Los médicos entienden el término "fascitis plantar" como la irritación e inflamación de la banda gruesa que va a lo largo de la planta del pie (fascia plantar) desde el hueso del talón (calcáneo) hasta los dedos. Generalmente está causada por una sobrecarga.

Suele resultar muy estresante para los afectados porque afecta severamente las actividades cotidianas y especialmente si se corre o se practica un deporte. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres, muy probablemete por el uso de calzado con tacones.

La fascia plantar actúa en el despegue del pie durante la marcha y asegura la transmisión de fuerza desde el antepié hasta el retropié. La función de la fascia es estirar el arco longitudinal, alinear la parte trasera y delantera del pie, absorber los impactos y levantar el arco del pie.

¿Cuáles son los síntomas de la fascitis plantar?

El inicio de la fascitis plantar es insidioso: las molestias empeoran gradualmente durante semanas o meses.

Se siente ardor o dolor principalmente en el talón. Al principio las molestias aparecen en condiciones de esfuerzo, al correr, por ejemplo, y luego al levantarse por la mañana y dar los primeros pasos. Este es un síntoma muy común y revelador de la alteración. Tras un breve periodo de marcha puede desaparecer.

Los afectados suelen reportar un dolor agudo y una tirantez bajo el pie o en el área del talón. A veces resulta imposible caminar.

Durante la práctica deportiva, los afectados sienten dolor al comienzo del esfuerzo, que disminuye a medida que aumenta el calentamiento. Hacia el final del entrenamiento, los síntomas regresan. Correr y saltar, en particular, aumentan el dolor.

¿Qué causa la fascitis plantar?

  • La causa más frecuente de las fascitis plantar es la sobrecarga por correr o saltar, que causan pequeños desgarros en la fascia. Deportes de alto riesgo incluyen baloncesto, tenis y fútbol y baile. Es más probable a partir de los 40 años.
  • El problema puede ser favorecido por el acortamiento del tendón de Aquiles o por la bursitis (inflamación de las bolsas sinoviales) en la inserción de la fascia plantar.
  • El sobrepeso y permanecer de pie durante muchas horas son factores de riesgo para la fascitis plantar.
  • El uso de calzado con tacones altos y de chanclas favorece la aparición del problema.
  • Tener los pies planos o cavos (con demasiado puente) también predispone para sufrir fascitis plantar.

¿Cuál es el tratamiento de la fascitis plantar?

La fascitis plantar es una de las lesiones deportivas más persistentes y frustrantes. Existen muchas opciones de tratamiento. Las conservadoras a base de ejercicios, estiramientos, hielos, etc, pueden curar la afección en unos meses. En algunos casos, en cambio, es necesaria una intervención quirúrgica. Si no se trata adecuadamente y a tiempo, la fascitis plantar puede convertirse en una afección crónica.

1. Tratamiento conservador

Para reducir la inflamación y el dolor asociados con la fascitis plantar, el tratamiento inicial consiste en modificar la práctica deportiva. El médico analiza los métodos de entrenamiento y las circunstancias, por ejemplo, si se corre sobre asfalta o piedras, si hay una sobrecarga de esfuerzo, y se sugieren cambios en los hábitos y ejercicios específicos.

  • Ejercicios de estiramiento para los músculos de la pantorrilla y plantares. Son una parte esencial del tratamiento conservador. Un 72 % de los pacientes mejoran sus síntomas solo con estiramientos. Uno de ellos consiste en hacer rodar el pie sobre una botella llena de hielo. Otro estiramiento se realiza envolviendo el antepie con una toalla para forzar la flexión pasiva del pie, estirando de la toalla hacia arriba. Los médicos y fisioterapeutas recomiendan repetir los ejercicios de estiramiento unas tres veces al día durante al menos diez minutos.
  • Utilizar plantillas en el calzado que sostienen y enderezan el arco longitudinal.
  • Las férulas nocturnas pueden mantener estirado el tendón de Aquiles para reducir el dolor por las mañanas.
  • Vendajes: pueden estabilizar el pie y el arco del pie. Amortiguan la presión sobre el tendón al caminar, reduciendo así el estrés y el dolor en el talón. Un fisioterapeuta puede enseñar al paciente cómo hacer el vendaje.
  • Fisioterapia: Los masajes especiales sobre la inserción del tendón alivian el dolor. El entrenamiento de los músculos del pie también forma parte de la terapia.
  • Reducción de peso: las personas con sobrepeso son más propensas a la fascitis plantar porque el tendón está bajo mayor tensión. Si hay inflamación y también obesidad severa, la reducción de peso suele ser parte de la terapia.
  • Terapia de ondas ultrasónicas: es una técnica cada vez más utilizada debido a su éxito, pero el coste es alto por lo que solo se realiza en casos que no responden al tratamiento conservador.
  • Radiación inflamatoria de rayos X: es útil en dos de cada tres casos pero implica la exposición a radiación potencialmente cancerígena.
  • Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden ayudar a reducir las molestias. También se pueden utilizar inyecciones de cortisona, pero si se repiten aumentan el riesgo de rotura del tendón.

2. Tratamiento quirúrgico

En casos raros en los que no hay mejoría después de seis meses a pesar de las medidas conservadoras, los médicos pueden proponer una cirugía. Se estima que el 5% de los pacientes con fascitis plantar son operados.

Después de la operación, los afectados llevan una férula en la parte inferior de la pierna durante unos dos días. Después de eso, es importante usar una carga parcial cuidadosa en los primeros días, con plantillas especiales que sirvan para proporcionar un alivio adicional. También se requiere fisioterapia con un programa específico de fortalecimiento y estiramiento de los músculos del pie.

Después de la sexta semana posoperatoria, es posible aumentar lentamente la carga de carrera, aunque inicialmente solo se recomienda un entrenamiento ligero de resistencia. El proceso de curación se prolonga al menos doce semanas, en algunos casos incluso hasta un año.

3. Otras opciones de tratamiento

  • Los ungüentos contra el dolor a base de plantas están disponibles en farmacias y contienen principios activos como el árnica, una planta de flores alpina con efecto analgésico y antiinflamatorio. Cabe señalar que estos ungüentos contienen ingredientes activos en bajas concentraciones y su efecto no ha sido claramente probado científicamente.
  • Se puede tratar con aceite de ricino y capsaicina. El aceite de ricino estimula la formación de colágeno en particular y fortalece la estructura de los tendones. Además, tiene un efecto antiinflamatorio. La capsaicina se usa como analgésico en forma de parches y ungüentos, especialmente en la práctica deportiva.
  • El frío actúa contra el dolor y la inflamación en la planta del pie. Se pueden aplicar packs fríos que se encuentran en farmacias y tiendas deportivas. Es más util cuando se aplica en la fase inicial del problema.
  • El calor es un remedio igualmente útil para el dolor de talón. Al igual que el frío, estimula la circulación sanguínea y los procesos de autocuración. Proporciona relajación y afloja el tejido endurecido. Por lo tanto, los masajes con aceites calientes y agradables para la piel son muy adecuados como medida de apoyo en el tratamiento de la fascitis plantar y se pueden realizar en casa.

Los remedios caseros y naturales tienen sus límites. Si los síntomas persisten, no mejoran o incluso empeoran, siempre se debe consultar a un médico.

¿Cuáles son las posibilidades de curación de la fascitis plantar?

Para la mayoría de los afectados con fascitis plantar, los métodos de tratamiento conservadores son exitosos y es posible una cura en el 80 al 90 % de los casos. Sin embargo, en alguno casos el proceso de curación puede alargarse hasta uno a dos años.

En el 10% de los casos el problema se cronifica por la degeneración y engrosamiento de la fascia. En algunos casos, a juicio del médico, se puede realizar una cirugía que reduce considerablemente los síntomas (un 80%) en el 90% de los pacientes.

¿Se puede prevenir la fascitis plantar?

Dado que la fascitis plantar suele deberse a la sobrecarga de los músculos no entrenados y los tendones correspondientes, los médicos aconsejan a los atletas que realicen calentamientos adecuados antes de hacer ejercicio intenso.

Los músculos y tendones estirados tienen menos probabilidades de inflamarse o desgarrarse. Los ejercicios de estiramiento que se realizan después del entrenamiento físico ayudan de forma preventiva. Esto también se aplica a las actividades en las que las personas corren o saltan mucho, ya sea profesionalmente o en su tiempo libre.

El calzado también es importante. No llevar zapatos con tacones de más de 3 cms de altura y usar zapatillas con buen soporte y amortiguación para hacer deporte ayuda a prevenir la inflamación del tendón plantar.