La presión que ejerce en el abdomen un embarazo puede hacer que los músculos abdominales se separen, dando lugar a lo que se conoce como diástasis. Se estima que sucede en un 66% de las mujeres en el tercer trimestre de gestación y que cerca de un 40% de ellas sigue con diástasis 6 meses después del parto.

Pero las mujeres que están o han estado embarazadas no son las únicas que pueden sufrir esta separación de los músculos abdominales que, además de un abultamiento del estómago, puede ocasionar dolor y molestias en otras partes del cuerpo. Te explicamos por qué y cuándo ocurre y qué hacer (o evitar) para corregirlo.

¿Qué es la diástasis abdominal?

La diástasis abdominal es la separación excesiva de los músculos rectos del abdomen, los que forman las dos hileras verticales centrales de la denominada “tableta”.

Los rectos abdominales van desde el borde inferior de la caja torácica hasta el pubis y se unen en la línea alba, que está formada por una red de tejido conectivo. Nos ayudan a mantenernos erguidos, a flexionar el tronco hacia adelante, a mantener las vísceras en su lugar y también participan en la respiración, entre otras funciones.

Cuando hay una distensión o rotura del tejido conectivo que une los rectos abdominales es cuando ocurre la diástasis abdominal y, en consecuencia, el abdomen pierde su rigidez.

Se suele considerar que hay diástasis abdominal cuando la separación de los músculos rectos es superior a 2 centímetros. Algunos expertos miden diferentes distancias a lo largo de la línea alba (por encima y por debajo del ombligo), puesto que la distancia entre los rectos normalmente es mayor en la zona por encima del ombligo, incluso en las personas sin diástasis.

En este vídeo puedes ver una descripción gráfica de cómo ocurre la diástasis abdominal:

Causas de la diástasis abdominal

La diástasis de rectos se asocia a situaciones en las que hay un aumento de la presión abdominal o con enfermedades que provocan debilidad de los tejidos conectivos.

Lo más habitual es que aparezca durante el embarazo (especialmente en los embarazos múltiples o de bebés muy grandes) o en el momento del parto, cuando este implica empujar durante un largo periodo. Otras causas incluyen:

  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Un traumatismo en el abdomen.
  • Tras una cirugía abdominal.
  • Movimientos repetidos que repercuten en la zona abdominal.
  • El estreñimiento crónico.
  • La tos crónica.

Diástasis abdominal: síntomas

A menudo, las personas con diástasis abdominal notan un abultamiento en la parte central del abdomen mientras están en reposo, que empeora con el aumento de la presión abdominal. En algunos casos, por parte central del abdomen se pueden apreciar bultos que son parte del intestino que salen, como hernias.

Además, puede haber:

Diástasis abdominal: ejercicios

La diástasis del recto abdominal puede resolverse espontáneamente, pero a menudo no es así. No obstante, puede mejorar mucho realizando cambios en el estilo de vida (principalmente, perdiendo peso), ejercicios específicos y, en los casos en los que esto no funciona, cirugía.

Existen varios programas de ejercicios orientados tanto a la prevención de la diástasis durante el embarazo como a la mejora de los síntomas en personas que ya la tienen. Suelen empezar con movimientos suaves que involucran el core y van progresando en función de la evolución a ejercicios más intensos. Lo ideal es realizarlos de la mano de un fisioterapeuta especializado, ya que no todos los ejercicios son buenos y algunos podrían llegar a agravar la diástasis.

  • Se ha visto que funcionan mejor cuando hace poco tiempo que ha aparecido la diástasis, así que es importante empezar a realizarlos cuanto antes.

Estos ejercicios orientados a la diástasis pueden combinarse con otros de fortalecimiento del suelo pélvico para la prevención o tratamiento de la incontinencia urinaria.

Qué evitar si tienes diástasis abdominal

Ciertos movimientos pueden empeorar la separación abdominal. Es recomendable evitar:

  • Levantar objetos pesados.
  • Incorporarte de golpe cuando estás tumbada. Debes girar tu cuerpo hacia un lado y, desde esa posición, levantar el tronco ayudándote con tus brazos.
  • Actividades y movimientos que empujen los abdominales hacia afuera (como los abdominales clásicos).

Referencias