Si quieres que tu comportamiento sea sostenible, tienes que cuidar sobre todo lo que haces en la cocina. Los errores en ese espacio pueden aumentar el importe de las facturas y producir un impacto ambiental innecesario.

Los grandes errores ambientales en la cocina

1. Desperdiciar comida

Según varias estimaciones, solo la mitad de todos los alimentos que se producen acaba en los estómagos, el resto termina en la basura.

No deberíamos seguir participando en este desperdicio sin precedentes. Todos podemos hacer algo para reducir el desperdicio de alimentos, al menos dentro de las propias cuatro paredes.

  • Para evitar tirar la comida, siempre debes comprar de acuerdo con un plan y solo comprar lo que puedas usar.
  • En lugar de simplemente tirar las cosas que han superado la fecha de consumo preferente (no es lo mismo que la fecha de caducidad), confía en tus sentidos, pues muchos alimentos se pueden consumir durante más tiempo.
  • Incluso una zanahoria mustia, un repollo ligeramente marchito o panecillos duros no deben ir a la basura, sino a la cacerola.
  • El almacenamiento correcto de los alimentos es particularmente importante. Productos como las patatas, cereales y muesli, deben almacenarse en un lugar fresco, oscuro y seco; la mayoría de los demás alimentos "secos" deben almacenarse al menos en un lugar fresco y bien sellados, y hay muchos alimentos que no necesitan ser conservados en el frigorífico.

2. Derrochar energía

Puedes ahorrar energía en la cocina, como en toda la casa, por un lado, asegurándote de comprar los electrodomésticos con la mayor eficiencia energética posible. Por otro lado, hay que usarlos correctamente.

  • Cualquiera que ponga a funcionar el lavavajillas medio vacío o que enjuague los platos con agua caliente (solo hay que retirar restos sólidos) desperdicia una cantidad innecesaria de energía, agua y dinero.
  • También puedes ahorrar energía asegurándote de que la olla tenga el mismo tamaño que la placa de cocción o el fogón donde se cocina. Si la placa es mucho más grande, se pierde mucha energía.
  • No hace falta que precalientes el horno para elaborar la mayoría de recetas. Solo los suflés y otras elaboraciones delicadas lo necesitan realmente.
  • No es necesario que enciendas la campana extractora para cada olla de pasta (al menos si tu cocina tiene ventana). La ventilación suele ser suficiente.
  • Los compartimentos del refrigerador y del congelador nunca se deben llenar en exceso o vaciarse completamente, pues en ambos casos se multiplica el consumo de electricidad (siempre es mejor que esté más bien lleno que vacío).

3. Comprar utensilios baratos

Puedes comprar cucharas, tápers y otros utensilios de plástico por unos pocos euros en tiendas de descuento y grandes cadenas. Pero, por lo general, no te haces un favor ni a ti ni al medio ambiente recurriendo a los productos baratos.

  • Las piezas de plástico pueden ser insalubres porque liberan sustancias químicas nocivas en los alimentos.
  • Los utensilios de plástico y baratos rara vez duran mucho y, por lo tanto, contribuyen al desperdicio de recursos.
  • Las ollas de mala calidad también pueden desperdiciar energía porque no asientan correctamente sobre los quemadores o las placas de vitrocerámica o inducción.
  • Las teteras o tostadoras baratas consumen mucha electricidad innecesariamente.

No siempre tienes que comprarte lo más caro, pero poner un poco de énfasis en la calidad vale la pena para su salud, el medio ambiente y, en última instancia, también para tu cartera.

Como norma general, los utensilios de madera, acero inoxidable, hierro, cerámica y cristal son preferibles.

4. Limpiar con agentes de limpieza tóxicos

La publicidad nos dice que todo en la cocina tiene que estar "higiénicamente" limpio, pero muchos limpiadores abusan de ingredientes detergentes tóxicos y contaminantes.

Por ejemplo, el uso de agentes antibacterianos (como el triclosán) podría favorecer la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos.

Los aerosoles convencionales para horno, los detergentes abrasivos, los limpiacristales, las pastillas para lavavajillas... también son perjudiciales para la salud y el medio ambiente por el tipo de tensioactivos, fragancias, blanqueadores y conservantes que contienen.

Las mejores alternativas son los productos de limpieza con certificado ecológico y las preparaciones caseras para la limpieza.

5. Producir montañas de basura

Si miras a tu alrededor, encontrarás que puedes ahorrarte muchos envases de alimentos, que son el principal ingrediente de las basuras.

  • Las verduras y frutas, por ejemplo, no tienen que sellarse con plásticos, al igual que el queso envasado, la ensalada en bolsitas, las mini porciones envasadas individualmente y las bolsas de plástico para verduras.
  • Si tiene la oportunidad, ve a comprar al mercado semanal y llévate todo en tus propios contenedores y bolsas de la compra.
  • Los productos alimentarios ultraprocesados no solo son perjudiciales para la salud, sino que también producen mucha basura, cocinar fresco es mejor para ti y el medio ambiente.
  • Y finalmente, si separas siempre el vidrio, el papel, el plástico y los residuos orgánicos y los desechas en los lugares adecuados, ayudarás a reducir la cantidad de residuos que se incineran y promoverás el reciclaje.
  • Los residuos orgánicos ponlos en bolsas 100% compostables, porque eliminar otro tipo de bolsas supone un gran gasto para las plantas de reciclaje.

6. No compres electrodomésticos que consuman mucha energía

No se deben comprar electrodomésticos nuevos porque el nuestro se ha quedado anticuado (reparar un aparato es más sostenible que tirarlo), pero cuando llegue el momento de reemplazar la estufa, el refrigerador o el lavavajillas, asegúrate de elegir un modelo con una gran eficiencia energética.

Puedes encontrar la clase de eficiencia energética en todos los electrodomésticos. Seguramente alguna vez has pensado que no estaban claras las diferencias entre A, A+ y A++, por eso la Unión Europea ha decidido establecer una escala de la A a la G que entró en vigor el pasado mes de marzo.

Actualmente ningún aparato llega a la calificación A (y ya no existen los "plus"), que se reserva para los modelos que puedan aparecer en el futuro con mejores cualidades, por lo que el aparato más eficiente actual puede mostrar una B. Estos modelos son más caros pero la diferencia de precio se amortiza con el menor consumo de energía.

7. Envolver los alimentos en papel de aluminio y film transparente

Mucha gente prefiere envolver las sobras, los sándwiches y las frutas y verduras cortadas en film transparente o papel de aluminio. Ambos son dañinos para el medio ambiente y potencialmente nocivos para la salud.

  • El plástico se basa en el petróleo y puede liberar sustancias químicas nocivas para la salud.
  • El aluminio requiere una gran cantidad de energía de fabricación.

Para conservar alimentos simplemente colócalos en platos o en tápers y tarros de cristal.

8. Alimentarse a base de comidas preparadas

Incluso la cocina mejor equipada es inútil si no cocinas en ella. Las personas que consumen comidas preparadas ingieren muchos aditivos, algunos de los cuales son cuestionables.

Las comidas preparadas también generan más basura que la misma cantidad de alimentos comprados en el mercado y preparados en casa, porque casi siempre se envasan en porciones relativamente pequeñas con plástico, aluminio o poliestireno.

9. Apilar los utensilios de cocina

Licuadora, picadora, robot de cocina, freídora de aire caliente, yogurtera, heladora, plancha para gofres, máquina para hacer pan, tostadora para sándwiches, olla arrocera, deshidratador automático, olla para huevos, parrilla de mesa... la lista de dispositivos con los que puedes equipar su cocina es interminable, y la mayoría son innecesarios o no los acabas utilizando, pero su fabricación ha significado el consumo de recursos naturales y luego ocupan un espacio precioso.