La variedad de frutas que llegan al mercado permite elaborar todo tipo de postres.

Desde la simplicidad de una pieza de fruta pelada y cortada, pasando por las macedonias, los carpaccios, las brochetas o las ensaladas dulces, hasta los zumos, las sopas dulces y frías o los semifríos. Las posibilidades son tan amplias que es imposible aburrirse con ellas.

Por su aporte de vitaminas, minerales y fibra, sus escasas calorías y su poder saciante e hidratante, reportan además numerosos beneficios para la salud. Incluirlas en el postre es una buena manera de ingerir la ración diaria recomendada sin abusar de opciones como la bollería y la repostería, más calóricas y más grasas.

Profesionales de la salud de diferentes tendencias destacan la importancia de incluir fruta fresca en la dieta en una cantidad que oscila entre las dos o tres piezas diarias, pero ¿qué tiene la fruta que se hace tan necesaria?

Beneficios de comer fruta cada día

Su consumo se relaciona con un mejor estado físico y un aumento de la energía vital, ya que en general ayuda a depurar los residuos metabólicos, regula el tránsito intestinal y aumenta la energía corporal disponible (por los azúcares simples).

Sus minerales y vitaminas, entre las que abundan las antioxidantes, intervienen además en la mayoría de procesos internos del cuerpo y son esenciales para mantener una salud óptima.

No obstante, las cualidades nutritivas de la fruta dependen de cada tipo y variedad y también del cultivo y del punto de maduración. No es lo mismo una fruta cultivada ecológicamente que la que proviene de un cultivo forzado.

Tampoco es lo mismo una fruta madurada en el árbol que ha desarrollado sus azúcares y cuyas vitaminas están disponibles, que una fruta que se coge verde y que madura en una cámara.

Está claro que todas tienen fibra, agua, vitaminas y minerales, pero la primera se ha estado "nutriendo" hasta el último instante, mientras que la segunda puede considerarse menos completa y sabrosa.

La fama de la fruta como alimento bajo en calorías es, por otra parte, bien merecida: las fresas aportan 33 calorías por 100 g, 73 las uvas, 63 las chirimoyas, 81 los plátanos, 56 el mango y 50 la manzana, por lo que tomada equilibradamente ayuda a controlar el peso corporal.

¿Tomar fruta de postre es malo?

Sobre el momento en que conviene degustar la fruta hay varias teorías. Para muchos dietistas naturistas la fruta no debe ir al final porque interfiere en la digestión, aunque hay frutas que precisamente la mejoran por la fibra que contienen y por sus compuestos, como la papaína de la papaya. Algunas ayudan incluso a limpiar la boca gracias a sus ácidos, como la manzana.

Mi consejo es que, aparte de informarse, se esté atento a la respuesta del propio cuerpo y a sus necesidades. Hay a quien el melón después de una comida le sienta mal, o a quien el zumo de naranja le resulta difícil de digerir. No hay normas generales; solo consejos que deben aplicarse de manera particular.

Desde el punto de vista nutricional la mejor opción es comer la fruta cruda, pero no por ello deben descartarse otras opciones como la cocción al horno, las papillotas, los salteados ligeros, los rebozados, la cocción en almíbar o en vino, los gratinados, los budines y flanes, los rellenos de tartas y pasteles, los postres con lácteos, la gelatina, los mousses ...

En verano apetecerán más postres fríos y ligeros, sorbetes, helados, ensaladas y macedonias, mientras que en invierno serán más convincentes frutas ligeramente cocidas que aporten calor interno.

  • La piña y el mango, a láminas finas, permiten hacer rollitos o lasañas combinadas con queso y con otras frutas que contrasten en color y sabor.
  • Las ciruelas, las uvas y los albaricoques pueden coronar deliciosas tartas con una base de pasta brisa u hojaldre.
  • Una mezcla de frutos rojosacompañada con crema inglesa y pasada unos minutos por el grill resulta deliciosa, sobre todo si se aromatiza con canela.
  • Para sumergir en pasta de rebozar y freír son aptos los plátanos, las manzanas y la piña, espolvoreados después con azúcar o miel.
  • Y con las fresas se pueden elaborar riquísimas salsas que acompañan helados, flanes y pasteles.

7 propuestas para tomar fruta a diario

Además de aportar vitaminas y minerales esenciales para la salud, la fruta fresca permite preparar infinidad de postres ligeros y atractivos.

Macedonias

Lo ideal es usar manzana, naranja, kiwi, melocotón, sandía, melón, uva..., frutas consistentes que se puedan cortar y no enturbien la mezcla.

Se pueden aliñar con azúcar, miel, sirope, zumo de manzana o naranja, mosto o algún licor dulce como cointreau o kirsch, o bien macerar con especias como jengibre, pimienta rosa o anís estrellado.

Con cítricos, frutos secos y azúcar integral quedan deliciosas.

Si sobra de un día para otro se puede aprovechar para hacer una sopa fría triturando la fruta con crema de leche o yogur.

Carpaccio

Para prepararlo conviene usar frutas consistentes y jugar con la combinación de colores. Mango, piña, manzana, kiwi, melón y sandía son ideales para este tipo de preparaciones.

Unas gotas de limón evitarán que se oxiden y se ennegrezcan. Debe consumirse al momento.

Gelatina

Permite cuajar mousses, aspics, flanes fríos y muchos otros postres sin aportar apenas calorías. Se pueden usar casi todas las frutas, salvo el kiwi, que es demasiado ácido.

Los purés o zumos de frutas rojas quedan deliciosos cuajados con almíbar y gelatina; también los de melocotón, mango o sandía.

Brochetas

Admiten combinaciones sabrosas y muy atractivas, como por ejemplo mango y piña, uvas con queso, fresa con plátano, manzana con membrillo, frutas tropicales, o fruta con chocolate o con una salsa de miel y naranja.

Fruta macerada

Una pizca de sal o unas gotas de vinagre o de zumo de naranja contrarrestan la acidez de frutas como las fresas, que pueden combinarse con otras bayas, melocotón o plátano.

Los kiwis pueden macerarse con almíbar y pasas o con menta fresca.

Fruta cocida

Para cocer frutas puede usarse almíbar o cava, vino tinto o blanco, mosto, licor de frambuesa o menta verde, y aromatizar el líquido con canela, vainilla o piel de cítricos. Otra opción es cuajar el líquido sobrante con gelatina.

Fruta y lácteos

El yogur, la nata, la leche y el queso fresco combinan muy bien con las frutas rojas, el melocotón, el mango y la papaya.

Se pueden montar tartas, semifríos cuajados con gelatina, purés de frutas, cremas y flanes, etc.