mensajes” y también tenemos la oportunidad de sembrar propósitos en positivo para nuestro propio desarrollo personal: antídotos de las creencias limitantes. Y, más allá de todo esto, se descubre el silencio interno, el centro del huracán en el que todo está en calma.

Todo esto se realiza desde la mirada consciente y silenciosa del testigo interno, convirtiéndonos en espectadores de todo lo que acontece sin intención de modificar nada. Con curiosidad amable y la consciencia desplegada.

–Si el yoga-nidra es dormir consciente, ¿se llega a soñar?
–Sí, por supuesto. Con la diferencia de que uno es consciente del material onírico que emerge.

–¿Es fácil llegar a este estado?
–Diría que no es difícil. Depende del afán de control con el que uno entre y de la habilidad del facilitador para guiar la sesión.

–¿Qué se suele sentir después de una sesión?
–Después de una sesión se siente paz, serenidad, descanso profundo, regeneración, un gran bienestar, alegría serena, silencio interno.

–¿Los efectos son inmediatos o pueden aparecer después?
–Los efectos son inmediatos. A lo largo de la sesión, se va inhibiendo el sistema nervioso simpático -el encargado de la acción- y la entrada en el estado de relajación es inmediata.

En el mejor de los casos, se llega a estados meditativos. Los efectos pueden durar incluso días, según me han comentado algunos participantes.

–¿Se debe hacer siempre en compañía y guiada por un especialista?
–Preferiblemente, yo recomendaría comenzar con la guía de alguien experto, igual que con cualquier técnica de meditación.

Yoga-nidra es mucho más que relajación. Sin embargo, puede practicarse con alguna grabación, siempre respetando los casos contraindicados. En este caso, puede ser recomendable tener a quien consultar o con quien compartir cuestiones o dudas que surjan. Cuando uno alcanza cierta maestría, se puede practicar solo sin grabaciones, con un autoguiado.

–¿Cuánto tiempo suele durar una sesión?
–Una sesión puede durar entre 25 minutos y, aproximadamente, una hora máximo. No más de esto, ya que la inmovilidad del cuerpo puede generar incomodidad, esto por un lado, y, por otro, sería más fácil caer dormido.

–¿Es preferible realizarlo en algún momento concreto del día?
–Cualquier momento es adecuado, excepto después de comer que haría de yoga-nidra una buena siesta.

–¿Cuántos días a la semana?
–Ojalá practicásemos cada día, igual que dormimos cada día. Yoga-nidra es un modo de regenerarse; ayuda a recuperar la energía utilizada, a gestionar emociones, a conocerse. En una sociedad enferma de estrés, ansiedad y prisas, sería fabuloso poder practicar cada día. Reconectar cada día con la dimensión serena y lúcida de la vida.

–¿Qué se necesita para llevar a cabo una sesión?
–Un lugar tranquilo donde no vaya a haber ninguna interrupción brusca. Esto es especialmente importante; por eso no se recomienda la práctica en el exterior. Ropa cómoda, que no apriete, que permita al cuerpo relajarse, “esponjarse” y respirar. Una esterilla, una manta para cubrirse, otra para colocar debajo de la cabeza, un cojín grande para colocar bajo las piernas y que la zona lumbar esté lo más confortable posible. En definitiva, todos los soportes que nos faciliten el poder abandonar el cuerpo hasta olvidarnos de él.

–¿A quién se le recomienda especialmente su práctica y quién debería evitarla?
–La práctica es recomendable para cualquier persona de cualquier edad, a excepción de los casos contraindicados que comentaba antes.

–¿Es apta para niños?
–Sí, pero adaptándola a la edad de cada grupo. Es decir, tratar de guiar una sesión completa con todas sus fases a niños de cinco años, quizás no es lo más adecuado porque se aburrirán o quedarán dormidos. Sin embargo, puede guiarse la relajación física inicial o la observación de la respiración o la visualización... por separado. En sí mismas, cada una de las fases de yoga-nidra es en sí una técnica que puede utilizarse independientemente de una sesión. Con niños puede ser muy adecuado de este modo para enseñarles desde edades bien tempranas herramientas de autoescucha, de bienestar y de gestión emocional.