Hay sonidos, imágenes y estímulos físicos que, sin saber por qué, hacen que nos sintamos mejor, más relajados y descansados y con una sensación placentera de bienestar.

El ASMR es una reacción placentera de nuestro cuerpo que desencadenan algunos estímulos sensoriales que podemos encontrar de forma natural en nuestro entorno, pero que también se diseñan específicamente para propiciar el descanso y la relajación (grabaciones de sonidos, imágenes, etc.).

¿Qué es el ASMR?

ASMR es la sigla en inglés de Autonomous Sensory Meridian Response, respuesta sensorial meridiana autónoma. Se trata de una sensación de hormigueo o escalofrío suave que suele empezar en el cuero cabelludo y desciende por la parte posterior del cuello y la parte superior de la columna. Además de por esta sensación física en la piel, el ASMR se caracteriza también por generar sentimientos positivos de calma y ecuanimidad.

No todo el mundo experimenta el ASMR, pero para quienes lo hacen es una forma de euforia agradable que pueden desencadenar algunos estímulos sensoriales (especialmente auditivos o visuales, pero también táctiles). Ocurre por la liberación de oxitocina (la denominada hormona del amor), que reduce el estrés y aumenta la sensación de bienestar, autoconfianza y compasión.

Hay quien describe el ASMR como un orgasmo de baja intensidad y también se asocia a menudo a una forma agradable de parestesia (una sensación de picor u hormigueo en la piel sin causa aparente).

¿Cómo se produce el ASMR?

Los desencadenantes del ASMR, como hemos mencionado, suelen ser estímulos auditivos y visuales que podemos encontrar en nuestra vida diaria o que pueden estar específicamente diseñados para activar el ASMR (también ocurre que imágenes o sonidos diseñados para otros fines son efectivos para desencadenar el ASMR). De hecho, en los últimos tiempos han proliferado en las redes sociales los creadores de contenido audiovisual ASMR, denominados artistas de ASMR o ASMRtists.

Algunos ejemplos de desencadenantes habituales del ASMR son:

  • Escuchar una voz suave o susurrante.
  • El sonido de los golpes de las uñas sobre superficies duras.
  • El sonido al pasar páginas.
  • El sonido al masticar.
  • El sonido al cepillar el pelo.
  • El sonido al rascar un micrófono.
  • El sonido al presionar botones, por ejemplo, del teclado del ordenador o los mandos de los videojuegos.
  • Un suave masaje, por ejemplo, en las orejas.
  • Tocar o jugar con el cabello.
  • Ver los movimientos suaves de una persona.
  • Determinados patrones o combinaciones de luces.

Hay que tener en cuenta que los desencadenantes del ASMR varían de persona a persona y que no a todas las personas les provocan una sensación placentera. De hecho, algunos de estos ejemplos pueden provocar el efecto contrario, la misofonia: una respuesta emocional o física negativa, al escuchar ciertos sonidos, como el ruido al masticar.

ASMR para meditar

Los sonidos ASMR pueden ser una buena ayuda para meditar. A través de ellos el cuerpo deja ir lo que siente como una carga y libera espacio para la sanación emocional y física.

Para lograr una relajación profunda, ponte los auriculares, túmbate y prueba a escuchar esta meditación con sonidos ASMR de Lidia González, acompañante emocional especialista en exploración interior.

ASMR para dormir 

Para algunas personas, el ASMR resulta tan relajante que incluso pueden quedarse dormidas mientras lo experimentan. Esto ocurre porque, al promover la relajación, desencadena la liberación de hormonas calmantes e inductoras del sueño, como la dopamina y la oxitocina.

Hay sonidos especialmente diseñados para desencadenar el ASMR que pueden escucharse al ir a dormir mediante unos auriculares que, además de eliminar el ruido de fondo, ayudan a sumergirse por completo en la experiencia de ASMR.

Hay que tener en cuenta que esto debe ir acompañado de unos buenos hábitos de higiene de sueño: seguir unos horarios adecuados, mantener una buena temperatura, iluminación y confort en la habitación, etc.