A algunos gatos le gustaba saciar su sed de una manera especial. A menudo incluso reclaman que sus compañeros humanos les abran el grifo. Simplemente pueden tener sed, o puede que estén intentando reducir la concentración de glucosa en su sangre. Es decir, tienen diabetes. Por cierto, a las personas les pasa lo mismo. La sed humana también es un síntoma de posible diabetes.   

Los síntomas de diabetes en perros y gatos

Además de la sed, pueden presentar los siguientes síntomas: 

  • Aumenta la expulsión de orina
  • Aunque tiene apetito, pierde peso. 
  • Ceguera repentina.
  • Mala calidad del pelaje.
  • Mala cicatrización de las heridas
  • Se mueve menos
  • Vómitos 

Diagnóstico: diabetes

Si el dueño sospecha y acude al veterinario, es posible que el veterinario confirme el diagnóstico. En un principio, los dueños de los animales afectados están contentos porque sus mascotas, a pesar de tener una enfermedad, están diagnosticas y pueden seguir un tratamiento. Pero en un segundo momento, te preguntas ¿y cómo cambiará esos nuestras vidas?, ¿qué tenemos que hacer? 

Los pacientes de cuatro patas con diabetes son muy frecuentes en las consultas veterinarias. Los gatos machos grandes y con muchas primaveras a sus espaldas son los que corren un mayor riesgo. Para prevenir la diabetes, los gatos también deben evitar, en la medida de lo posible, el sobrepeso.

Los perros se enferman de diabetes con menos frecuencia, pero también es posible. A diferencia de los gatos, predomina con diferencia la diabetes tipo 1, congénita. Los perros de razas más pequeñas son algo más susceptibles a la diabetes del adulto tipo  2.

¿qué hay que hacer para que la diabetes no empeore?

Los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento apenas difieren entre perros y gatos, pero las consecuencias de la enfermedad pueden ser distintas.

Con la terapia adecuada, los gatos pueden llevar una buena vida e incluso recuperar la salud. Pero eso significa para los propietarios: control del nivel de azúcar en sangre y dos inyecciones de insulina al día.

En cambio, si no se trata adecuadamente o con el paso del tiempo, los gatos pueden sufrir polineuropatía, que en el peor de los casos provoca la parálisis de las patas traseras.

En los perros, en muchas ocasiones no se puede prevenir la opacidad del cristalino. Pero los perros ciegos también suelen apañárselas bien. Además, la visión a menudo se puede restaurar quirúrgicamente.

 Si los síntomas se pasan por alto durante mucho tiempo, la enfermedad puede empeorar drásticamente. Dejan de comer, vomitan, se vuelven letárgicos e incluso pueden caer en coma, que se trata con hidratación intravenosa o subcutánea de urgencia.

¿Cómo le doy insulina a mi animal con diabetes?

Hay que buscar un punto en el costado del pecho o del estómago, tomar un pequeño pliegue de piel entre el pulgar y el índice y meter la jeringa formando un ángulo.

Los veterinarios dicen que las agujas son finas y apenas duelen. Después de la inyección  es importante acariciarlo mucho o jugar con él.

Para determinar la dosis de insulina, es necesario medir periódicamente el azúcar en sangre. Si lo haces manualmente, deberás pinchar al animal varias veces durante un período de unas doce horas.

Una alternativa son los sensores de glucosa de la medicina humana, que miden automáticamente y también funcionan en animales: colocas el teléfono móvil encima, escanea los valores y listo.

¿Mi animal necesita una dieta específica?

La respuesta es sí. Existen alimentos especiales bajos en carbohidratos para perros y gatos. Para otras mascotas con diabetes tipo 2, un cambio en la dieta suele ser suficiente.

Los conejos y las cobayas deben comer principalmente heno, hierba y verduras, sin pienso concentrado ni fruta.

Los jerbos y los hámsteres también pueden comer cereales, pero con pocos carbohidratos. También deberían evitar la fruta.

El heno puro está en el menú de los caballos con diabetes. Al igual que los humanos, pueden desarrollar un tipo de prediabetes llamado síndrome metabólico equino.

La mayoría de mascotas mejoran rápidamente con la terapia con insulina y muchas veces también pierden peso de más con lo que están más participativos y activos.