Desde mi punto de vista, conocer la historia de los alimentos nos sirve para entender y valorar los que tenemos en nuestro plato. Hace miles de años nuestros ancestros ya tenían garbanzos en sus platos y solo eso ya debería hacernos valorar esta legumbre. Hay garbanzos de diferente tamaño y sabor, hay incluso garbanzos negros, que antaño se usaban con fines medicinales. Yo los germiné y me quedé muy sorprendido.

¿Garbanzos raw? A menudo me preguntan si se pueden comer las legumbres frescas y cómo las preparo, porque al difundir una dieta más fresca y cruda muchas personas, al c omenzar, se hacen esa pregunta. Cuando hablo de "comida viva", siempre empiezo dándole valor a los germinados, pues es la manera más vital de comer semillas, granos y legumbres.

Pero está claro que cuando se comen unos garbanzos crudos la sensación no va a ser la misma que la de comerse unos populares garbanzos cocidos o fritos. Es otro concepto, otra frecuencia vibracional más pura, y no hace falta comer muchos para sentirla.

Cómo comer los garbanzos crudos

El secreto para disfrutar del garbanzo crudo es germinarlo y comerse el brote. Para germinar los garbanzos podemos seguir los siguientes pasos:

  1. Ponemos los garbanzos en remojo en agua durante unas 24 horas.
  2. Los colamos, los lavamos y los dejamos escurrir en un colador, teniendo en cuenta dos precauciones. Por un lado, al colocar los garbanzos en el colador, evita que se amontonen. Por otro lado, deja el colador apoyado sobre un recipiente para recoger el agua que vayan cayendo. En uno o dos días, verás que poco a poco comienzan a germinar.
  3. Al inicio tápalos con un trapo y riega cada día una o dos veces. No tienen que brotar mucho o, de lo contrario, amargarán. Lo ideal es que el brote tenga una longitud como el mismo garbanzo.

Una vez listos los germinados de garbanzos, podemos comerlos tal cual, en nuestras ensaladas o en cualquier otro plato en el que utilizarías otros germinados. Pero cuidado, utiliza tan solo unos poquitos. Su poder nutricional está multiplicado y con una pequeña cantidad es suficiente.

Algo importante: te recomiendo masticarlos bien antes de tragar, o bien triturarlos, como en la receta que compartiré contigo a continuación.

Hummus mágico de garbanzos germinados

Es una receta que me llevo conmigo a todos lados. Estoy seguro de que si la preparas cuando tengas invitados, quedarás muy bien.

Ingredientes:

  • 120 g de garbanzos crudos
  • 80 g pipas de girasol (remojadas previamente en agua durante 3 a 8 horas)
  • 125 ml de zumo de limón y la ralladura de 2 limones
  • 100 ml de tahini
  • 125 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 125 ml de agua
  • 1 cucharada de comino
  • 1 cucharada de curry
  • 1 cucharada de sal
  • 1 diente de ajo

Preparación:

  1. Antes de nada, tienes que haber germinado los garbanzos (tienes las instrucciones para hacerlo más arriba).
  2. Deja también en remojo las pipas de girasol el tiempo suficiente, para activarlas y ablandarlas. Cuela y lava las pipas.
  3. Una vez listos tanto los germinados como las pipas, tritúralos junto con el resto de ingredientes hasta obtener una textura cremosa. Ya tienes tu super “Hummus mágico”.
  4. Acompáñalo con crudités o unos crackers. O inclúyelo en tus bocadillos.

Si te gusta el cilantro, hazte con unas hojas frescas y añade un poco picadito. Le dará un toque de sabor muy agradable y fresco.

Puedes conservar el hummus en un recipiente hermético en el frigorífico durante unos cinco días.

Si tienes deshidratador, a esta misma receta le puedes agregar cebolla antes de triturar, armas bolitas y las llevas a deshidratar. Te quedarán unos falafels espectaculares. En este artículo te cuento todos mis trucos para deshidratar los alimentos.

Te animo a seguir experimentando. ¡Las posibilidades son infinitas!