Un dolor intenso en el talón o la planta del pie al levantarte y dar los primeros pasos puede deberse a la fascitis plantar, un trastorno que se estima que sufrirán una de cada diez personas a lo largo de su vida.

¿Es bueno andar con fascitis plantar si tienes este tipo de dolor? ¿o podría ser perjudicial? Veamos primero qué es y por qué ocurre la fascitis plantar.

¿Qué es la fascitis plantar y qué síntomas provoca?

La fascitis plantar es un trastorno que se caracteriza por la inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido gruesa y fibrosa situada en la planta del pie, que conecta el hueso del talón (calcáneo) con la base de los dedos de los pies. Es una zona clave para el soporte del arco del pie y para realizar funciones como caminar o correr.

La fascitis plantar suele estar provocada por una sobrecarga o una tensión excesiva en los pies, por ejemplo, por estar demasiado tiempo de pie o practicar ejercicio intenso (como carreras de larga distancia o deportes como el fútbol o el baloncesto). También puede deberse a problemas en la mecánica del pie, como los pies planos o con el arco demasiado alto (pies cavos). A la hora de pisar, tenemos tres puntos preparados en el pie para hacerlo: la base del primer dedo, la base del quinto y la zona media del calcáneo. Y cuando hemos de pisar con el resto del pie, como mecanismo defensivo la fascia que cubre los músculos se inflama y se produce el dolor. 

Además, con la edad aumenta el riesgo de sufrir fascitis plantar, que también es más frecuente en personas con sobrepeso u obesidad.

El principal síntoma es el dolor, que puede ser intenso, en el talón o en la planta del pie, en especial por la mañana, al realizar los primeros pasos del día, o después de un rato largo de descanso. También puede haber rigidez en la parte inferior del talón.

¿Es bueno andar con fascitis plantar?

Si tienes fascitis plantar, es posible que te preguntes si puedes andar o si esto podría empeorar la situación. Y es que andar con esta inflamación de la fascia puede resultar bastante doloroso y podría intensificar los síntomas, especialmente si lo hacer por superficies duras, caminas demasiado tiempo o muy rápido o usas un calzado inadecuado.

No obstante, aunque en un primer momento descansar puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor, tampoco es recomendable el reposo total. La inmovilización podría provocar rigidez y debilidad muscular.

Caminar puede ayudar a mejorar la circulación, mantener la flexibilidad y evitar el deterioro de los músculos de los pies y las piernas.

Conviene, por lo tanto, buscar un equilibrio entre descansar y caminar, sin forzar demasiado el pie o exacerbar la inflamación, y sobre todo escuchar lo que tu cuerpo te pide. Podrías probar a caminar unos minutos cada día sobre una superficie que no sea demasiado dura y usando un calzado que se ajuste bien y proporcione un soporte adecuado para el arco y el talón.

Si, de todos modos, el dolor no cesa o va en aumento, deberás detener la actividad y descansar hasta que baje la inflamación.

¿Qué no se debe hacer cuando tienes fascitis plantar?

Si tienes fascitis plantar, puede ser necesario modificar algunos hábitos para evitar empeorar la inflamación, por ejemplo:

  • Debes evitar actividades con un gran impacto en los pies como saltar o correr.
  • Andar descalzo (especialmente por superficies duras) puede aumentar el impacto en el pie y acrecentar los síntomas de la fascitis.
  • Cargar demasiado peso (por ejemplo, en la compra) aumenta también la presión en los pies.
  • Evita los zapatos que no sujeten bien el pie o no tengan una buena amortiguación.

Del mismo modo, debes tener en cuenta que, si tienes obesidad o sobrepeso, perder peso puede aliviar bastante las molestias de la fascitis.

Tratamiento natural de la fascitis plantar

Otras medidas que pueden ayudarte a aliviar la inflamación y el dolor característicos de la fascitis plantar son:

  • Realizar estiramientos de los pies y las pantorrillas para aliviar la tensión y mejorar la flexibilidad. Siempre serán más efectivos si te los recomienda y controla un especialista, para asegurarte de que son adecuados y los realizas bien.
  • Aplicar hielo para reducir la inflamación.
  • Utilizar plantillas para sostener y enderezar el arco longitudinal y amortiguar la pisada.
  • Realizar un automasaje en el talón y el arco del pie. Puedes usar gel de aloe vera para aprovechar sus beneficios antiinflamatorios.
  • La acupuntura ayuda a algunas personas a reducir la inflamación y el dolor.
  • El jengibre y la cúrcuma tienen interesantes propiedades inflamatorias y conviene incorporarlos a la dieta diaria.

Si el dolor es intenso, interfiere en tu vida diaria o va a más, conviene consultar con el médico. Puede recetarte medicamentos para reducir el dolor, terapia de ondas ultrasónicas o, en casos graves, incluso considerar la opción de la cirugía.