Los garbanzos son uno de los ingredientes estrellas en las recetas y menús que encontráis habitualmente en este blog. Y es que las legumbres constituyen una de las fuentes principales de proteínas en las dietas vegetales, pues son proteínas de calidad, fáciles de encontrar y muy asequibles. Sin embargo, es posible que solo nos imaginemos a los garbanzos en guisos o ensaladas, como los empedrados con cebolla y pimiento. Y posibilidades de recetas con garbanzos hay muchísimas más.

De hecho, en los últimos años se han popularizado recetas con garbanzos de diferentes orígenes, uno de ellos el hummus, que nos llega desde la otra punta del Mediterráneo sur.

Ahora bien, aunque el hummus de garbanzos, tan versátil y fácil de versionar (aquí tienes muchas variantes de la receta del hummus), se haya hecho un hueco en nuestras mesas, sigue habiendo muchas otras formas de comer garbanzos. Es posible que algunas las conozcas, ya que todas son bien conocidas en las zonas geográficas donde se popularizaron, pero te las dejamos aquí para que te atrevas con ellas.

1. Brotes de garbanzos

Los garbanzos germinados son una opción muy poco extendida de comer esta legumbre, a pesar de ser conocida y fácil de hacer en casa.

Ya te conté en un post anterior cómo incluir germinados en tu menú semanal, porque son una forma muy saludable, sabrosa y nutritiva de comer semillas y legumbres. Sin embargo, muchas personas solo conocen los brotes de soja o los de alfalfa, y se pierden el resto, poco conocidos por la mayoría de la población.

Los brotes de garbanzos son una buena fuente de proteínas, que con la germinación se vuelven más fáciles de asimilar. Al estar germinados, los garbanzos también resultan mucho más digestivos que en la versión en grano.

Con los brotes no solo puedes hacer ensaladas o embellecer y enriquecer otros platos, también te puedes animar y hacer un delicioso hummus raw.

2. Harina de garbanzo

La harina de garbanzo se ha convertido en un básico de la cocina vegana en Europa, aunque se conoce en otras zonas del mundo desde mucho antes y se utiliza en muchos platos de otras culturas gastronómicas.

Uno de los usos más frecuentes en la cocina vegana es su utilización como sustituto del huevo, añadiendo agua, caldo u otro líquido. Es una de las formas más habituales hoy en día de hacer tortilla vegana.

La harina de garbanzo, por lo tanto, la podemos utilizar para rebozados sin gluten, pero también para compactar hamburguesas o albóndigas. De hecho, muchos sustitutos comerciales del huevo son a base de harina de garbanzo, aunque en este caso a menudo llevan otros ingredientes para restarles sabor.

Un ejemplo de que usar la harina de garbanzo no es algo novedoso incluso en España son las panizas, un aperitivo típico de Cádiz que se hace con harina de garbanzos. Esta se cocina en agua y luego se fríe. Estos panecitos de legumbres gaditanos parecen ser que son algo inventado en época de escasez, en la posguerra.

3. Pasta de garbanzos

Muchas personas desconocen que la pasta de legumbres es una buena opción también para consumir esta legumbre, aunque este procesado, de buena calidad, es inferior en nivel nutricional al garbanzo cocido.

La pasta a base de harina de lentejas es más común, pero la pasta de garbanzos también es una buena opción para introducir legumbres. También es una opción para comer pasta baja gluten o sin gluten, según se indique en el paquete.

Eso sí, hay que tener en cuenta que no se cocina igual que la pasta convencional, y es muy importante tener en cuenta que la textura y el sabor es diferente. Merece la pena acompañarla con un pesto vegano o una salsa que se adhiera bien.

4. Garbanzos crujientes al horno

Los garbanzos tostados al horno, que se pueden hacer también en la "airfryer", son una de las formas más sencillas de hacer garbanzos después del guiso. Los garbanzos han de estar remojados y cocidos, lo que buscamos es que queden crujientes.

Estos garbanzos crujientes son un aperitivo estupendo y les podemos dar diferente sabor, según los condimentos que utilicemos en su horneado.

Es tan fácil como poner los garbanzos cocidos en un bol, añadir las especias seleccionadas, un poco de aceite de oliva y mezclar todo bien. Luego se colocan en una bandeja de horno, con papel o silicona de hornear, y se hornean a 180 ºC durante una media hora.

El picante le queda genial. Te aconsejo probar la opción con:

  • Ajo
  • Chile
  • Cúrcuma
  • Pimienta negra
  • Comino.

5. Crema de garbanzos

Las legumbres en crema son una opción excelente. La más habitual en este formato es la alubia blanca, pero realmente podemos hacerlo con cualquier legumbre.

Las cremas de garbanzo tienen la ventaja de hacer que el garbanzo nos resulte más digestivo, porque la fibra queda triturada, por lo que el estómago tiene que trabajar menos y es posible que nos notemos menos hinchadas.

La crema de garbanzos cocidos se puede hacer con verduras al vapor o rehogadas.

Mi favorita lleva, además de los garbanzos, estos ingredientes:

  • Cebolla
  • Calabacín
  • Ajo asado

6. Tempeh de garbanzos

Aunque sea mucho menos conocido que el tempeh de soja, lo cierto es que el tempeh se puede producir a base de cualquier legumbre. Es una forma más digestiva de consumir estas legumbres y tiene un sabor y una textura diferente del de soja.

Es una muy buena opción para las personas que no pueden consumir soja y que no podrían consumir esta "carne vegetal".

Actualmente, el tempeh de garbanzos es más difícil de conseguir, puesto que hay pocas marcas que lo fabriquen, pero si el tempeh de soja ha llegado ya a muchos supermercados generalistas, esperamos que el de garbanzos lo haga en breve. ¡Y también el de lentejas!

7. Proteína de garbanzo texturizada

Aunque hace tiempo que hay un producto similar, la legumbreta, el texturizado de garbanzo es muy reciente y se viene a sumar a la familia de las proteínas vegetales texturizadas. Una opción fantástica para utilizar como carne picada vegetal en sustitución de la de origen animal, muy sencilla de utilizar y más económica.

Como en el caso del tempeh, la más conocida es la soja texturizada, aunque se han hecho un hueco importante las proteínas texturizadas de guisante y de girasol.

Al ser España un país de legumbres, estas opciones nos abren a un mercado de proteína texturizada local y no dependiente de la soja.

8. En bizochos

No podíamos acabar sin recordar que con los garbanzos también podemos hacer dulces. Su sabor cambia totalmente y no nos enteraremos de que estamos comiendo legumbres.

Seguramente habrás visto recetas de bizcocho hechas con harina de garbanzo. Aquí te propongo hace el bizcocho directamente con los garbanzos cocidos. El dulce estilo bizcocho con garbanzos más conocidos es el "blondie", llamado así porque es como un brownie, pero en rubio. Ya te puedes imaginar la textura con esta descripción.

Receta fácil de blondie

Te dejo una receta muy sencilla que, además, incorpora un poco de crema de cacahuete.

Blondie vegano
Stockfood

Ingredientes:

  • 100 g de harina de avena
  • 200 g garbanzos cocidos
  • 2 cucharadas de crema de cacahuete
  • 100 ml bebida vegetal de soja
  • 1 cucharadita extracto de vainilla
  • 1 limón rallado
  • azúcar o endulzante al gusto
  • gotas de chocolate y un puñado de nueces a cuartos (opcional)

Preparación:

  1. Precalienta el horno a 180ºC.
  2. Mezcla todos los ingredientes, menos el chocolate y los frutos secos, y tritúralos.
  3. Añade el chocolate y las nueces y mezcla con las manos.
  4. Hornea durante unos 30 minutos.

El molde ha de ser estilo bandeja. Este tipo de preparación no sube y es mejor que solo tenga un par de dedos de alto.