El mal aliento o halitosis puede afectar a cualquier persona. Se calcula que más de la mitad de la población sana lo presenta en algún momento del día, sobre todo al despertar.

Qué es halitosis

Es un síntoma frecuente que, en general, no indica nada grave, pero que puede dificultar las relaciones sociales y generar problemas de aceptación e integración social. Tiene una gran prevalencia en la población general, sin diferencias por la posición socio-económica.

Se estima, de hecho, que más del 50% de las personas lo padecen en algún momento de su vida.

Es frecuente presentar halitosis al despertar por la mañana, pues las estructuras de la boca han estado en reposo durante varias horas y la producción de saliva ha sido escasa. bacterias que huelen.

Mal aliento: causas de la halitosis

La principal causa es la actividad metabólica de los millones de bacterias -vivas o muertas- presentes en la cavidad bucal. Ciertas situaciones o malos hábitos pueden aumentar su incidencia de manera puntual o continuadaEn el mercado hay muchos productos para la halitosis, como chicles perfumados, enjuagues o aparatos para detectar el mal aliento.

Pero lo conveniente es ir a la raíz: las bacterias que lo generan. En la boca existen millones de ellas, y algunas pueden vivir y multiplicarse sin oxígeno. Estas bacterias, llamadas anaerobias, se alimentan de las proteínas que consumimos y liberan compuestos sulfurosos (putrescina y cadaverina) que son los que causan el mal olor, pues se expulsan con el aire espirado.

Estas bacterias se esconden en los restos de alimentos atrapados entre los dientes y en la parte posterior de la lengua, donde hay menos saliva.

Factores que, por tanto, favorecen la halitosis son:

  • Haber dormido poco.
  • Pasar muchas horas sin comer.
  • Caries profundas que retienen alimentos en ellas.
  • Enfermedad periodontal o de las encías (gingivitis), a veces inadvertida.
  • Lengua sucia, que es tan importante cepillar como los dientes.
  • Dentaduras postizas y prótesis mal ajustadas.
  • Uso de ciertos fármacos (antidepresivos o ansiolíticos, diuréticos, para el tratamiento del Parkinson...)
  • Falta de saliva por tomar medicación antidepresiva u otras causas.
  • Respirar únicamente por la boca.
  • Otros factores menos frecuentes pueden ser alteraciones bucales o mucosidades en la garganta: rinitis, sinusitis o amigdalitis crónica.
  • Ciertas patologías, sobre todo digestivas, presentan este síntoma: reflujo gastro-esofágico, estenosis pilórica, úlcera, diabetes...

 

Cómo quitar el mal aliento

Para decir adiós al mal aliento puedes prestar más atención a algunos hábitos de higiene y alimentación.

En este vídeo encontrarás 5 remedios caseros, rápidos y eficaces para acabar con el mal aliento.

 

Límpiate los dientes después de cada comida, incluidos los espacios interdentales con seda dental. No olvides cepillar también el dorso de la lengua.

Si estás fuera de casa, sin cepillo ni colutorio, bastará con hacer buches enérgicos con un poco de agua después de comer para desembarazarte de los residuos alimenticios.

También ir al dentista una vez al año a hacer una limpieza bucal (eliminación del sarro acumulado).

Es adecuado utilizar antisépticos orales. Suelen recomendarse los colutorios con clorhexidina, pero presentan el inconveniente de que si se utilizan más de 6 meses alteran el color del esmalte dental. Es más sencillo e inocuo hacer enjuagues con agua y unas gotas de agua oxigenada.

Hazte enjuagues con agua y una cucharadita de bicarbonato antes de acostarte. A lo largo del día puedes hacerlo con infusión de romero o menta. Te protegerán de la halitosis.

La menta (Mentha piperita) se emplea contra el mal aliento tanto en infusión como en forma de aceite esencial.

Mal aliento estomacal: la dieta para prevenirlo

Evita las dietas hiperproteicas, hábitos como el café, el alcohol y el tabaco, los embutidos y las comidas muy especiadas.

Si comes ajo, puedes combinarlo con perejil para evitar el mal aliento. Masticar algunas semillas de hinojo o de anís tras las comidas también pueden neutralizar la halitosis.

Come abundantes ensaladas frescas ricas en clorofila, con alimentos como perejil, apio, menta o aguacate. Y algo no menos importante: bebe suficiente agua durante todo el día.

Depurarse para un aliento fresco

Si la higiene bucal es correcta, la halitosis puede ser una señal que nos da el cuerpo de que existen toxinas y desechos fermentados en el intestino.

Conviene hacer una cura depurativa hepática con abundancia de verduras verdes (espárragos, pimientos, brócoli, apio, guisantes, perejil, espinacas, acelgas, alcachofas) y frutos rojos. Podemos tomar zumo de manzana en ayunas o beber caldo de verduras con jengibre durante el día, por lo menos durante un mes.

Pero no siempre hay una causa física aparente de la halitosis. Según la biodescodificación, puede estar producida por un bloqueo emocional: la persona tiene un gran dolor interior y siente ira contra las personas que la hirieron.

Se avergüenza de estos pensamientos y es como si muriera por dentro, y esto hace que el mal olor salga y aleje a las personas de su alrededor. La solución es el perdón, que sana todas las heridas.

Cómo mantener el aliento fresco

Algunas plantas te ayudarán a mantener un aliento fresco.

Los polifenoles del té verde son antibacterianos. Chupa clavo o canela en rama tras las comidas. Mezcla 2 gotas de aceite esencial de menta piperita o albahaca exótica con una cucharada de aceite de oliva y tómalo antes de comer.

Los probióticos aportan bacterias buenas como L. acidophilus. Puedes beber kéfir de agua por las mañanas.

Determinados suplementos también resultan eficaces. Toma 1 gramo de alga chlorella al día con las comidas. Es desintoxicante y antibacteriana. Otra alternativa es 1 comprimido de carbón vegetal tras la comida, absorbe desechos intestinales.

Consume 1 ampolla diaria del oligoelemento magnesio por la mañana, interactúa con el azufre de las bacterias.