Evitar el consumo de alimentos de origen animal es una herramienta poderosa en la lucha por un mundo más justo, verde y sostenible.

1. El ganado calienta el planeta

Vacas, cerdos, ovejas… producen más gases de efecto invernadero que todos los medios de transporte juntos. El negocio de la carne es uno de los grandes responsables del cambio climático.

2. La dieta carnívora produce más CO2

El consumo de carne roja es responsable del 50% de las emisiones de este gas de efecto invernadero, pero aporta un escaso 10% de la energía nutritiva. Las dietas vegana y vegetariana emiten casi la mitad de CO2 que la alimentación más carnívora.

3. Proteínas que destrozan la tierra

Si se compara con las legumbres, para obtener un kilogramo de proteína animal se necesita 18 veces más tierra, 10 veces más agua, 9 veces más combustible, 12 veces más fertilizante y 10 veces más plaguicidas.

4. Acaba con los árboles

La industria ganadera es responsable de gran parte de la deforestación y la pérdida de biodiversidad, pues el suelo dedicado a la producción de forrajes representa un tercio del terreno agrícola mundial, según el informe “La larga sombra del ganado”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

5. Derrocha agua potable

Cada kilo de carne de ternera necesita 15.400 litros de agua, según la Water Footprint Network. En cambio, un kilo de legumbres necesita, entre 4.000 y 5.000 litros.

6. Ensucia los acuíferos

Es también la mayor contribuyente a la contaminación del agua gracias a los desechos de los propios animales, los antibióticos, las hormonas, los químicos usados en curtidurías...

7. Deja más huella ecológica

Con una dieta muy carnívora se emiten 3,3 toneladas de CO2 por persona y año. Una dieta sin carne roja, pero con carne de ave, baja hasta las 1,9 toneladas. La vegetariana supone 1,7 y la vegana 1,5.

8. Consume más recursos naturales

Necesitaríamos un planeta y medio para asumir la demanda actual, y casi cuatro planetas si todos consumiéramos y nos alimentáramos como en Estados Unidos. La huella ecológica se ha multiplicado por 2,5 desde la década de los sesenta.

9. Un problema de ricos

Los países industrializados, más carnívoros, tienen una huella ecológica muy superior. Ocupan los primeros lugares Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes, seguidos de Dinamarca y Bélgica. Estados Unidos se coloca en octavo lugar y España, en el 40. En la cola: Palestina, Haití, Pakistán o Eritrea.

10. La alternativa vegetal

La dietas vegana emite casi la mitad de CO2 que la alimentación carnívora. Al pasar a una dieta vegana y sustituir carne y lácteos por semillas (cereales, legumbres...), las emisiones de CO2 se reducen un 40% respecto a una dieta media. Las directrices oficiales estadounidenses aconsejan por primera vez reducir el consumo de carne por motivos ambientales y de salud.