Numerosos estudios señalan que las personas más felices y resilientes son las que tienen un buen círculo social.

Más allá de los vínculos familiares, las amistades íntimas son una red de protección para momentos de cambio y dificultad. ¿Estamos dando a nuestra familia espiritual el tiempo que merece?

Importancia de la amistad para la felicidad

El factor número uno para una vida realizada y satisfactoria es disfrutar de lazos humanos de calidad. Es la conclusión del estudio sobre la felicidad humana que la Universidad de Harvard lleva realizando desde la década de 1930. Eso implica llevarse bien con la familia (o al menos con buena parte de ella), con los compañeros de trabajo y, por supuesto, tener un círculo nutritivo de amigos.

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La importancia de la pandilla es obvia en la niñez y en la adolescencia, un valor que ha inspirado películas como Cuenta conmigo o la serie Stranger things, entre muchas otras. A medida que nos hacemos mayores, sin embargo, la amistad va quedando relegada a un segundo plano. Nos parece que no hay tiempo para quedar con los amigos, porque tenemos que estudiar, porque salimos tarde y cansados del trabajo, porque la familia nos reclama…

 

Los encuentros con los amigos se van espaciando hasta que, en algunos casos, se reducen al socorrido mensaje para felicitar el cumpleaños o la Navidad, acompañado del lapidario «tenemos que vernos». Por muy buena disposición que tengamos, esto no se hará realidad a no ser que procuremos un espacio concreto a los encuentros. En esto, hay una tradición alemana que puede enseñarnos mucho.

¿Qué es el stammtisch (mesa de la amistad)?

Durante mi época de estudiante en Alemania, me sorprendió que en las tabernas tradicionales había mesas reservadas en un día y hora fijos de cada semana. Al preguntar, me explicaron que se trataba de una tradición llamada stammtisch, que puede traducirse como «mesa de tertulia». Se trata de un lugar donde los viejos amigos se reúnen, siempre el mismo día y hora de la semana, para compartir una bebida y algunas horas de buena conversación.

En estos encuentros se comentan las últimas novedades de cada cual, pero también se rememoran momentos compartidos tiempo atrás, con lo cual es una ceremonia que también revive la felicidad del pasado.

Tal vez en culturas distintas a la alemana un encuentro fijo a la semana parezca excesivo, pero podemos adaptar el ritual con el compromiso, por ejemplo, de vernos el primer jueves por la tarde de cada mes.

Stammtisch: ventajas de mantener el contacto con los amigos

Las ventajas de mantener un contacto estable con los viejos amigos son variadas y atractivas:

  1. Nos ayudaremos los unos a los otros a desconectar de la rutina laboral y familiar, creando un oasis refrescante de los problemas del día a día. Las risas compartidas, en ese sentido, son un bálsamo para el alma.
  2. Los encuentros con amistades que te conocen hace tiempo te recuerdan quién eras. La conversación conduce a lugares y situaciones de antaño que nos permiten reconectar con la propia esencia y con prioridades que tal vez hemos desatendido.
  3. Supone una terapia de grupo informal, en el sentido de que es un espacio seguro y amigable en el que todo el mundo puede poner sus dificultades sobre la mesa y obtener el apoyo del clan. Como veremos, la ciencia confirma la relación directa que existe entre una vida social rica y la salud del cuerpo y la mente.

Beneficios de la amistad para la salud

«Nuestro sistema neuronal está programado para conectar con los demás, ya que el mismo diseño del cerebro nos torna sociables y establece inexorablemente un vínculo intercerebral con las personas con las que nos relacionamos. Ese puente neuronal nos deja a merced del efecto que los demás provocan en nuestro cerebro –y, a través de él, en nuestro cuerpo–, y viceversa». Lo asegura el psicólogo Daniel Goleman, célebre por su trabajo sobre la inteligencia emocional, en su libro Inteligencia social (editorial Kairós).

Esta visión ha sido corroborada por otros referentes como Martin Seligman, padre de la psicología positiva, que en La vida que florece (editorial B) sostiene que las relaciones sociales y el sentido de comunidad son fundamentales para la felicidad y el bienestar.

La «vitamina A» de la Amistad ha mostrado ser útil también para cuidar de la salud cognitiva. En un estudio se vio que tener conversaciones de calidad nos protege del envejecimiento cerebral e incluso puede ayudar a prevenir la demencia. Por el contrario, otra investigación publicada en Neuroscience encontró una relación directa entre el aislamiento social y los procesos de inflamación.

¿Cuántos amigos debería tener?

Esta es una pregunta que cada persona debe responder, ya que los caracteres sociales pueden mantener una amplia red de amistades, mientras que a personas introvertidas les bastará con un par de relaciones de plena confianza.

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Son personas con las que podemos ser nosotros mismos, ya que no nos hacen sentir juzgados. Al mismo tiempo, no son indiferentes a nuestros problemas. Si les contamos alguna preocupación, escucharán con atención y harán preguntas para comprender mejor lo que estamos viviendo.

¿Cómo mantener una amistad saludable?

El sello de los vínculos de calidad se corresponde con un viejo lema de una compañía telefónica: «lo importante es poder hablar». Lo esencial en esa mesa de la amistad es que nos hacen sentir mejor después de haber pasado tiempo en su compañía. Si contamos con este tipo de amistades, el desafío es mantenerlas. Estos serían los cuidados básicos:

  • Mantén el contacto. Si resulta imposible el encuentro presencial, busca periódicamente momentos para charlar. Una llamada telefónica sirve para ponernos al día y es mejor que unos cuantos mensajes de texto. Platón lo expresó con una de sus máximas más célebres: No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.
  • La confianza debe ser bidireccional. Aunque tengas talento escuchando, también debes compartir las cosas que te pasan sin esperar a que te pregunten. Eso genera en el otro un sentimiento de valoración al poder recibir nuestra confidencia.
  • Promueve las emociones positivas. Las quejas y críticas pueden captar la atención de los demás al principio, pero acaban causando fatiga y desánimo en el entorno. Debemos tomar conciencia de qué tipo de clima emocional estamos creando con aquello que transmitimos.

¿Cómo construir Relaciones más ricas?

Las redes sociales procuran la ilusión de hacer amigos con un clic, pero las relaciones solo crecen a partir del tiempo. Se ha calculado que se necesitan unas 50 horas para pasar de ser conocidos a una amistad incipiente, y a partir de las 200 horas habría un lazo más estrecho.

El editor Jordi Nadal dice que, cuando descubre un tesoro, corre a llamar a sus amigos para que también lo disfruten. Cuando regalamos una lectura que nos ha encantado, o bien organizamos un visionado de una película, estamos abonando la amistad. La intimidad no es solo contar problemas, también es compartir lo mejor de la vida.

Un proverbio dice que quien busca un amigo perfecto se queda sin amigos. Relaciones largas se han roto porque alguien no ha acudido a una fiesta de cumpleaños. Aceptar la imperfección –los japoneses hablan de wabi sabi, la belleza de la imperfección– ajena y la propia, es un seguro de amistad.

Muchas personas tienen el prejuicio de que, estando en compañía, es necesario llenar el silencio. Sin embargo, una amistad es profunda cuando se puede compartir un bello paisaje, una canción o un momento de placidez sin necesidad de comentar nada. De hecho, los grandes amigos se hablan sin palabras.